"Mi" Premio Planeta


Ganadora y finalista del Premio Planeta 2015.

Este verano me tocó enfrentarme con los manuscritos presentados al Premio Planeta. Con todos, no, que son muchos. Sólo con unos cuantos, a los que dediqué dos meses de intensas lecturas y farragosos informes (mis informes son todos farragosos, qué le vamos a hacer). Leí muchas cosas y algunas muy interesantes. Algunos manuscritos dejaron huella en mi memoria y tenía dos o tres favoritos. 

¿Quién ganará el Planeta?, me preguntaban mis amigos. ¡Qué impacientes! No tengo ni idea, les respondía. No mentía.

Cuando se anunciaron las diez novelas finalistas hace una semana, me llevé un susto. Más de la mitad habían pasado por mis manos. Fui corriendo a ver lo que había escrito de cada una de ellas, hice mis apuestas... Este año, el Premio Planeta iba a ser mi premio.

Lo ha sido. He tenido la suerte de leer y valorar tanto la novela ganadora, Hombres desnudos, de Alicia Giménez-Bartlett, como La isla de Alice, de Daniel Sánchez Arévalo. 

Tonto de mí, podría haber adivinado quién iba a ganar, pero no presté atención a las pistas... ni quise prestarla. Tonto y bendito, pendiente de quién iba a ganar, de quién sería el finalista, se me fue la medianoche a tomar viento, y vistos los ganadores, fue cosa de verme gritar por el pasillo arriba y abajo: ¡He ganado el Premio Planeta! ¡He ganado el Premio Planeta! Porque habían ganado dos novelas de las mías. ¡Coño! Si así de contento me puse anoche, el día que me toque a mí ganar el premio, el día que me toque de verdad... Será, como dicen en Barcelona, para alquilar sillas y sentarse a verlo. 

Ahora me preguntarán por las novelas, si son buenas y tal. Estaban las dos entre lo mejor que leí este verano y son justas ganadoras. La finalista tiene un toque más comercial y (eso lo sé ahora) será porque su autor es guionista de cine y televisión y le da por ahí. Se lee muy bien y será ideal para pasar el rato. La novela ganadora es más dura, especialmente en la manera de enfocar la historia. Las dos, escritas con mucha mano y buen oficio, metiéndose en las pieles de narradores con los que uno no tiene nada que ver, lo que no es fácil. Son dos novelas muy à la Planeta y tienen los ingredientes necesarios para ser un éxito. No diré más, ni que me pregunten. 

Permítanme, eso sí, felicitar a los dos ganadores, a doña Alicia y a don Daniel. Mi más sincera enhorabuena. Bravi!

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