Hasta el año que viene (Gran Premio de Abu Dabi 2017)


La puesta de sol de la temporada 2017.

Se acabó la temporada 2017 de Fórmula 1. Mercedes-Benz se ha llevado el gato al agua, también en la última carrera. Los dos Mercedes-Benz ganaron en Abu Dabi (primero el de Bottas) seguidos de Ferrari (Vettel), a considerable distancia, lo que hace fruncir el ceño a algunos seguidores de la Fórmula 1, que se preguntan si el año que viene seguiremos igual. Esperemos que no, pero váyanse a saber.

Se acabaron los logotipos del Santander en Ferrari.

Otra noticia ha sido que el Banco Santander abandona el patrocinio de Ferrari. Dicen los expertos en publicidad que ha sido una de las inversiones publicitarias de mayor rédito vista en los últimos años. Pero a la actual presidente del banco no le gustan los coches (a don Emilio le chiflaban) y no le ha temblado la mano para poner fin al contrato. Hablamos de muchos millones.

Otros nubarrones sobrevuelan la Fórmula 1, y son peores que éste. Un gestor de fondos de inversiones americanos se ha hecho con la Fórmula 1; Ecclestone pasó a la historia. Los americanos quieren eso que llaman una Nascar europea y se rascan la cabeza para ver cómo atraer al público. 

La propuesta de la nueva dirección de la F1, ¿va por aquí?

Han comenzado cambiando el logotipo de la Fórmula 1 y amenazan con medidas que no gustan nada en Maranello o en Stuttgart. Por ejemplo, quieren motores con piezas compartidas y un proveedor único para el motor eléctrico. Quieren que los bólidos sean lo más parecido posible entre ellos y eso, ay, va contra el espíritu de la Fórmula 1 de toda la vida, que es su principal virtud y su principal defecto: es una competición de ingenieros. El equipo con un mejor motor, un chasis más eficiente, una aerodinámica más refinada, es el que gana, y la mejor solución, o la más original, es la que juega con ventaja. La tradición de Ferrari en el diseño y construcción de motores y cajas de cambio, por ejemplo, se enfrenta a cara de perro contra esta propuesta. Otras escuderías están en la misma situación. Además, el diseño de estos nuevos motores compartidos costará un dinero que ahora no tienen. 

¿Cómo igualar las oportunidades de victoria? Si se hace con coches iguales, matamos el espíritu de la Fórmula 1. Quizá el secreto esté en una regulación de los presupuestos de cada equipo o en el campo contrario, en una liberación de las restricciones técnicas. Gentes que saben más que yo sabrán qué hacer, pero negros nubarrones se ciernen en el horizonte.

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