Periodistas afectos y desafectos y becarios



Viene en los periódicos que el Gobierno de los Mejores ha encargado una lista de periodistas afectos y desafectos al Régimen. Quiero decir, que se me entienda, que Presidencia de la Generalidad de Cataluña ha pagado 31.000 euros a Digilab: media, strategy and regulation para que haga la lista de afectos y desafectos y luego la comente. 

Digilab es un grupo de investigación del Departamento de Estudios de Comunicación de la Escuela Blanquerna, de la Universidad Ramon Llull. Pueden saber más de Digilab en:

Para tener que evitar hacer un concurso, los 31.000 euros se dividen en dos. Primero, un estudio por 16.000 euros que se titula Análisis de la política catalana en los medios y luego 15.000 euros más por un Estudio cualitativo del pluralismo y el equilibrio en la cobertura mediática de la política nacional, que consiste en explicar lo que ha dicho el primer análisis. Así puede utilizarse el método digital; es decir, se asignan a dedo a quien yo quiero, porque cada uno de los trabajos cuesta menos de 18.000 euros. 

En estos estudios y análisis, los periodistas se clasifican en soberanistas, españolistas, federalistas y sin identificar (es decir, que no manifiestan una opinión clara y quién sabe qué piensan). Digilab también hace distingos entre la prensa: catalana, española (no catalana) e internacional. También escucharon la radio, miraron la televisión y navegaron por internet, para clasificar a tertulianos y opinadores en general en las clases antes expuestas.

¿A qué cámara tengo que mirar? ¿Cuál será amigo y cuál enemigo?
Grandes cuestiones de la vida pública.

Para Digilab, la prensa catalana es La Vanguardia, El Periódico, El Punt-Avui, Ara y varias publicaciones locales de mucha menor tirada. Todas ellas, ya ven, tirando hacia la derecha y sumando docenas de millones de euros en subvenciones estos últimos años. Se nota. Todas tienen al menos una edición en catalán y predominan los periodistas afectos al Régimen. Porque Digilab asegura que el 59% de los opinadores catalanes son soberanistas y el 22% no se sabe qué piensa en verdad, pero ya está bien que sea así, mientras no molesten. Existe un 18,2% de periodistas y tertulianos españolistas (qué horror) y un 0,8% de periodistas friquis, es decir, federalistas.

Se consideran como periódicos españoles (y no catalanes) El País, El Mundo, Abc, La Razón, El Correo, La Voz de Galicia y La Nueva España, aunque cabe añadir que algunos de estos periódicos tienen redacción en Cataluña y algunos de sus periodistas son catalanes ellos mismos. Pero, por lo visto, eso no es suficiente. Aquí se invierten las cifras. Será porque no hay subvención o ¡no sé por qué será!, pero un 71% de los periodistas españoles (que no catalanes, que pierden tal condición por escribir donde escriben) son españolistas y un 23% no será ni chicha ni limoná, pues, según Digilab, esa cuarta parte del gremio sigue sin definirse ni hacia un lado ni hacia el otro y marea la perdiz. Los friquis serán los soberanistas (un 3%) y los federalistas (un 2,3%). 

A los periodistas afectos se les atiende con más cariño.
A los desafectos, que les parta un rayo.

Ya sabemos que los españoles son malos y nos tienen manía (en parte, porque no cobran subvenciones), y así salen como salen, españolistas, pero ¿qué hay de los periodistas del resto del mundo mundial? Quizá no sean tan malos malísimos. Veámoslo.

Digilab ha seleccionado The New York Times, The Washington Post, USA Today, The Wall Street Journal, Financial Times, The Guardian, The Times, The Daily Telegraph, Le Monde, Le Figaro, Il Corriere della Sera, Süddeutsche Zeitung, Frankfurter Allgemeine y De Telegraaf, y alguno más que me dejo en el tintero. Les resbala lo que pase en Cataluña o España a dos de cada tres articulistas extranjeros (es decir, no se definen). Luego vendrá un 18% de españolistas, un 12% de soberanistas y un 2,1% de friquis federalistas

Ahora que ya sabemos de qué pie calzan, ¿cómo ven a nuestros líderes patrios? Es otra de las preguntas que tenía que responder Digilab y si me dejan opinar, creo que ha procurado no ofender demasiado al pagano. 

Se habla, pues, de la valoración de los principales actores del Proceso (sic). Se dice que la información publicada es (cito) mayoritariamente neutra, y vale tanto para los periódicos catalanes (68%), españoles (53%) o extranjeros de veras (69%). Pero se les escapa un dato que echa para atrás cualquier sospecha sobre un estudio bien hecho: En la prensa catalana sólo un 13% de las informaciones publicadas sobre esos principales actores son positivas. Qué raro.

