Que Dios nos ampare


Confiesa Duran, el ínclito calvo, que en su búsqueda de la centralidad ha reclamado la ayuda de la gente de las parroquias, con estas mismas palabras. ¡Tan grande es su empresa y tan altas sus miras! 


En términos marinos, cuando ha visto que la flota pirata navegaba 9º Norte, que el Gran Timonel no hacía caso de los avisos de las cartas marinas y se ha confirmado que el Referente Moral provocaba desviaciones en la deriva que oscilaban entre el 3 y el 5%, cuando ha visto eso, decía, el primer oficial ha dicho que ahí os quedáis, ha abandonado su equipaje, se ha embarcado en un frágil esquife, se encomienda al Altísimo y rema para arrimarse al botín, que queda huérfano de padre y madre. 

Es lo que tiene ser pirata viejo y haber navegado sobre bajos fondos y aguas cenagosas durante más de treinta años. Se huele el peligro y se avista la oportunidad. A los demás, que les den.

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