¡Milagro! ¡Milagro!


La Archidiócesis de Sevilla anda un tanto revuelta estos días, buscando cómo promover la causa de la canonización de la beata María de la Purísima, que fuera Madre General de la Compañía de la Cruz.

Una de las imágenes de la madre María de la Purísima.
Fue publicadas durante su proceso de beatificación.

María Isabel Salvat Romero, el nombre con el que pasó a formar parte del Registro Civil justo después de nacer en 1926, en Madrid, ingresó en la Compañía de la Cruz en 1944 y tomó los hábitos meses más tarde. Se convirtió en María de la Purísima de la Cruz e inició su camino hacia la beatitud y la santidad. Hay que reconocer que dedicó muchas horas de su vida a cuidar de ancianos, enfermos y necesitados, hasta que murió en 1998, veintiún años después de ser elegida como Madre General. Se ganó el respeto de muchos que la conocieron.

El proceso de beatificación se inició en seguida, en 1999. En 2004 obtuvo el Nihil Obstat (nada que objetar) de la Congregación para las Causas de los Santos. En 2005, se inicia la causa para examinar el primer milagro, la curación de una niña. En 2009 fue considerada heróica y venerable (paso previo a la beatificación). A principios de 2010, el milagro fue reconocido oficialmente como tal. Así, pasito a pasito, el 18 de septiembre de 2010 fue beatificada en Roma y hoy sigue avanzando, pasito a pasito, hacia la santificación.

Imagen de la beata, bendecida y expuesta en la iglesia de la Compañía de la Cruz.

Para llegar a santa hacen falta milagros y ya no hacen milagros como los de antes. Es decir, ya no crecen piernas a los cojos ni se convierten las rosas en panes (o viceversa), aunque se ha reconocido como milagro que un submarino chileno no se fuera hacia el fondo del mar con todos dentro una vez abierta una vía de agua y el Opus Dei, en la causa de beatificación de Josemaría Escrivá de Balaguer, apuntó que uno de sus numerarios se encomendó al Fundador buscando dónde aparcar en Madrid ¡y dió con una plaza! (les juro que es verdad, pudo aparcar, al fin). 

En general, los avances de la medicina han hecho un flaco favor a las curaciones milagrosas y las que se dan ya no son tan fantásticas como habían sido unos siglos atrás. En el primer milagro de la beata María de la Purísima de la Cruz intervino un equipo médico y un hospital. No es lo mismo que un pastor sin una pierna que se echa una siesta y se levanta con las dos, oh, maravilla. Pero ¿estoy seguro de lo que estoy diciendo? ¿Ya no hay milagros como los de antes?

No es el Copacabana, sino que son los armaos de la Macarena.
En uno de ellos se obró el milagro.

Lo pregunto porque la Archidiócesis de Sevilla ha publicado una nota de prensa anunciando que ya tiene el milagro que buscaba y éste es el de la curación (milagrosa) de un armao de la Macarena. La nota, fechada el 11 de noviembre de 2014, dice así:

La curación milagrosa de José Manuel Carretero Díez, miembro de la Centuria Romana de la Hermandad de la Esperanza Macarena, atribuida a la intercesión de la beata Madre María de la Purísima, posibilitará la próxima canonización de la que fuera Madre General de la Compañía de la Cruz.

El caso de José Manuel Carretero, conocido como 'Carre' en el mundo cofrade sevillano, trascendió a raiz del aluvión de alusiones en las redes sociales. 'Carre' sufrió a la edad de cuarenta y cuatro años una parada cardiorespiratoria prolongada en Sevilla por espacio de doce días.

Su recuperación ha sido reconocida como milagrosa por el equipo médico que ha analizado el caso en Roma.

No sé si se habrán dado cuenta. Lean, relean y repitan conmigo, lentamente: una parada cardiorespiratoria prolongada en Sevilla por espacio de doce días...

(El ABC de Sevilla se explica mejor que la archidiócesis. Cito: En septiembre de 2012, con 43 años, sufrió una parada cardiorrespiratoria que lo mantuvo sin oxígeno 25 minutos. Permaneció doce días en coma y despertó. En ese tiempo, su caso trascendió en las redes sociales y se hizo una novena a la que será nueva santa, a cuya intercesión se atribuye la curación de el «Carre», reconocida como milagrosa por el equipo médico que ha analizado el caso en Roma. Milagro, quizá, pero menos.) 

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