Mortadelo y Filemón: marca y censura


Yo era de Mortadelo y Filemón y no he dejado de serlo. Mi padre nos compraba el Mortadelo en el quiosco, los domingos, aunque la tradición de la familia materna era más de TBO. Los álbumes de Mortadelo y Filemón ocuparon mis primeros estantes de libros y adquirí un gusto de sibarita. Comencé a distinguir los originales, de Ibáñez, de las imitaciones de los dibujantes de Bruguera, y cuando caía en mis manos un tebeo antiguo y descubría a Mortadelo y Filemón con sombrero... Me reía mucho, me recreaba en los detalles del dibujo, disfrutaba como un enano.


Luego he perdido la pista de los tebeos de esta pareja de agentes de la TIA, pero siempre he tenido en muy alta consideración a su creador, Ibáñez. Le llaman el genial Ibáñez y realmente es genial. Vázquez y Coll (del TBO) también merecen el adjetivo, pero Ibáñez lo lleva todavía.

El protagonista del último tebeo de Mortadelo y Filemón, El tesorero.
Si se parece a alguien, no es por casualidad.

Estos días, ha publicado un nuevo tebeo con las aventuras de Mortadelo y Filemón: El tesorero. El personaje del tesorero es la caricatura de Bárcenas, el famoso tesorero del PP, ése que ha repartido sobres a diestro y siniestro. El genial Ibáñez ha afirmado que la realidad es tan surrealista que hace sombra a las aventuras de Mortadelo y Filemón. Cierto. Vista con cierta perspectiva, la corrupción de nuestros partidos políticos es un espectáculo cómico y ridículo, porque sus personajes son seres igualmente cómicos y ridículos. ¡Salta a la vista!

El Bárcenas de verdad, desafiante.

El tesorero pasará a la historia de la edición española por una razón: ha sido el libro más vendido en su primer día en las librerías. Ningún otro título de ningún otro autor ha vendido 10.000 ejemplares el día de su lanzamiento, que se sepa, y tuvieron que imprimir una segunda edición deprisa y corriendo a poco de enfrentarse con el fenómeno de ventas. 

¿Por qué este éxito? ¡Váyanse a saber! Ustedes mismos. Bárcenas en particular y la corrupción en general merecen que metamos el dedo en la llaga de los partidos que se niegan a combatir en serio contra esta enfermedad. Pérez Andújar, en un artículo en El País sobre la Comisión Pujol, los llama las brujas de Macbeth, CiU, PP y PSOE, porque son tres. Algo así, y falta gente.

En esa línea de estupidez y ridículo, el fenómeno de El tesorero ha sido censurado en TVE. La televisión pública (de todos) envió a un equipo a cubrir la presentación del libro. Tenía sus razones: el genial Ibáñez, un tema de actualidad y la marca absoluta de ventas en un primer día de un libro publicado en español. Cuando llegó el vídeo a la redacción, intervino la estupidez de los censores, valga la redundancia. 

Como no se puede hablar del libro sin hablar de Bárcenas (el protagonista del cuento), pues no se habla del libro y aquí no ha pasado nada. Mortadelo y Filemón se han pasado al bando de los enemigos del régimen y no han merecido aparecer en los telediarios, pese a movilizar cámaras y reporteros.

Qué pena. Que TVE haga como TV3 nos muestra lo lejos que todavía estamos de mejorar todo un poco.

Pero ahí va lo importante: ¡Felicidades, Ibáñez! Y gracias.

El genial Ibáñez y la caricatura de Bárcenas.


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