Caca o chocolate


ERCiU están por repartirse el pastel.

Recuérdese: Cuatro veces, cuatro, solicitaron la comparecencia del señor Mas los parlamentarios de la Comisión Pujol (que se llame luego como se quiera, oficialmente). Cuatro, insisto. Y ERC se negó las cuatro. Porque ahora es ERCiU, ya saben, y hace tiempo que viene siéndolo.

ERC y CiU peleándose por el chocolate.
Al final, ¿quién se lo comerá?

Pero las aguas bajan revueltas y la alianza ERCiU es en verdad una pelea a cara de perro. ¿Quién se quedará con el pastel, tú o yo, cuando esto termine? De eso va todo, es evidente, y no hay más. Pues, algo debió de cocerse en la última reunión que tuvieron para ponerse de acuerdo (¡ja!), que a la salida aceptaron (a la quinta va la vencida) que el señor Mas tuviera que presentarse en la comisión antes dicha. ¡Cómo será una de esas reuniones! De vergüenza ajena, imagino.

Razones para que declare y responda el señor Mas (algo que no hará, ya les digo yo ahora), razones, decía, no faltan. Su única experiencia lejos de la Generalitat fue a las órdenes de una empresa del señor Prenafeta, donde conoció a los hijos de su papá político, Pujol. Era consejero en los tiempos de las prácticas tresporcentuales, un alto cargo del partido, el hijo político del ladrón confeso Pujol, luego se convirtió en presidente del partido... del partido que acabó hasta el sobaco de mierda (perdón) por el caso Palau. Era también el tipo que accedió a las peticiones del hijo biológico de su papá político, Oriol Pujol, en el caso ITV, para poner las cosas fáciles a unas empresas que dejaron a miles de catalanes en el paro con su permiso y beneplácito. 

Como se está viendo, son capaces de cualquier cosa por llevarse todo el chocolate.

El asesor personal del señor Mas en sanidad pública ha sido el señor Prat, directivo de la sanidad privada mientras era presidente del Instituto Catalán de la Salud (!?) e imputado por el caso Innova, y siguió siendo asesor aún imputado y reconocida su baja catadura moral. Otros altos cargos de su gobierno andan metidos en asuntos muy feos; sólo hay que mirar hacia Puig, hacia los nuevos cargos de la Oficina Antifraude (qué triste paradoja) y hacia don Baudilio Ruiz y sus secuaces, por ejemplo. Etcétera. 

En suma, ¡es el mandamás de una cueva de ladrones! ¿Que no sabe que son ladrones? Que se vaya, por tonto e inútil. ¿Que lo sabe? Peor. En fin, es un suma y sigue que es un empezar y un no acabar y que el señor Mas no se presentara en la dicha comisión no tenía excusa posible.

A la vista del chocolate, todo son prisas.

Pues, no quería presentarse, no quería, decía que no tenía nada que decir, nada que declarar, nada que explicar y nada que ocultar (sic) y de repente, de un día al otro, va y escribe una carta a la Presidenta del Parlamento de Cataluña pidiéndole por favor, por favor, declarar lo antes posible, cuanto antes mejor, en menos de quince días. ¿A qué, de repente, tantas prisas?

Sabemos qué ocurrirá. Querrá sacarse bien pronto de encima la murga de la sospecha y salir a la palestra con su cara de cemento y esa soberbia tan propia del personaje. Lo que quieren ustedes, dirá, es ir contra Cataluña, y tal dirá, como dijo Pujol, su papá político, cuando lo pillaron robando millones y millones a los socios de Banca Catalana en particular y a todos los españoles en general. Hará como su papá político, se envolverá en la bandera como una barrita de chocolate se envuelve en papel de aluminio, para no ensuciarse.

Porque ya ha anunciado elecciones y no es de recibo que el Líder del Pueblo que señala con Su Dedo el Camino hacia la Libertad muestre un dedo lleno de caca. Porque eso que ven no es chocolate, ya les digo yo, por mucho que venga envuelto.

Mientras tanto, hay que sumar a las prisas el olvido. El padre político del señor Mas, el señor Pujol, no se acuerda de nada delante de los jueces. Sus seguidores salen a defenderlo diciendo que la historia sabrá juzgarlo a la luz de sus servicios a la patria (sic) y se olvidará (también) de sus pecadillos, que no son nada al lado de tantos méritos. Porque aunque parezca caca, eso que ven es chocolate, insisten. 

Sea lo que sea, es un marrón de cuidado, del que no se va a librar fácilmente, y ya veremos quién se lo come.

Se lo tendrán que comer con patatas.
Éste, en el restaurante Modern Toilet.

Grecia, de chiripa



Escuchando estos días la pronunciación de los señores locutores de radio y televisión, parece que Grecia haya ganado de chiripa.

¡Pobre Cervantes!


¡Pobre Cervantes!

Don Miguel de Cervantes Saavedra, que fue soldado, preso, manco y funcionario de medio pelo, por si no tuviera suficientes desgracias en vida, las sufre una vez muerto.

Por un lado, andan removiendo en su tumba, en el Convento de las Trinitarias, en Madrid, por ver si dan con él o con lo que quede. Se trata de localizar los restos, dicen, con esa manía que tienen de clasificarlo todo. No sé qué pensaría don Miguel de este meneo de huesos, pero imagino a Alonso Quijano votando a bríos, lanza en ristre y argumentando razones de peso para cargar contra esos demonios de bata blanca. ¡En fin! ¡Son los tiempos que corren!

Pero una cosa son los huesos y otra, el papel. Porque no se contentan con meter mano al cuerpo, sino que tienen que jugar con el alma.

¿Quién no los conoce?
Pero ¿quién ha leído de verdad El Quijote?

Se discutirá si El Quijote es lo mejor que escribió Cervantes, que quizá tuviera otros textos de menor extensión y mayor valía. En ésas me he topado con algún filólogo y no será éste el lugar para ponernos a discutir de méritos, pero les diré la verdad: me importa muy poco. Yo he leído El Quijote de pe a pa, la primera y la segunda parte, y mi asombro es todavía mayúsculo. Es un monumento literario, una de las maravillas del mundo de los libros y no hay más que decir. ¡Cómo disfruté leyéndolo! Me reí, me emocioné, me lo pasé en grande. ¿No lo han leído? Qué pena me dan.

Pues, como les iba diciendo, no contentos con remover sus huesos, ahora removemos El Quijote. La excusa es una estupidez. Se dice que El Quijote no se lee porque no se entiende. ¡Mentira! No se entiende porque estamos criando burros, no porque sea difícil. A poco que uno persevere, se verá atrapado por las aventuras del caballero andante y su escudero Panza, y si bien es cierto que el lenguaje no es que se emplea hoy en día, no es menos cierto que se entiende perfectamente a poco que uno ponga de su parte. Es decir, quede claro, que el problema no es el libro, sino los lectores. Hace muchos, demasiados años que la escuela no enseña a leer. 

Don Arturo, en plan Quijote, luchando contra la estulticia.
Algunos creemos que erra el blanco, pero así están las cosas.

Pero ahí está la leyenda del farragoso, enjundioso, carpetovetónico e incomprensible Quijote, y no faltan voluntarios para resolver el problema inexistente. El último, ay, don Arturo Pérez-Reverte, que ha podado el texto. Así, con un par de tijeras. Chas, chas. Este capítulo, a tomar viento; este párrafo, fuera; esta expresión, que podría ser mal leída, se quita y no se pone; y así hasta cargarse, literalmente, más de la mitad del texto. Argumenta que ahora los adolescentes españoles y latinoamericanos podrán leer lo que queda del Quijote y hacerse a la idea. ¡Ay, Dios!

Conste que don Arturo me cae muy bien y me gusta como escribe. A veces se le va la lengua, que es muy bruto, y a veces dice cosas sensatas y las dice muy bien. Sus aventuras de espadachines con Alatriste a la cabeza me han entretenido mucho y soy de los que leyó El húsar en su primera edición, ahí queda eso. Pero esta vez comparto la opinión del doctor Becerra, que arremete contra el académico con todo lo que tiene a mano y lo pone de vuelta y media por mutilar al Quijote. Digo bien, mutilar.

El doctor Becerra pone a Arturo Manostijeras (sic) a bajar de un burro en un artículo de El Confidencial que merece ser leído, se esté o no se esté de acuerdo. Yo, ya les digo, leí El Quijote tal cual y espero volverlo a leer pronto, y les recomiendo que lo lean tal y como está, sin poda. Pero como los chavales españoles llegan burros a la universidad, se creyó conveniente... Ay, pamplinas. Una versión mutilada del Quijote no los vuelve más sabios, sólo les da licencia de estulticia y cae en el pecado de perdonar el esfuerzo y regalar los frutos del árbol del Bien y del Mal.

Nunca es tarde para aprender y conversar.
Si no lo han leído, ¡léanlo!

Pero ésta es una opinión, la mía, y allá cada uno con la que lleve consigo. No pretendo sentar cátedra, dictar sentencia o condenar al infierno, sino señalar la pena que me da que un chaval de dieciocho años sea incapaz de leer El Quijote. Ésta no es la Europa con que soñé.

¡Fraude en Antifraude! (De los periódicos.)



Les remito a una noticia publicada por El Mundo ayer mismo, domingo. Como podrán comprobar mis lectores, los periodistas (Víctor Mondelo y Javier Oms) confirman algunas cosas que hace tiempo venía anunciando El cuaderno de Luis

Pueden leer el artículo en:


También aquí:




Pueden leer más sobre este asunto en:



TVE suspende en matemáticas


Observen el gráfico que ha publicado TVE sobre la evolución del paro en las redes sociales. No sé qué me preocupa más, que manipulen los gráficos tan descaradamente o que sean tan malos en matemáticas.

Según los gráficos de TVE, 4.447.711 es menor que 4.100.073.
Por si no se habían fijado.


Orinar de pie, la eterna polémica



Leo en los periódicos que un tribunal de Dusseldorf, Alemania, ha fallado que no puede condenar a un varón por orinar de pie. Tal cual les digo, tal cual dice la sentencia, aunque lo diga en alemán. 

Este caso en particular se inició cuando un ciudadano alemán dejó un piso en el que vivía de alquiler y quiso recuperar la fianza que había depositado, 3.000 euros. El propietario del piso, sin embargo, retuvo 1.900 euros porque aseguró que la costumbre del inquilino de hacer pis de pie había llenado el baño de salpicaduras y se veía obligado a reparar el suelo de mármol. Uno imagina que el inquilino era un meón sin puntería, que no acertaba una, o una especie de manguera del cuerpo de bomberos, que lanzaba unos chorros que levantaban salpicones por doquier. En cualquier caso, parece innegable que el inquilino era un poco guarro.


Que esos 1.900 euros son míos, decía uno, y mira cómo me has dejado el baño, decía el otro, y así, sin ponerse de acuerdo, acabaron en los tribunales. El juez consideró la denuncia del inquilino, que solicitaba esos 1.900 euros injustamente retenidos por orinar de pie, y atendió a las explicaciones del casero, que explicó que el meón, sabedor de cómo dejaba el baño después de cada micción, se negó a resolver el problema meando sentado. Lo dicho: examinó el caso y dictó sentencia.


Ni les cuento la polémica que ha desatado el señor juez. En primer lugar, observa que hacer pis de pie es un hábito muy extendido (al menos, entre los alemanes). ¿Que salpica? Bueno, sí, salpica, es un cochino, pero ¿qué daño puede hacerle eso a un suelo de mármol? Afirma el señor juez que sería un daño (cito) apenas conocido

Pero va más allá de estas obviedades y se suelta, el hombre. Dice que (vuelvo a citar) a pesar de la creciente domesticación del varón (sic), sigue siendo una costumbre generalizada orinar de pie. ¡Toma! ¡La creciente domesticación del varón...! Sigue, sigue diciendo que quien siga haciendo sus necesidades de la manera que antes (sic) era la más practicada debe esperar conflictos con el resto de habitantes de la vivienda, especialmente si son mujeres... ¡La madre! Dicho esto, el juez asegura que el varón meón no está obligado a orinar sentado por consideración al piso del lavabo, y ahí queda todo dicho.

Pueden imaginar la que ha organizado el señor juez entre los varones que mean sentados y las feministas  de Dusseldorf. Si Pilar Rahola fuera alemana, nos íbamos a reír un rato.

50


Es ver este número y echarse a correr.

La conferencia de la CECOT y su ponente

CECOT quiere decir Confederación Empresarial Comarcal de Terrassa.
Representa a 8.000 empresarios, agrupados en 38 gremios o asociaciones.

La CECOT es una asociación de empresarios catalanes que se define a sí misma como (traduzco y respeto su puntuación) una asociación empresarial multisectorial, constituida el año 1978 e integrada por una gran diversidad de gremios y asociaciones empresariales; una patronal de patronales, que aglutina los intereses de sus gremios y asociaciones, que actúa como representante ante los interlocutores sociales y presta directamente o indirectamente los servicios más avanzados para fomentar la competitividad de autónomos, microempresas, PIMEs y grandes empresas. Ahí es nada, ya ven.

La CECOT forma parte de la sociedad civil reconocida como tal.
Si no, no podrían salir en la foto. De ahí tanto interés.

CECOT, pues, forma parte de ese núcleo de organismos que en Cataluña forman la llamada sociedad civil. En cualquier otra parte del mundo, la sociedad civil es la sociedad que no es ni militar ni eclesiástica, pero en Cataluña uno tiene que formar parte de organizaciones como la CECOT para ser de la sociedad civil. Para seguir siendo sociedad civil, se adhirió al Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, donde sirven canapés en el intermedio. Antes y después de esta adhesión, la CECOT y la política de ERCiU (y del PP) también han coincidido en otras aficiones: 

Una reforma fiscal cada vez menos progresiva (donde ricos y pobres paguen porcentualmente lo mismo) y menos represiva (sic); la mejora de la actual reforma laboral en la línea de CiU, que solicitaba que fuera más drástica y se aplicara también a los funcionarios; la reducción o congelación del salario mínimo; una política económica de austeridad, centrada en el desmantelamiento del Estado del Bienestar; la reducción, liberalización o privatización de servicios públicos; la reducción o supresión de las tasas ambientales; etc.

Aunque he de reconocerles un mérito: tienen un magnífico sentido del humor. Un humor, en cierto modo, irreverente, fácilmente clasificable como cínico. Les pondré un ejemplo.

Los organizadores del evento.
¡Qué grandes humoristas!

El Club CECOT Financiero & Fiscal (sic) organiza un acto bajo el título Nuevas tendencias en transparencia empresarial, el próximo 27 de enero, en la sede de Terrassa (Sant Pau, 6). Lo de la transparencia empresarial no se refiere a los fabricantes de vidrio, sino a otra cosa. Copiaré y traduciré tal cual la presentación del Club CECOT Financiero & Fiscal:

La forma de hacer negocios tiene un impacto evidente sobre toda la sociedad. Es por eso que la conducta íntegra de los operadores privados es imprescindible para preservar el normal funcionamiento de los mercados. La transparencia se considera uno de los mejores antídotos contra la corrupción y uno de los paradigmas de la nueva cultura empresarial y el buen gobierno corporativo.

Con el objetivo de presentaros las nuevas tendencias en transparencia empresarial el Club Financiero & Fiscal de la CECOT ha organizado un acto con la directora adjunta de la Oficina Antifraude de Cataluña, la Sra. Maite Masià.

La Oficina Antifraude de Cataluña trabaja con los organismos públicos para fortalecer sus sistemas de integridad y colabora con el sector privado, especialmente con las pequeñas y medianas empresas, para impulsar mecanismos de autorregulación e instrumentos de prevención de la corrupción. 

Próximamente, ciclo sobre Ética, política y negocios.
Me lo veo venir.

¡Fantástico! ¡Qué risas! Porque dejando a un lado la puntuación y la redacción del texto (faltan comas, con el objetivo de podría ser para, ¿qué es un sistema de integridad?, etc.), que la CECOT invite a la directora adjunta de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC) para hablar de Nuevas tendencias de transparencia empresarial tiene guasa. ¡Mucha guasa! Es como invitar a Bárcenas para dar una conferencia sobre Buenas prácticas en la gestión contable y financiera o a don Jordi Pujol sobre Ética y patriotismo en las relaciones catalano-andorranas.

Señores del CECOT, señores del CECOT... ¿Quién tuvo esta genial idea? ¿La señora Masià hablando de las Nuevas tendencias en transparencia empresarial? Será una broma, ¿no?

Porque les diré, en primer lugar, que (cito) La Oficina Antifraude es una institución independiente que trabaja para fortalecer la integridad del sector público de Cataluña, mediante la prevención de la corrupción y la investigación de conductas corruptas, tales como el uso o destinación ilegales de fondos públicos o cualquier otro aprovechamiento irregular derivado de conductas que impliquen conflicto de intereses o el uso en beneficio privado de informaciones derivadas de las funciones propias del personal al servicio del sector público.

Es decir, controla, o tendría que controlar, a la Administración Pública y a los entes o empresas públicas, no las que forman parte del CECOT. Pero éste es un detalle que no tiene demasiada importancia. Si la señora Masià fuera una experta reconocida en su lucha contra las malas prácticas empresariales... Porque será así, ¿verdad? 

Fotografía de la directora adjunta publicada por la OAC.
A este paso, su rostro será conocido por el gran público.

Mal que nos pese, reconozcámoslo: la señora Masià podría hablar mucho sobre (la falta de) transparencia y tiene una amplia experiencia en corrupción, corruptos y corruptelas. Ella misma redactó las conclusiones de la comisión parlamentaria sobre el caso Palau y concluyó que no existían indicios suficientes para acusar o dejar de acusar de corrupción a CDC. Tres meses después, el juez embargó la sede del partido, ahí es nada. Dicho esto, no haría falta insistir en este asunto, pero ella continuó insistiendo. A modo de resumen, y sólo en los últimos tres años, mientras fue directora del Instituto Catalán de Energía (ICAEN): 

Don Oriol Pujol y el Trío Tururull acudiendo a los tribunales.
Papá todavía no había confesado su evasión fiscal y eran todos muy amiguitos.
Hoy, ya nadie se acuerda. ¡Qué mala memoria!

Que se desvelara prematuramente la investigación sobre el caso ITV la privó de ser imputada en el caso: concedió una subvención (previamente denegada por un técnico) a una empresa de la trama corrupta y apareció como una íntima amiga mía en las grabaciones de las conversaciones telefónicas de los sospechosos; es más, se ofreció a facilitarles la concesión de la inspección energética de edificios (sic). No le dieron tiempo a intentarlo, porque entonces se descubrió la investigación, se precipataron las cosas y no pudo irse más allá.

Facilitó contratos a empresas del clan Pujol, a decir de la comisión parlamentaria que estudió su candidatura como directora adjunta de la OAC. En su papel de directora del Instituto Catalán de Energía, despidió a una tercera parte de la plantilla apañándoselas para no hacer una ERE; en los tribunales, la mayor parte de los despidos se consideraron improcedentes (y alguno, nulo) y todavía no se ha amortizado su coste. 

Está (o estuvo) imputada por falso testimonio y denuncia falsa por un asunto relacionado con el caso Pretoria. Contrató de manera (hoy todavía) poco clara a Dribbling, SA, para hacer no se sabe muy bien qué. La misma empresa que ya contrató el (di/im)putado Crespo, de CiU, en Lloret de Mar, provocando grandes escándalos. Tanta transparencia, tanta transparencia, pero ni el contrato ni el concurso son accesibles para el ciudadano en el sitio del ICAEN y no hay manera de saber más (ni preguntando por escrito). También son raros los contratos de sus asesores personales, de Novatec Asesoría, SL. Son dos contratos por designación directa, uno por socio. Uno a nombre de la empresa y el otro, sin mentar a la empresa, que suman 104.312 euros. ¿Quizá obró así para disimular el total? ¡Qué transparencia! ¡Cuánta transparencia! ¡Que la llamen para darnos la conferencia!

Ah, la última, que es menor en cuantía, pero que define muy, muy bien al personaje: Cobraba dietas por asistir a reuniones... en su propio despacho. Genial. 

Señores de la CECOT, aprovechen para pasárselo bien en el turno de ruegos y preguntas. Tienen ocasión para ello. Si acuden periodistas, mejor, que, como dicen en catalán, más seremos, más reiremos. ¡Es una oportunidad única! O eso, o no tienen vergüenza, así de simple.

