Cándido



¡Qué placer! Hay que meterse un clásico en el cuerpo con cierta regularidad, para mantenerse en forma. La lectura de Cándido, de Voltaire, es un ejercicio sanísimo y muy recomendable. Es un bocado exquisito y una necesidad. ¿No han leído todavía el Cándido, de Voltaire? ¿A qué esperan?

Discutieron durante quince días seguidos, y al cabo de quince días se hallaban en el mismo punto que al comienzo. Pero, en fin de cuentas, hablaban, se comunicaban ideas, se consolaban. (Capítulo XX.)

Si no saben de qué va, les diré que Cándido es un personaje de conciencia recta y simple que ha sido educado en la creencia de que éste es el mejor de los mundos posibles (como decía Leibniz). Entonces le sucede un contratiempo, tiene que abandonar su hogar, ver mundo y lo que ve... En fin, para qué contar, si ya lo leerán ustedes. 

Confieso que me ha levantado algunas risas, pero también me ha aproximado al horror de la guerra, la intolerancia o la estupidez. Uno puede estar o no estar de acuerdo con Voltaire, pero tiene que ceder ante su libertad de pensamiento y su acerado y punzante sentido crítico. Cándido vale tanto hoy como el día en que se escribió y su valor literario va de la mano de su valor llamémosle político o filosófico. En eso es una rara auis, porque una cosa y la otra no suelen ir juntas a menudo.

Habrá quien sostenga que Cándido es una obra menor y puede que acabe dándole la razón, pero es un bomboncito literario y libresco, un capricho, un pequeño placer al que rendirse con gusto y ganas. De verdad que me lo he pasado en grande leyéndola.

He leído la versión traducida al español por Carlos Pujol, que publica Blackie Books, una editorial que está rompiendo muchos moldes y que me parece que lo está haciendo muy bien. Esta edición es un tanto especial, pues viene ilustrada por Quentin Blake. 


Blake es famoso por la ilustración de cuentos infantiles y es uno de los más grandes ilustradores de ese género. La idea de ponerlo a ilustrar Cándido me parece una apuesta arriesgada, pero magnífica, y el resultado creo que ha sido fenomenal. No todo el mundo está de acuerdo conmigo. Discutí hace un tiempo con una editora de prestigio, que no citaré, sobre el particular. No le pareció una buena elección, pero otras personas que participaron en la discusión quisieron llevarle la contraria. Esto no quita ni añade méritos a esta edición, sino que muestra hasta qué punto hay que jugársela y por qué vale la pena hacerlo. Mi opinión sobre el particular es que ha sido una gran apuesta que merece ganar, pero admito que mi opinión vale tanto como las demás y menos que alguna otra.

Bah, dejémosnos de tonterías. Vayan y lean Cándido, caray. Que vale la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario