Me tapo con la bandera y allá voy


La angustia del paro en Andalucía es evidente.

Me llevo las manos a la cabeza. Andalucía es la Comunidad Autónoma con más paro de España, y la región con más paro de Europa. El paro andaluz es endémico y monstruosamente elevado (supera el 36%). El nivel de rentas de la región es bajo y sus infraestructuras no dan para promover mucha industria. Un drama que parece irresoluble.

Con todo, el mayor fraude con fondos públicos de la historia de España se ha dado en Andalucía, y eran fondos destinados a combatir el paro. ¡Precisamente el paro! No hablamos de una docena de millones, sino de dos mil millones de euros. Repito: 2.000.000.000,00 euros, céntimo más o menos. Que se sepa. 

Si comparamos con otros casos famosos, el caso Gürtel ronda los 120 millones y el caso Pretoria unos 45 millones. El señor Millet levantó casi 36 millones de euros y su sucesora, la señora Carulla, también dejó de pagar algunas docenas de millones de euros a Hacienda. Queda por cuantificar el total de daños que ha producido el caso Innova y sus satélites, que pueden sumar quizá centenares de millones de euros, pero dos mil millones de euros...

Los responsables políticos y penales tienen nombre y apellidos.

Hoy pongo la radio para que me acompañe en el desayuno y sale un tipo de la Junta de Andalucía hecho un basilisco. Esto ha sido una filtración interesada, para perjudicarnos políticamente. Esto ha sido un ataque contra Andalucía, ha dicho. Lo del ataque contra Andalucía le llenaba la boca y lo ha repetido aquí y allá.

Aquí, los únicos que han atacado a Andalucía (mejor dicho, a los andaluces) son los sinvergüenzas que, amparados en el poder, han levantado millones para sí, para el partido, para su señora o para lo que sea, tanto da, porque eran millones de euros de dinero público destinados a combatir el paro. Que uno robe dinero público es grave; que quien lo robe sea un servidor público es más grave todavía; que lo robe de donde más se necesita roza ya el escándalo bíblico y merecería que le ataran la rueda de molino al cuello y lo arrojaran del puente abajo. 

Robar a los parados en Andalucía es mal sobre peor.

Pero fíjense qué pronto se aprende lo malo. ¿Qué ha dicho ese portavoz de la Junta? Un ataque contra Andalucía. ¿No les recuerda algo? Me viene a la cabeza al señor Pujol en el balcón de la plaza de Sant Jaume soliviantando al público diciendo que su imputación por el caso Banca Catalana era un ataque contra Cataluña (sic). Si acaso, perdone, un ataque contra su mala práctica ético-bancaria, de la que podríamos decir mucho y nada bueno. Su digno sucesor, Oriol Pujol, también esgrimió un ataque contra Cataluña así que lo pillaron en chanchullos con las ITV y las certificaciones energéticas. Etcétera. Sobran los ejemplos de ¡Esto es un ataque contra...! y el nombre de la patria en cuestión. 

Unos lo llaman victimismo, pero el nombre técnico es envolverse (o taparse) con la bandera. De ahí que lo más recomendable en democracia no sea identificarse con una bandera, sino ampararse en la ley, los derechos y los deberes de las personas y los ciudadanos. Si uno es un sinvergüenza y se envuelve en una bandera, que emplea como escudo y excusa, flaco favor está haciendo a la que llama su patria, me parece a mí, y confundirá al pueblo, que creerá que los sentimientos nacionales están por encima de la ley. A mi manera de ver, su delito se agrava. Si no su delito, su falta de ética. El que era un sinvergüenza será ahora cabrón y sinvergüenza.

2 comentarios:

  1. ... pero le funcionará, porque tanto Catalunya como Andalucía están llenas de imbéciles dispuestos a creer cualquier cosa que provenga de sus próceres.

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    1. Tienes razón. Sí, funciona muchas veces, pero ¿funcionará siempre? Luego, que funcione no quiere decir que sea bueno, aunque mientras funcione, irán tirando de esta estratagema. Ay, Señor, en qué mundo nos has dejado.

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