Pueden leer más sobre este asunto en:


La calavera del sultán Makawa


Una batería de artillería alemana se aproxima al frente.
Todavía son los primeros días de la Gran Guerra.

Hace cien años, Rudolf Frank sirvió en una batería de artillería de campaña, en el frente oriental, y poco después lucharía tambíén en el occidental. Frank, un soldado alemán, fue echado a los perros de la guerra y alimentó las bocas de los cañones que tanto horror sumaron a la matanza. Como tantos y tantos otros supervivientes, con una guerra tuvo más que suficiente. 

Frank era alemán y había luchado por el Imperio Alemán. También era escritor, y de los buenos. El problema fue que su documento de identidad consignaba su condición de hebreo. Ah, sí, Rudolf Frank era judío y eso explica mucho de lo que sucedió después.

A finales de los años veinte y primeros de los treinta, el nacionalsocialismo subía como la espuma en Alemania. Era un partido nacionalista y racista (una redundancia) y también, en consecuencia, militarista. Frank se asustó al comprobar que los jóvenes alemanes se apuntaban a las Juventudes Hitlerianas, donde se alimentaba el belicismo y el odio. Decidió escribir La calavera del sultán Makawa pensando en ellos... en todos nosotros, a decir verdad.

Jan, el héroe de esta novela, es un muchacho polaco que acaba de cumplir 14 años cuando lo alcanza la guerra. Acaba siendo adoptado por los soldados de una batería de artillería, a los que salvará la vida varias veces. Jan, inocente en medio de la maldad más absoluta, será a todas luces un héroe y cometerá heroicidades, pero la guerra que vivirá no será la guerra victoriosa y emocionante, sino ésa sucia e informe, triste, cruel y miserable. Cualquiera con ojos en la cara sabrá ver qué mala cosa es la guerra, y cómo es de estúpida.

Imagínense el resto. Los nazis convirtieron unas elecciones al Reichstag en un plebiscito, se hicieron con una mayoría suficiente y una vez agarraron el poder, no lo soltaron. En pocos meses, la democracia en Alemania había dejado de existir y los libros de Rudolf Frank eran quemados en la plaza pública y éste, con saña. Como había dicho un alemán un siglo antes, allá donde queman libros no tardan en quemar personas. Millones fueron carbonizadas, pero Frank se refugió en Suiza, donde vivió largos años. Dejó de ser alemán y nunca volvió a pisar Alemania. Se comprende por qué.

Ediciones del Viento ha publicado La calavera del sultán Makawa traducida por Manuel Jiménez-Bravo. Su título original era Der Junge, Der Seinen Geburtstag Vergass y la traducción ha sido parcialmente subvencionada por el Goethe Institut, porque en Alemania tienen una cosa que se llama política cultural que aquí no sabemos ni qué es ni en qué consiste.

La novela es magnífica, no hay más que decir. No es un panfleto ni una perorata, narra las aventuras de un chaval en los primeros meses de la guerra y el lector sabrá dar con las conclusiones que estime oportunas. Algunas escenas son tremendas y dan mucho en qué pensar, como los carromatos de la batería pisando los muertos acumulados en una ciudad recién ocupada para poder abrirse camino hacia el frente, por ejemplo. Siempre he sostenido que las mejores novelas de guerra son las antibelicistas, porque la guerra es un asco y así tiene que ser, sin concesiones.

Si pueden, léanla, háganme caso. Es digna de ser leída y todo un acierto su publicación.

¡Cuánto tiempo sin verte!


Es lo que se dice a los viejos amigos: ¡Cuánto tiempo sin verte! Luego viene preguntar qué ha sido de tu vida y que estás haciendo. Ésas y otras cosas son las que habrán exclamado algunos ingenieros de la ESA (la Agencia Espacial Europea) cuando los americanos les han enseñado una fotografía y les han dicho: ¡Mira! ¡Hemos encontrado la Beagle 2

Una de las tres fotografías obtenidas por la NASA.
Arriba, la Beagle 2. En medio, ¿un paracaídas de la nave?
Abajo, una carcasa que protegía la sonda, desprendida durante el aterrizaje.
Fijándose mucho, arriba a la izquierda, un marciano con trompetas en la cabeza.

¡Caramba! La daban por perdida. A efectos prácticos, se perdió y sigue perdida, aunque ahora saben dónde está. No es una paradoja, porque la cuestión es que está ¡en Marte! Eso queda lejos, muy lejos, y por eso he dicho que la han encontrado... pero sigue perdida, irrecuperable.

Un primer plano de la nave perdida y vuelta a encontrar.

Esto es así sólo por el momento. El día que colonicemos el planeta rojo y paseen los astronautas por su superficie como Pedro por su casa, entonces alguno dirá: Querida, salgo un momento. Cojo las llaves del módulo de transporte, que aprovecharé para acercarme al Beagle 2. Pues, cuando vuelvas, le responderán, pasa por el módulo de mantenimiento y les dices que se pasen a mirar el evaporador hidropónico, que no va muy fino. Vaaale... suspirará el intrépido y audaz explorador espacial.

Entonces, la Beagle 2 será o una pieza de museo o un montón de chatarra. Ojalá se conserve como lo primero, y se exponga en el museo marciano, para regocijo y solaz de las futuras generaciones de marcianos humanos. Contemplarán con ojos pasmados un cachivache destinado a explorar la superficie de Marte y se asombrarán de cómo eran de primitivos sus tatarabuelos. ¿Con eso pretendían explorar Marte? ¿Que no tenían transpondedores filomásicos hiperresolutos? ¡Qué tontos!


El profesor Colin Pillinger, padre de la Beagle 2, mostrando cómo tendrían que haberse desplegado los paneles solares en la superficie de Marte. El cacharro se inspira en un viejo reloj de bolsillo, como puede apreciarse en las fotografías.

Pero aún falta para eso. Ahora mismo, volviendo al presente, la fotografía de la NASA ha resucitado la cuestión de por qué se perdió la Beagle 2. Creían que se había estrellado sobre la superficie y se había hecho añicos. ¡Adiós! ¡Otro bonito cráter en la superficie marciana! Pero, no, la fotografía demuestra que aterrizó la mar de bien. El problema vino después del aterrizaje. Los ingenieros creen, después de haber examinado las pruebas, las viejas y las nuevas, que el cachivache no pudo desplegar correctamente los paneles solares fotovoltaicos y ahí se quedó, sin pilas.

Un examen de la fotografía nos muestra que no pudieron desplegarse todos los paneles.

Había partido de Baikonur, en Kazajistán, el 2 de junio de 2003. El aterrizaje de la sonda fue el 25 de diciembre de 2003. No se volvió a saber de ella y el 6 de febrero de 2004 se dió oficialmente por perdida. Su misión era la de encontrar (si hubo, si hay, si podría haber) vida en Marte y la pérdida disparó las alarmas de los conspiranoicos que todavía creen que nos vigilan desde Marte unos marcianos con trompetas en la cabeza, que no podían permitir que fuéramos nosotros a descubrir sus aviesas intenciones de invadirnos. No, no, lo sucedido fue más estúpido que eso: se atascó un tornillo y millones y millones de euros se fueron a tomar viento así de fácil.

