Qué coches compran los ricos en España


Agárrense, que la noticia no tiene desperdicio. Les pongo en antecedentes. El incremento de la desigualdad de la renta en España se ha disparado: los ricos son cada vez menos, pero más ricos, y los pobres más y más pobres. Tal es así que somos el Estado europeo con mayor índice de desigualdad de la renta; si no somos el más desigual, somos el segundo más desigual, qué más da.

Prueba de ello son las estadísticas de venta de automóviles durante 2013 y los tres primeros meses de 2014. En 2013 se incrementaron las ventas un 3,3%; en el primer trimestre de 2014, un 11,8%. Parecen buenas noticias, pero hay que señalar que durante este primer trimestre de 2014 se incrementó la venta de automóviles de lujo un 35,9% y la de todoterrenos grandes, un 110%. Es decir, que los ricos compraron tres veces más coches (y mucho más caros) que los pobres.

Impresiona más si bajamos a las estadísticas por marca y modelo. 

Un Bugatti Veyron como éste sale por dos millones, gasolina aparte.

El pasado mes de febrero se vendió en España un Bugatti Veyron. Cuidado, que el más barato vale 1.629.000 euros y el más caro, 2.250.000 euros, más o menos. No sabemos cuál ha sido el modelo vendido y nos quedamos con las ganas de saberlo. ¿Quién lo habrá comprado?

El Ferrari LaFerrari corre tanto como el Veyron, pero sale más barato, a 1.300.000 euros. Además, consume menos.

En enero, Ferrari ya había vendido en España un LaFerrari por 1.300.000 euros. Ferrari también ha vendido entre enero y febrero ocho ejemplares del 458 Italia, que salen mucho más baratos (a más de 225.000 euros por unidad). Lamborghini también vendió un Aventador en enero, por unos 370.000 euros. 

En lo que llevamos de año, Audi ha vendido tres R8 (138.000 euros); Maserati ha vendido cuatro veces más coches que el año pasado (entre ellos, 26 Maserati Ghibli en tres meses, a 80.000 euros la pieza, más cupés y compañía); Bentley ha vendido ocho coches (ninguno baja de los 250.000 euros); se han vendido 349 Porsches en lo que llevamos de año...

Verde de envidia, pongo fin al relato.

De éste, en cambio, nadie habla, y mira que es bonito.


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