De Messi al Prusés, pasando por Qatar


¿Realmente lee o sólo está mirando las fotografías?

El otro día me llevé una sorpresa morrocotuda. Descubrí un libro firmado por Lionel Messi acaparando la mesa de una famosa librería. Messi: elegí crecer (29,95 euros). ¡Toda una frase de autoayuda! ¡Para echarse a temblar!

Hace un tiempo, Messi presumió (sí, presumió) en una rueda de prensa de no haber leído nunca un libro, pero ¡ya ven! ¡Los escribe! Al menos, los firma. Luego he sabido que era un libro de la Fundación Messi. Es decir, el libro lo ha escrito un negro (un negro literario, quiero decir).

No es un caso único. Los grandes políticos ponen por escrito sus reflexiones, de ahí que sean tan pocos libros; pero los políticos mediocres emplean negros (literarios) y nos inundan de porquerías. Pónganse por ejemplo a todos los presidentes de la Generalidad de Cataluña, en activo o ya retirados, pero sobran los ejemplos de avisados dirigentes de las grandes (y pequeñas) formaciones políticas del país, de la izquierda a la derecha pasando por Pisuerga.

El libro de Messi, de la Fundación Messi, sale a la luz justo cuando la Guardia Civil comienza a ver la luz en sus pesquisas. Porque han echado el ojo a las cuentas del multimillonario futbolista y han descubierto que hace trampas con el fisco. De tapadillo, a la chita callando, el futbolista mejor pagado del mundo (sic) evita pagar a Hacienda millones y millones de euros. El delantero y su familia ya tienen un caso abierto con la Agencia Tributaria. Les pillaron con las manos en la masa y han pagado cinco millones de euros de adelanto para intentar pactar una multa razonable, que podría ser de quince o veinte millones, pero ahora viene una de muy buena, que no tiene nada que ver con ésta.

Messi visita los juzgados y el público le vitorea, jalea y aplaude.
Luego van y se quejan de la corrupción. No hay quien los entienda.

Porque la Guardia Civil estaba investigando el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico (sic) y se ha fijado en unos partidos de fútbol benéficos que organizó la Fundación Messi. Algunos se jugaron, algunos no llegaron a jugarse. Participaron empresas mediadoras e instrumentales y ahora mismo la Guardia Civil está investigando una compleja trama de chanchullos y tejemanejes en Curaçao (una isla caribeña), Hong Kong, Panamá, Argentina, Perú, Colombia, México, los EE.UU. y también España, porque tienen fundadas razones para creer que entre 2011 y 2013 a) se limpió dinero procedente del narcotráfico en esos actos benéficos y b) parte del dinero recaudado (entre uno y dos millones de euros, por ahora) no ha ido a parar a esos pretendidos fines benéficos, como era de suponer.

No hay ni que decir que el papá de Messi dice que todo eso es falso y que es una maniobra contra el proceso independentista en Cataluña (sic). Aprende rápido, el chaval, pero ¿qué tiene que ver ser un sinvergüenza con el prusés? Nada, pero hay gente que comulga con ruedas de molino y la conspiranoia está de moda.

¿Hasta qué punto anda metido el Barça en todo esto? No tengo ni idea, pero algo tendrá que ver. De entrada, es el que paga el sueldazo millonario. También hay que añadir que tiene serios problemas con Hacienda por culpa de oscuras maniobras contables relativas al contrato de otro futbolista. Según algunas fuentes, podrían haber evadido más de ochenta millones de euros en impuestos y la Agencia Tributaria les va detrás, con ganas. ¡No es para menos! ¡De cuánto dinero estamos hablando!

Que el Barça se embarque en esta clase de negocios tiene que preocupar, pero no sorprendernos. En primer lugar, sólo hay que echarle un vistazo al palco, para ver la fauna que se reúne y comprobar cuánto dinero mueve el club. En segundo lugar, dime con quién te juntas y te diré quién eres.

Dime a quién escoges como amigo y sabré quién eres (Cicerón).

El principal patrocinador del club (si no, uno de los principales) es la dictadura árabe de Qatar, a través de una fundación, de unas líneas aéreas, incluso del ejército (el ejército de Qatar ha comprado hoteles de lujo en Barcelona). No serán una dictadura tan cruel y sangrienta como otras dictaduras árabes, pero... En fin, les arriendo la ganancia de ser mujer y qatarí, o no ser de la cuerda del jefe. El caso es que Qatar celebrará un mundial de fútbol... ¿Qatar? ¿En medio del desierto, a 50º C a la sombra? Pues, sí.

Ya no se discute si compró o no compró el mundial.
Se discute el precio.

Pero, añado, parece cierto que Qatar compró el mundial. Pagó millonadas en sobornos a algunos señores de la Federación Internacional de Fútbol y a golpe de talonario se quedó el premio. Lo que todo el mundo sospechaba es hoy casi una certeza y muchos patrocinadores reclaman limpieza y ejemplo. Sin patrocinadores, no hay mundial y ya hay quien dice que podrían repetir la votación y arrebatarle a Qatar su mundial de fútbol. ¿Llegaremos a eso? No lo creo, pero podría ser. En todo caso, Qatar tiene dólares para convencer a cualquiera de la bondad de su estrategia futbolera.

Una prueba más de que vivimos en una fútbolcracia que también está podrida. Fíjense y mediten en lo que voy a decirles.

Las elecciones al Parlamento Europeo se celebraron un domingo. La noche anterior hubo un partido de fútbol, la final de la Copa del Rey. El partido, que enfrentaba al Real Madrid con el Atlético de Madrid, tuvo una gran audiencia. De hecho, más gente siguió el partido por televisión en Cataluña que gente votó al día siguiente a favor del prusés, en contra del prusés, a la derecha, a la izquierda o al centro, les dejo escoger. De hecho, más gente vio el partido en algún momento que gente fue a votar, y no diré más.

De ahí que todavía aplaudan a los ladrones cuando pisan el césped o van camino del juzgado. ¡Y no hablo sólo de futbolistas!

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