Todo irá bien mientras no sean los marcianos los que vengan a explorar (y quedarse).

Un satélite de la NASA, el MRO (Mars Reconnaissance Orbiter) pasó por encima y sacó unas fotografías el pasado 16 de enero. En ellas se ven, dicen los expertos, los paneles solares a medio desplegar. El cachivache cayó a cinco kilómetros de distancia de donde habían previsto y quizá por eso no habían dado antes con él. 

Este hallazgo del pecio del Beagle 2 nos ilustra sobre el grado de detalle con el que estamos reconociendo Marte. Somos capaces de descubrir en su superficie un objeto tan (relativamente) pequeño como una barbacoa o un grupo de mesitas de la terraza de un café. El lugar comienza a estar concurrido, ya ven.

El curso de la negociación entre Mas y Junqueras


Uuuh... ¡Estamos de acuerdo!

Primera reunión. En una mesa de negociaciones, uno frente a otro, Mas frente a Junqueras, o viceversa. 

---Estamos aquí para llegar a un acuerdo, ¿estás de acuerdo? ---pregunta Mas.
---Un acuerdo que nos permita estar de acuerdo ---matiza Junqueras.
---De acuerdo conmigo ---puntualiza Mas.
---De mutuo acuerdo.
---¡Yo no he dicho eso!

Muchas de estas conversaciones han sido secretas.
(Pero se ha enterado todo el mundo.)

Unas reuniones más tarde, vuelven a reunirse para cerrar ese acuerdo del que han estado hablando. Se han sumado a la fiesta el alcalde racista de Vic y dos señoras que otorgan carta de catalanidad, para amedrentar a Junqueras.

---Repítemelo, Mas, que no me acuerdo dónde lo habíamos dejado.
---Adelanto las elecciones con una condición ---dice Mas---. Te explico. Yo presento una lista de país en la que estarán todos los que están a favor del Proceso, sean del partido que sean. También se sumará la sociedad civil afecta ---y señala al alcalde de Vic y a las dos señoras presentes---. Prescindiré de mi partido y nos presentaremos como El Partido del Presidente, que soy yo, y yo seré su líder y se hará lo que yo diga.
---Ah, vale ---dice Junqueras.
---Tú, si quieres, te sumas y te pliegas a las condiciones de este acuerdo. Si no quieres, de acuerdo, no quieres. ¡No nos vamos a pelear por eso! En ese caso, el acuerdo será otro.
---Dime, ¿cuál será?
---Dejaré que te presentes a las elecciones.
Junqueras suspira aliviado.
---Ah, gracias.
---Tu partido podrá disputarme el voto, pero... Habrá una condición ---avisa Mas.
---Dime.
---En las listas de tu partido sólo podrán haber militantes de tu partido. ¡Nada de independientes! Ni futbolistas, ni tertulianos, nadie de la sociedad civil afecta al régimen, que el Régimen soy Yo ---afirma, señalándose, mientras aplauden el alcalde racista de Vic y las señoras presentes. 
Junqueras resopla.
---Hombre... ---se queja.
---¡A callar! Es así o no habrá acuerdo ---dice Mas, alzando la barbilla.
Junqueras se encoge de hombros, baja la vista. Dice:
---Vale.
---Y si uno de los tuyos quiere venirse a mi lista, se viene y tú, calladito.
---Vale. Vale... ¡De acuerdo! ---exclama Junqueras.
Sigue un repentino silencio.
---Eh, que no hemos llegado a ningún acuerdo ---se asusta Mas.
---¿Cómo que no? Te acabo de decir que me pliego a tus condiciones ---insiste Junqueras.
---Pero ¡eso es negarse a llegar a un acuerdo! Para llegar a un acuerdo, tienes que estar de acuerdo conmigo, no aceptar mis condiciones ---se queja Mas.
---Pero estoy de acuerdo con lo que me has propuesto para decir que estamos de acuerdo y tirar adelante el Proceso ---argumenta Junqueras---. De verdad que no te entiendo.
---¿Lo veis? ¿Lo veis? ¡Se ha negado a ponerse de acuerdo conmigo! ---dirá Mas en voz alta, dirigiéndose al público asistente, que hace gestos reprobatorios.

La sociedad civil ha presionado para alcanzar el acuerdo.
Siempre, bajo el paraguas del Régimen.

Poco después, una nueva reunión. Vuelve a estar presente la sociedad civil afecta al régimen, representada por el alcalde racista de Vic y dos señoras que otorgan carta de catalanidad, que se sientan del lado de la mesa de Mas. A Junqueras, ni agua.

---Entonces, ¿estamos de acuerdo?
Junqueras ya no sabe qué decir.
---Adelantaré las elecciones, otra vez ---anuncia Mas---. Primero fue el Gobierno de los Mejores; luego, la Mayoría Excepcional; ahora será ¡la Culminación del Proceso!
Junqueras arquea las cejas y se sorprende.
---Oh ---exclama.
---Serán en septiembre ---añadirá el presidente.
---Pero ¿no iban a ser en marzo?
---Serán en septiembre y tú me aprobarás los presupuestos, me darás apoyo parlamentario, no removeras el avispero de la corrupción, taparás mis vergüenzas y las de mi padre político, Jordi Pujol ---"¡Alabado sea su nombre!", exclama el público---, atacarás a las formaciones de izquierdas que quieran sacar a la luz los recortes sociales que tú apoyarás y atacarás a esos comunistas que vienen ahora diciendo que tengo que preocuparme de gobernar para la gente y no para el pueblo. La gente, la gente... ¿Qué me importa a mí la gente teniendo a mano un Pueblo?
---Sí, y los que no quieren ser del Pueblo, que se marchen ---añade el alcalde racista de Vic, mientras las señoras aplauden.
Junqueras quiere decir algo, pero se lo piensa dos veces ante la mirada del alcalde racista de Vic y las señoras presentes.
---Vale.
---¿De acuerdo?
---¡De acuerdo! ---se resigna Junqueras---. Yo me bajo los pantalones, pero ¿quién pone la vaselina?
---Hombre, Oriol, ahora que al fin has entrado en razón, no me vengas con tonterías.

Como hemos llegado a un acuerdo, es hora de hacernos la foto.

El proceso



Dicen que es una novela filosófica, anarquista, distópica, existencialista, surrealista... En suma, son tantos los adjetivos porque nadie sabe qué adjetivo le conviene en verdad. Con decir una novela kafkiana (que la RAE traduciría como absurda o angustiosa), ya estará todo dicho, pero ¡eso es hacer trampa!

