Más banderas, más desigualdad


Estos últimos días he leído en los periódicos que la desigualdad social ha crecido tanto en Cataluña. Lo diré de otra manera: los catalanes más ricos son más ricos ahora que antes de la crisis y los pobres, más pobres, y no les cuento el suplicio y decadencia de la clase media. 

Entre 2007 y 2012, los catalanes con rentas por debajo del umbral de la pobreza han aumentado un 48%. La demanda de becas-comedor en las escuelas se ha doblado. El índice de Gini, que mide la diferencia entre las rentas más altas y las más bajas, muestra una desigualdad grave y además, creciente. Sólo el índice de Gini de Madrid es más preocupante que el de Cataluña. 

Véase de otra manera: La mitad de la riqueza de Cataluña se concentra en uno de cada cinco catalanes. La renta disponible por los otros cuatro será más baja que la renta per cápita. El catalán más pobre de estos cinco sólo dispondrá de una renta veinte veces inferior a la renta per cápita. 

Para más recochineo, el 5% de los catalanes más ricos son responsables del 80% del fraude fiscal. Eso es tanto como decir que el fraude fiscal de los catalanes más ricos equivale a todo el presupuesto de la Generalidad de Cataluña. Todo: hospitales, escuelas, juzgados, ayudas sociales, carreteras, policía... Todo. ¡Eso es déficit fiscal y lo demás, puñetas!

Las ayudas sociales en Cataluña, en cambio, se sitúan en la parte media-baja de la lista de ayudas sociales por habitante. La Generalidad de Cataluña dedica 275 euros por habitante y año a esta causa. Andalucía, 271 euros por habitante y año.

Pero hay que señalar una gran diferencia entre Cataluña y Andalucía. La Junta de Andalucía dedica un 10% de su presupuesto a las ayudas sociales. La Generalidad de Cataluña, en cambio, poco más del 5%. El esfuerzo de los andaluces por ayudar a quien tiene menos es dos veces el esfuerzo de los catalanes. Reflexionen un poco sobre este esfuerzo. El actual Gobierno de los Mejores está entre las cuatro Comunidades Autónomas que dedican una parte menor de su presupuesto a los más necesitados; se da la mano con Madrid y Valencia, que también da pena verlas.

¿A quién le importa? A la sombra de las banderas, se sublima el mal gobierno y los más pobres sufren las consecuencias. Lo social y lo nacional siempre han sido excluyentes. Si no creen en la teoría, compruébenlo en la práctica.

Aire fresco


Decía Nietzsche que ascendía a las más altas cumbres para permitir que el aire fresco le ensanchara los pulmones y luego contemplarnos desde lo alto. Eso, en los libros. En sus epístolas se queja de innumerables resfriados y dolores de cabeza. 

La subasta del halcón maltés

Fotografía publicitaria de El halcón maltés, donde aparece la estatuilla.

En la historia del cinema noir, que es la manera pedante de decir cine de policías y ladrones, destaca con luz propia una película de 1941, The Maltese Falcon (El halcón maltés). John Huston, el director, hizo una gran película de una novela de Dashiell Hammett. Tan grande que la mayoría de la crítica cinematográfica la considera la mejor película noir de la historia y una de las mejores películas de la historia del cine, así, en general. 

El pajarraco, en una escena de la película.

Protagonista involuntaria de la película es la estatuilla de un halcón, la que da nombre a la película. Los protagonistas matan por ella y hoy, setenta y tantos años después, siguen matándose por conseguirla. En la película, llega a venderse por 10.000 dólares. El 26 de noviembre de 2013, por 4.085.000 dólares, en una subasta organizada por Bonham's. Una burrada de dinero.

No sabemos quién la ha comprado, porque lo hizo por teléfono y prefiere el anonimato. Tampoco he podido adivinar quién la ha vendido, aunque sabemos que la compró en los años ochenta. Hay que añadir que existen certificados de la Warner Bros. que autentifican la figurita. En su base tiene inscrito el número de inventario de los estudios y el nombre de la película. Sea quien sea el coleccionista, tiene más duros que pesa y es un aficionado al cine.

La estatuilla subastada tiene este aspecto, hoy en día.

Cuatro millones de dólares por un recuerdo cinematográfico es una marca mundial. Hasta ahora, la marca la tenían los dos millones de dólares por los zapatitos colorados que Judy Garland calzó en El mago de Oz, vendidos en 2012. Uno de los Aston Martin que se empleó en la película Goldfinger, con Sean Connery haciendo de James Bond, se vendió por algo más de cuatro millones, más o menos lo que ha costado la estatuilla. Sin embargo, el automóvil está a medio camino de los coches clásicos y los recuerdos cinematográficos y uno no sabe muy bien en qué categoría considerarlo.

La puerta de bronce (y otros relatos)



Ediciones Cátedra publica, traducida por José Ferrer Aleu y comentada por Julián Díez, La puerta de bronce (y otros relatos), de Raymond Chandler. Los otros relatos son El rapé del profesor Bingo y Verano Inglés. La introducción es una pequeña tesis sobre Raymond Chandler, que llena más de 130 páginas. Es decir, poco más de la mitad del libro. Casi siempre recomiendo leerla al final, ir al grano. Aunque sea, como en este caso, un ejercicio de lectura biográfica y literaria apreciable.

La cuestión es que estos tres cuentos son piezas excepcionales en la colección de Chandler. Son tres relatos fantásticos (que no de ciencia-ficción) que uno no esperaba en pluma de Chandler. Sorprenden, y son buenos. Además, no dejan de tener un toque chandleriano, ya me entienden.

La puerta de bronce (y otros relatos) es una curiosidad para bibliófilos que se lee muy bien, resulta interesante y divertida para sibaritas y para todos los públicos. Se recomienda.

Personal coach


Personal Coaching Procedure Manager

Viene un amigo y me dice que tiene un personal coach. Le pregunto si es grave y me dice que no, pero su expresión denota preocupación. Sé que miente. 

Una vez se ha roto el hielo, es cuestión de paciencia. Poco después, mi amigo confiesa. Ha sido su empresa, susurra avergonzado. Es una multinacional, ya sabes, se excusa. Como tiene un cargo importante, tiene que someterse a ciertas humillaciones para cobrar el sueldo. Una de ellas es, en efecto, un personal coach.

Diapositiva pogüerpoiniana gilipollesca típica.

No sé si alguno de mis lectores habrá sufrido la tortura del coaching en su empresa. Llegan unos personajes que no conocen para nada la empresa y que luego se marcharán por donde han venido. Reúnen a todo el mundo para exponer una colección de diapositivas de pogüerpoin que dicen obviedades acabadas en ing, del estilo de la relaxing cup of café con leche. Se organizan grupos de trabajo, donde no se trabaja ni se dice la verdad, donde hay que seguir la comedia y exclamar ¡yupi! ¡Chachi! ¡Guay! 

Ahí afuera la vida seguirá siendo gris. Es más, cuando alguien contrata a una empresa de coaching es que piensa en echar a la calle a la mitad de la plantilla. Fijo.

El coaching es ideológicamente gilipollas, nocivo y peligroso.

La filosofía del coach es la del autoayudismo, una mezcla nociva de buenismo chachi y neoliberalismo atroz. Dice el autoayudismo que yo decido mi suerte y mi destino. Si las cosas me van mal, van mal porque yo quiero, porque si quisiera que fueran bien, irían bien, vaya si no. No son ni el azar ni las circunstancias las que se echan encima de mí y me joden la vida, sino yo, que no peleo lo suficiente, que no merezco mejor suerte porque, ay, no la busco. ¿Justicia social? ¿Igualdad de oportunidades? ¡Bobadas!

Es un discurso en boca de casi todo el mundo. ¿No me creen? Presten atención a los discursos de empresarios, economistas, políticos, incluso famosillos de tres al cuarto. Es la ideología del neoliberalismo más extremo, donde sólo vale el éxito y la fe ciega en él. Abominable en esencia, presente en todas partes.

Le dije a mi amigo que algo que propone la empresa no puede ser bueno. Se encogió de hombros. 

Pese al título del libro, al final no sabremos quién se ha llevado el queso a casa y ha dejado a los trabajadores con el culo al aire. La moraleja no pide castigar al ladrón de queso, sino resignarse a ello.

Cuando se puso de moda ¿Quién se ha llevado mi queso?, de Spencer Johnson, las empresas lo regalaban a sus trabajadores. Pocos años después, esas mismas empresas regalaron a sus trabajadores con veinte días por año trabajado y un despido fulminante, que se repartió sin considerar si uno tenía o no tenía fe en los objetivos de su empresa. 

¡No había sitio para la queja! En el libro del queso se dice que hay confiar en lo que uno quiere hacer y luchar para superar el cambio con optimismo y confianza en uno mismo. Así que ¡al paro! ¡A luchar con optimismo y confianza por uno mismo! Y no te quejes, que si te quejas, es que no mereces esta oportunidad y si te va mal, es porque no pones suficiente empeño en que te vaya bien. Si te hubieras leído el ¿Quién se ha llevado mi queso? que te regalé, otro gallo cantaría.

