Paris-Austerlitz



Rafael Chirbes dio por acabada París-Austerlitz en mayo de 2015. Llevaba trabajando este texto desde octubre de 1996, de forma a un tiempo intermitente y obsesiva, sin decidirse a proseguir, sin atreverse a poner el punto final. Cuando lo hizo, sabía que estaba irremisiblemente enfermo y murió, finalmente, en agosto de ese mismo año.

Es un libro impresionante, como impresionante es la prosa de su autor, considerado por muchos uno de los mejores escritores de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Su palmarés (dos veces Premio de la Crítica, un premio Nacional de Narrativa, un Mejor novela del año...) es más que notable y parece corroborarlo. Y entonces voy yo, que nunca antes había leído nada de Chirbes, aunque había oído hablar de él. (En mi descargo, aunque no valga como excusa, ¡son tantas las cosas que todavía no he leído...!)

He quedado maravillado con París-Austerlitz. ¡Qué bien escrito está! Es una novela dura, por lo que cuenta. Narra la historia de amor (homosexual, pero qué importa) entre un joven de buena familia y un obrero del metal. El joven es pintor de vocación y deja atrás una familia a la antigua usanza, opresiva, y se refugia en París, donde será acogido por Michel, vivirá, se emborrachará, follará con él, conocerá el amor... y el desamor. El sida por un lado, la diferencia de clase, edad y cultura, un ambiente sórdido en ocasiones, descarnado y cruel, pero también, entre tanto, tierno y obsesivo, trazarán una historia descrita con la palabra justa, afilada como un bisturí, que deja huella en la carne. Escribir así no es fácil, no, desde luego que no.

El amor es el tema central de la obra, y no esperen una historia romántica al uso, porque el amor también tiene un lado oscuro, y ahí es donde Chirves mete el dedo en la llaga. Los críticos hablan de una obra en parte autobiográfica (incluso inacabada, no sé yo), pero qué me importa a mí que sea autobiográfica o no. Eso no le quita ni le pone méritos. Lo que es meritorio es describir con ese detalle, esa sensibilidad y esa crudeza la naturaleza humana, o una parte de ella que normalmente corre escondida entre las sombras.

En resumen, un texto breve (ronda las 150 páginas), pero magnífico. Altamente recomendable para los amantes de la literatura.

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