Porque El proceso (Der Prozess, en versión original) es de Franz Kafka, y agárrense que vienen curvas, que Kafka es mucho Kafka y El proceso, Kafka en estado puro, kafkiano de pe a pa. Si se atreven a leerlo, ánimos. Si lo leen, finalmente, enhorabuena, que son muchos los llamados y pocos los elegidos, aunque sean legión los que afirman haberla leído, se vanaglorian de ello y en verdad no han pasado de la cubierta, como puede comprobarse fácilmente.

Mi relación con Kafka es tormentosa. Reconozco su valía, pero me doy de cabezazos contra sus textos. Nunca me ha resultado fácil leerlo y no son pocas las veces que he abandonado sus novelas a la mitad. Pero es mejor reconocerlo que no andar mintiendo por ahí, dándoselas de listo. Eso sí, cuando uno entra en Kafka, entra de verdad y el premio es un premio gordo.

Kafka publicó relativamente poco en vida y dejó un testamento en el que daba la orden de destruir todos sus manuscritos a su amigo y albacea, Max Brod. Franz murió en 1924 y Max cometió una de las traiciones más famosas de la historia de la literatura: Lejos de destruir sus manuscritos, ¡los publicó!

(Primer paréntesis: No todos. La última mujer de Kafka guardó varias docenas de cuadernos que fueron requisados por las SS cuando los nazis ocuparon Bohemia. La mayoría de estos papeles siguen en paradero desconocido. Quién sabe si fueron destruidos o si aparecerán algún día.)

(Segundo paréntesis: Milan Kundera, tan checo y de Praga como Kafka, le da vueltas a esta traición en Los testamentos traicionados, un ensayo que recomiendo vivamente.)

Así, Der Prozess (El proceso) fue publicada en 1925. En alemán, en su idioma original. Aseguran los críticos que la obra es una obra incompleta, pero, tratándose de Kafka, no importa demasiado. Así es como lo ha interpretado la crítica literaria y los mejores escritores desde entonces. En suma, El proceso es, sin lugar a duda alguna, uno de los iconos de la cultura del siglo XX. Aunque jamás hayan leído El proceso, seguro que habrán oído que tal cosa es kafkiana, y es kafkiana gracias al suplicio de Josef K., el protagonista de la obra.

No les contaré el argumento... Mejor, sí. Amanece un día y Josef K., empleado de banca, es acusado de no se sabe qué por no se sabe quién y comienza el proceso contra él, que se arrastra, complica, enreda y enquista de manera... kafkiana. Y no diré más.

Kafka escribió la novela en alemán. El nacionalismo checo no le perdonó que fuera judío y escribiera en alemán. Se habló mal de sus libros. Poco después de muerto, el nacionalismo alemán no le perdonó que fuera checo y judío. Quemaron sus libros. Después de la Segunda Guerra Mundial, que Checoslovaquia había vivido ocupada y sometida al nazismo, que un checo hubiera escrito su obra literaria en alemán, y lo hubiera hecho libremente... Tanto daba que cientos de miles de checos hablaran alemán en casa o hubieran nacido en el antiguo Imperio Austrohúngaro. Sólo faltó que el socialismo checo acusara de burgués (y judío) a Kafka y prohibiera emplear el alemán en la calle. Se censuraron sus libros. En fin, kafkiano, pero tan actual...

En verdad, Kafka era ateo y filosocialista, pero la estupidez humana no atiende a razones. Quizá haya mucho de eso en El proceso, una visión pesimista de nuestra condición pensante. Sólo cabe echar un vistazo alrededor para comprobar que El proceso sigue plenamente vigente en ésta, nuestra sociedad, y lo digo sin señalar a nadie, que no hace falta.

¡Léanla!

No es "de país", es otra cosa


Como es sabido hace tiempo, la política catalana se ha convertido en una pelea a cara de perro entre don Artur Mas y don Oriol Junqueras por ver quién manda. La riña es pública, vergonzosa y vergonzante, porque mientras van acusándose el uno al otro y poniéndose trampas de patio de colegio, mientras afirman que tú, más (o Mas), la casa está sin barrer y los catalanes, sin gobierno. Aunque, visto lo visto, quizá sea mejor estar sin gobierno que gobernados por estos botarates.

Pero no me interesa ahora mismo la cuestión política, sino el daño que sufre el lenguaje en la contienda. Los eufemismos arrasan todo lo que pillan por delante y las palabras ya no son lo que eran. Sólo faltaba descubrir que gran parte de las negociaciones se han hecho por guasap (lo que antes decían chat) y no quiero ni imaginar lo que habrán escrito... y cómo lo habrán escrito. En medio del desastre, surge una expresión a la que tengo una especial manía, una tirria que tira para atrás, y es la expresión de país.

Uno y otro candidato, y tutti quanti, se echan encima expresiones que emplean de país y el resultado es un gran daño al oído de quien los oye o a los ojos de quien los lee. Los más perjudicados son los artículos determinativos, especialmente el masculino singular, el, y muchos adjetivos que se han quedado sin trabajo. Lo dicho vale tanto para el catalán como para el castellano, y ya es hora de denunciar el depaisismo de nuestros líderes patrios. ¡Abajo el de país! ¡Arriba del país

Como todo el mundo sabe, el jamón no es de país, sino del país. No es sentido de vida, sino el sentido de la vida. No se dice un espíritu de país, orgullo de país, política de país. Será, si acaso, nacional. Si no, si no les gusta nacional, digan patriótico, moderno o chachi, añadan un patronímico (catalán, español, ario, lo que gusten) o busquen algún otro adjetivo más idóneo. Se acepta de Estado en algunas expresiones, como la razón de Estado, pero no existe la razón de país. Si se enfrentan con la geografía y el país puede pasar por una área geográfica, añadan un artículo y digan del país, y no de país. Etcétera.

El último en hablar (mal) y emplear de país con insistencia ha sido el presidente del Consejo Nacional de Unión Democrática de Cataluña, UDC, que quiere meter baza en la pelea de perros antes mencionada, azuzando a los canes. El tal presidente, Josep Maria Pelegrí, leo en los periódicos, ha constado (sic) que no hay unidad de cara a unas posibles plebiscitarias y ahí no queda todo el destrozo del lenguaje, sino que prosigue, y ahora cito, pidiendo a todos más sentido de país que de partido.

¿Sentido de país? ¿Sentido de partido? ¡Esto no tiene sentido! Es una pena de sentido (tortura) del lenguaje. En cambio, el señor Pelegrí ha dicho poco después (vuelvo a citar) que espera que en los próximos días se llegue a una solución en un sentido u otro, lo que tiene más sentido. Quiero decir, que hasta podría pasar por bien dicho. 

Pero tal como habla el señor Pelegrí (y todos los demás), ¿qué querrá decir en un sentido u otro? ¿En un sentido de partido o en un sentido de país? ¡Cuidado! Porque el sentido de país (o de partido) no es más que hablar mal. Primero, porque es del país, no de país. Segundo, porque un país no tiene sentido, carece de sentido. Un partido, en cambio, podría tener sentido aunque sólo defendiera sinsentidos, pero aún así sería el sentido del partido, no de partido.