La gente (alguna gente, quiero decir) ha montado un escándalo tremendo. ¿Qué es eso de clasificar a los periodistas en buenos y malos según lo que piensen? ¿Qué tipo de censura es ésta? Alguno recuerda que ya lo hizo el Tripartito, años ha, pero no es excusa y no puede tolerarse algo así. Qué vergüenza, etcétera.

Hay que saber a quién le dejas hacer una pregunta.
Si resulta que es listo y desafecto, te pondrá en apuros.

Yo... Pues encuentro normal que vaya el presidente de un gobierno y pregunte a la Oficina de Prensa de su Gabinete: Chist, oye, ¿qué periodistas me tratan mejor? Es por concederles una entrevista. También sería lógico preguntar: ¿Cuáles parecen estar de acuerdo con mi política? O si ése me tiene manía o si ese otro es de fiar. Hay que andar avisado por el mundo y saber qué suelo pisas, normal. Lógico.

Lo que no es normal ni lógico ni debería tolerarse es que le hayan cobrado a Presidencia 31.000 euros del erario público para saber quién es de los nuestros y quién no, y preguntar si hablan bien de nosotros o más bien no. ¡Señores! ¿No tienen una Oficina de Prensa del Gabinete de Presidencia? ¿Qué tienen, si no?

Porque, a ver: ¿la Oficina de Prensa tiene que contratar a uno de fuera por 31.000 euros para que les diga qué periodistas son de la cuerda del señor presidente? ¿Es esto serio? No, no lo es. ¡Por favor!

Si la Oficina de Prensa del señor Mas es incapaz de saber qué periódico habla bien del jefe o está de acuerdo con él... Si un gabinete de prensa no sabe qué dicen los periodistas más influyentes de su país sobre su jefe... Pues ¡vaya birria de gabinete de prensa! Mejor que lo cambien, la verdad. ¿Eso es todo lo que tenemos? El presidente era malo, pero los que le rodean ¡no se quedan atrás!

Según el Departamento de Presidencia, el señor Mas cuenta con una Oficina de Prensa en la plaza de San Jaume, 1, 08002 Barcelona, cuyas funciones son (copio): Dar soporte y asistencia a la persona titular del Departamento en sus funciones de relación con los medios de comunicación. Hacer el análisis y la difusión interna del contenido informativo de los diferentes medios de comunicación y evaluar su repercusión. Elaborar y transmitir notas de prensa y comunicados y preparar entrevistas, reportajes y ruedas de prensa. Todas las de naturaleza análoga que le puedan encargar. Amén. Y se regula por el Decreto 118/2013, de 26 de febrero, de reestructuración del Departamento de la Presidencia (DOGC núm. 6325).

Entonces, ¿para qué contrataron a Digilab? ¿Para hacer el trabajo que la Oficina de Prensa ya tendría que tener hecho? ¡Que son 31.000 euros...! ¿Es que no sabían hacerlo? Sería grotesco. Querría decir que los inútiles se arriman al poder, pero ¿les extrañaría algo así? No responderé a esta cuestión. Cabe otra posibilidad. ¿Se trataba quizá de hacerle un favor a un amigo? Pregúntese, en tal caso, qué relación tendría Digilab con CiU, y dejo las cosas ahí, en el aire, para que ustedes investiguen. A mí me da pereza. Ya me contarán qué descubren por el camino.

Lo que sé seguro es que se habrían ahorrado esos 31.000 euros encargándole el trabajo al becario, que es el único que pega sello en la oficina. ¿Quién creen ustedes que ha hecho el trabajo en Digilab? ¿El gran jefe? ¡Quiá! ¡El becario! ¿Quién hubiera hecho el trabajo en la Oficina de Prensa? ¿Su jefe? ¡Bah! ¡El becario!

Le dejan unos días suelto, a su aire, y escribe unos magníficos informes, mejor elaborados que los de Digilab... ¡y muchísimo más baratos! ¡Con fotos y todo! Y yo mismo, sin ser becario, me ofrezco a hacérselos la próxima vez, a mitad de precio, unos informes preciosos, de rechupete, que dirán lo que ustedes quieran que digan, a discreción. La encuadernación la cobraré aparte.

Por cierto, ya que hemos pagado 31.000 euros por eso, ¿podríamos leerlo o también les da vergüenza? ¿Tan mal escrito está?

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