En fin, proclamemos en voz alta nuestro principio de hoy:

¡Muera el de país! ¡Viva el del país! 

Dicho esto, hay que apreciar un detalle. Si yo digo el espíritu del país, el orgullo del país, la política del país... digo yo que son todas estas cosas como el jamón del país, provincianas (aunque el jamón sea también muy rico). Quédense, pues, con la idea: quien defiende una política de país, es de pueblo.

Resumen de la política catalana


Discutíamos con un amigo la situación política catalana y éste la resumió con contundencia. Dijo:

A Mas sólo le importa lo de Mas, no lo de los demás.

Juegos de palabras aparte, su análisis fue tan certero que no hubo mucho más que decir. 

Es mío, dice uno. No, mío, responde el otro. Y así hasta el ridículo.

El relato conceptual


Esta mañana, desayunando con la radio, los periodistas de la Cadena SER han avanzado una estimación de voto de ésas que quita el hipo. No he visto la ficha técnica y desconozco el margen de error, pero My Word (la empresa demoscópica) sostiene que ahora mismo Podemos se llevaría el 27,5% de los votos. Detrás vendría el PP, con un 24,6%, y el PSOE, con un 19%. UPyD y Ciudadanos (a cara de perro entre ellos) se llevarían un 5,5 y un 5%, respectivamente. Izquierda Unida tendría que conformarse con un 3,7% y es interesante comprobar que ERC, con un 2,4%, pasaría por delante de CiU, con un 1,9%, aunque ya les digo yo que los datos por debajo de un 5% no son muy fiables.

Los resultados de la encuesta publicados por la Cadena SER.

Vean la noticia en:

Los periodistas entrevistaban a un experto en demoscopia. Decía cosas muy interesantes. Decía que Podemos sacaba votos de la derecha, la izquierda, la abstención y hasta de debajo de las piedras. En general, sostenía el técnico, Podemos obtenía el voto de gente que ha padecido y sigue padeciendo los efectos de la crisis económica. A medida que mejore la situación del país, decía el experto, perderá apoyo electoral.

Por eso, seguía diciendo, el Partido Popular basa su estrategia en decir que España está saliendo de la crisis (una variante del lema aznarista España va bien). Cuanto más salga de la crisis, mejor le irá al PP y peor a Podemos, en suma. Pero, ay, lo de salir de la crisis es relativo, con tanto paro y con trabajos, para quien los consigue, de tan mala calidad.

¿Y el PSOE? A decir del experto, mal lo llevan los socialistas, que no pueden sumarse al discurso de la casta (sic) ni sostener que España va a mejor. Han de hacerse con un espacio en medio, ha dicho el técnico demoscópico.

Pedro Sánchez, meditando sobre la filosofía del lenguaje.

Acto seguido, una periodista ha anunciado que el líder socialista, Pedro Sánchez, había dado con la solución a los problemas de pérdida de voto del PSOE, así dicho, tal cual, y sale la voz del señor Sánchez, con aplausos de fondo, en lo que supongo sería una reunión multitudinaria de militantes socialistas, diciendo (proclamando):

¡Hemos de ser los primeros en describir la realidad mediante un relato conceptual!

Aplausos y tal, y yo, patidifuso. He corrido a apuntar la frase, no fuera a perderla, y aquí la tienen. Han de ser los primeros en describir la realidad mediante un relato conceptual, para ganar votos, lo que tendría un mérito inmenso. O ninguno, según se mire.

A ver, a ver, que lo de describir la realidad mediante un relato conceptual no es baladí, aunque podría pasar por boutade, incluso por tontería. Que la realidad no es la realidad en sí misma, sino cómo se narra, y que la narración se asienta sobre un sistema conceptual que tanto el emisor como el receptor del relato comparten o creen compartir... 

Bah, es discutible, muy discutible, y la discusión, interesantísima. Desde un punto de vista filosófico, metafísico, gnoseológico, epistemológico, hasta semántico, lo del relato conceptual da para mucho. Estas cosas en sí, para sí, consigo y según me fascinan, qué quieren que les diga. Me sumaría al debate ahora mismo, para llevar la contraria a quien quisieran ustedes, sólo por pasármelo bien.

Ludwig Wittgenstein, que guarda cierto parecido con Pedro Sánchez.
También dijo que la realidad era descrita mediante un relato conceptual.

Aunque, vistas así las cosas, el relato de Podemos y el del PP para describir la realidad también es conceptual y lo de ser los primeros... Para mí que el PSOE llega tarde, otra vez, en eso de los relatos conceptuales para describir la realidad. En verdad, según se mire o se ponga uno, cualquier discurso es una descripción de la realidad mediante un relato conceptual y el señor Sánchez no ha dicho más que nada.

Será mejor aterrizar y preguntarnos si el común de los mortales, que no sabe qué partido le convence más, votará, ahora sí, a quien le promete, en voz alta, ante los micrófonos, que ha sido el primero en describir la realidad mediante un relato conceptual. Esto es tanto como preguntarse por el sexo de los ángeles en Constantinopla a punto de pasar a llamarse Estambul y dar la respuesta como solución al Turco. 

A cualquier persona normal le da un repelús si se le presenta un candidato, le estrecha la mano y le dice: Vente conmigo y vótame, que he sido el primero en describirte la realidad con un relato conceptual que te vas a quedar de una pieza, ya verás. Vamos, digo yo.

El Museo Militar de Barcelona


La sede del propuesto y por ahora fantástico (imaginario) Museo Militar de Barcelona.

He leído que durante la Pascua Militar, el pasado 5 de enero, el general de turno anunció la intención de abrir un Museo Militar en Barcelona, para (cito) glosar la importante contribución de Cataluña a la historia del Ejército (español). Según los periódicos, el museo podría abrirse en uno de los edificios de la Comandancia, que está tocando a la estatua de Colón y que tiene un aspecto magnífico y señorial. Ahora bien, con la voz chiquita y sin mucha publicidad, se añade que ahora mismo no hay dineros para montar un museo aquí o allá y que hasta que no mejoren las arcas públicas, aquí no hay ni museo ni colección ni nada.

Piezas de armaduras de los siglos XV y XVI, expuestas en Montjuic.
Barcelona no las dejó escapar, no, ¡se las sacó de encima!

Eso no ha impedido que todas las voces del llamado arco político catalán (el arco iris parlamentario, si quieren, una combinación chachi de luces y colores) hayan alzado sus voces al unísono diciendo que no, qué barbaridad, y cosas por el estilo. Barcelona ha de ser la capital de la paz, decía uno que se dice de izquierdas, y no hay sitio para una exaltación de la violencia. Otro echaba leña al fuego asegurando que la idea era (cito) una provocación de Madrid y algo más tarde añadía que (vuelvo a citar) sería un recordatorio de la opresión y la ocupación española, que así anda el patio de tonterías.

Estas palabras dichas a pocos días de haber dejado atrás 2014, año del Tricentenario, del tricentenario de un acontecimiento bélico, del tricentenario donde han sido numerosas y abundantísimas las referencias a la historia militar española (y europea)... La verdad, que hacía mucho tiempo que no veía ni oía tantas, tantas , tantas explicaciones en materia militar del siglo XVIII como en Barcelona en 2014.

El Ayuntamiento de Barcelona se ha gastado casi 90 millones de euros en el museo ése del Born, la Zona Cero (así la llaman, en plan de guasa) y gastará tres millones de euros al año sólo para tenerlo abierto... y todo por una mierda de colección, la verdad. Y ahora que viene el Ejército y nos monta un museo gratis, decimos que no. ¿Quién nos entiende?

Armadura renacentista en el antiguo Museo Militar de Montjuic.

Si lo de antes era tan chachi, lo de la historia militar de la Guerra de Sucesión, ¿por qué no es chachi el resto de la (abundantísima) historia militar de Cataluña, o de Barcelona? Porque morir, morían igual catalanes bajo Napoleón o por un quítame allá esas pajas entre carlistas e isabelinos que por los sitios de la ciudad de Barcelona ahora por los Haubsburgo, ahora por los Borbones. Que Barcelona fue sitiada por los dos bandos y resistió heroicamente contra los dos, que un presidente de la Generalidad de Cataluña murió de un cañonazo... de los Haubsburgo, no de los Borbones, que fueron miles los barceloneses de ambos bandos que etcétera, etcétera, etcétera. Lo de Cataluña como parte de Francia (1640, 1810) y los carlistas matando liberales ¿no merece también un recuerdo?

Francesc Savalls y unos amigos, carlistas y catalanes, durante la Tercera Guerra Carlista.
Las Guerras Carlistas son las grandes desconocidas de nuestra historia.

Además, es muy cierta la contribución de Cataluña a la historia militar española y europea. A modo de ejemplo y sin ánimo de exhaustividad:

La forja catalana, base de la industria armamentística del Principado.

La forja catalana, que armó de espadas, dagas, puñales, picas, lanzas, alabardas, bayonetas y cosas para pinchar y cortar con gusto y saña de la Edad Media hasta la Contemporánea. La llave a la catalana, que junto con la llave shrapance (escocesa) introdujo las llaves de chispa y pedernal en los arsenales europeos. Eso, en tecnología, sin entrar a trapo en la era industrial y del vapor.

Llave a la catalana en una pistola del siglo XVIII.

Los acontecimientos bélicos en los que el Reino de Aragón metió baza fueron muchos y en todos ellos participaron catalanes en primera línea y en el mando. Los almogávares arrasando y masacrando Grecia; las sucias campañas de Cerdeña y Sicilia; las campañas del Gran Capitán; las guerras del Moro y las campañas corsarias; hasta en los Tercios hubo muchísimos catalanes (en el de Nápoles, por ejemplo). También mencionaríamos Lepanto (que no se nos olvide Lepanto). Si en algo somos especialistas los catalanes es en las Guerras del Francés (la de 1640, la de Sucesión Española, la Guerra de la Independencia... ¡prácticamente todas!). Que no se nos pasen las Guerras Carlistas, que en Cataluña dieron mucho de sí. 


La Cataluña bajo Napoleón.

Más cerquita, los padres de la derecha nacional catalana se dedicaron a la fabricación de armamento y material para los que lucharon en la Primera Guerra Mundial (de ahí, parte del Modernismo de Barcelona). Luego... ¡la Guerra Civil! Por Dios, que nos dejábamos la Guerra Civil, con la República apoyándose en el poderío industrial catalán y las batallas del frente de Aragón, del Ebro, del Segre, la Retirada... 

¡Anda que no tenemos historia militar en Cataluña!

Vemos en las grandes capitales uno o más de un museo militar. El Imperial War Museum (IWM) es más que un museo, una red de museos, a los que añadir el Museo del Ejército (donde conservan el esqueleto del caballo de Napoleón) y tantos museos regimentales. En París tienen los Inválidos (donde conservan el esqueleto de Napoleón). En Viena, el museo militar es impresionante (no sé si conservan algo de Napoleón, en éste). El Arsenal de Venecia... En fin, tantos. Por qué no, en el mismísimo Museo Marés de Barcelona conservan unos pinchos...

Si se me ponen progres y me dicen que no, que nada de todo eso merece un museo, hablemos de las obras de arte católicas que ocupan tantos museos, obras de Velázquez, Goya, Caravaggio, Rivera, Murillo... Si tan progres somos y España es un estado laico, todas esas obras de propaganda deísta ¿no tendrían que retirarse de los museos? Algún imbécil dirá que sí, siempre hay alguno, pero si eso no se retira del catálogo de la Historia del Arte, no veo por qué tiene que retirarse el patrimonio militar de nuestra Historia antigua y reciente.

Aviadores republicanos y un Polikarkov I-16 "Rata" en Cataluña.

Además, siempre queda el Museo de la Guerra Civil. ¿Existe en España un Museo de la Guerra Civil? No. Hay un proyecto por ahí... Pero, no, no existe. 

Cuando desmantelaron el Museo Militar del castillo de Montjuic, me llevé las manos a la cabeza. Cierto que el franquismo había aprovechado las circunstancias para hacer publicidad de lo suyo, pero no es menos cierto que el museo guardaba una de las colecciones de armaduras renacentistas más importantes de Europa, piezas de artillería únicas en el mundo, una colección de armas de fuego que quitaba el hipo y un montón de chatarra militar que, de haber sido un museo moderno y más accesible, habría hecho de este museo de Barcelona la envidia de muchos otros museos militares europeos. Hoy, el castillo se muere de asco y la ciudad perdió un patrimonio histórico-artístico de primera categoría por dárselas de progre-chachi de buen rollo. ¡Gilipollas! Y perdonen la expresión, que me pierdo.


Arriba, el bombardeo de Barcelona por la Aviación Legionaria (italiana).
Abajo, la orden de bombardear la ciudad, procedente de Roma.
Nuestra Guerra Civil, ¿no merece un museo?

Fíjense qué Museo de la Guerra Civil hubiéramos podido montar en el castillo. Teníamos material de sobras. El lugar era también emblemático. Faltaban las ganas y un discurso museístico, que no requieren más que voluntad. Hubiera sido magnífico. Barcelona se habría convertido en un punto de referencia de la museística militar europea (mundial), los que defienden la Memoria Histórica hubieran tenido un punto de reunión, un Centro de Documentación, una cátedra, cualquier cosa. Los friquis como yo, felices y el pueblo sería un poco más culto y aprendería de los errores del pasado para no repetirlos en el futuro, que es para lo que sirve un museo como éste.

Pero ¡quiá! No sé qué instituto de la paz, que pongo en minúsculas porque ¿existe todavía? Ni idea, ni me molesto en averiguarlo, que no lo conoce ni Dios. Ya ven qué han conseguido.