Mi amigo está muy preocupado, con razón. Soportar un personal coach es un martirio chino. ¡Lo que hace uno por no perder su trabajo!

Comparaciones odiosas


Don Artur Mas, antes de conseguir la Mayoría Excepcional de 2012.

Companys murió fusilado y descalzo, por orden de un tribunal militar. Gandhi llevaba sandalias cuando le tiroteó un fanático hindú. John F. Kennedy recibió dos balazos desde el quinto piso de un almacén de libros cuando paseaba en un automóvil descapotable. Martin Luther King también murió de un disparo, en un motel. ¿Qué tienen en común estos cuatro personajes? 

Los cuatro murieron balaceados. Si no fuera por este detalle, se parecen entre sí como un huevo a una castaña. Pero la circunstancia más llamativa de este asunto es que los asesores de imagen convergentes han querido comparar a don Artur Mas con todos y cada uno de ellos. Simultáneamente, no, pero sí primero con uno y luego con el otro, según el caso.

Si yo fuera don Artur Mas, me preocuparía. Parece que los suyos le quieren muerto.

Fin de curso (Gran Premio de Brasil 2013)



Si llueve, si no llueve. No ha llovido. Eso ha sido lo más emocionante del Gran Premio de Brasil de Fórmula 1, el último de la temporada 2013. El campeón del mundo estaba decidido, y el subcampeón. El Campeonato de Marcas, también, y el subcampeonato era de Mercedes a poco que se esforzara; así ha sido. ¿Que Ferrari ha acabado tercero en la carrera? ¡Magnífico! Pero ¿quiénes han sido los dos primeros? Los de siempre, lo que no les resta méritos.

Cambiarán muchas cosas el año que viene. La arquitectura de los motores será diferente. Seis cilindros, un litro de cilindrada, turbo. Tendrán que consumir menos combustible y las restricciones aerodinámicas serán más puñeteras. Pero contarán con más ayuda de motores eléctricos. Etcétera. En resumen, podrá pasar cualquier cosa (aunque se rumorea que Red Bull partirá con ventaja, con razón o sin ella). Será divertido, ¿verdad? Eso esperamos todos. 

Forza Ferrari, manque pierda

Siguen muriendo


Zapadores británicos buscando y desactivando minas en El Alamein, 1942.

Los libros dicen que la batalla de El Alamein comenzó el 23 de octubre de 1942. A decir verdad, lo que comenzó entonces es la segunda batalla de El Alamein. La primera fue en julio; los aliados lograron detener a las tropas del Eje a poco más de 100 km de Alejandría, en el desierto. Después de la derrota en Gazala, parecía que nada ni nadie podría detener a Rommel en su marcha hacia el canal de Suez, pero lo cierto es que no pudo pasar de un apeadero del ferrocarril, la estación del pueblecito de El Alamein. 

Las tropas del Eje habían quedado exhaustas y sin suministros. Además, Rommel cometió serios errores tácticos. Al final, perdió la iniciativa. Entre julio y octubre, el frente se estancó. Las tropas se atrincheraron. Plantaron minas. Millones de minas. Los dos bandos.

Zapadores británicos desactivando minas S alemanas. 
Las minas S eran antipersonal. 
Al pisarlas, saltaban y explotaban a la altura de la barriga.

Quien fuera capaz de acumular más hombres, material y suministros, atacaría y vencería. Estaba cantado: la batalla la ganaron los aliados, que se abalanzaron sobre las tropas del Eje y las vencieron en detalle. En diez días, emulando las grandes batallas del final de la Primera Guerra Mundial, Montgomery consiguió romper las líneas enemigas y cambiar el curso de la guerra en el desierto de una vez y para siempre.

Dejaron atrás los restos de la batalla y casi veinte millones de minas. De todo tipo: contracarros, antipersonal, trampas explosivas. En algunos casos, se conectaban minas en cadena; en otros, se enterraban bombas de aviación, obuses de grueso calibre o cargas de demolición. Alguien bautizó aquel infierno de alambradas y explosivos como el jardín del diablo. 

Los habitantes del desierto han sido víctimas de las minas durante muchos años.
Las minas de El Alamein se han cobrado la vida de miles de beduinos desde 1942.

Casi desde el primer día, las minas se cobraron víctimas inocentes. Algunas cabras se adentraron en los campos de minas y saltaron hechas pedazos. Algunos pastores que fueron detrás de ellas, también. La prensa publicó hace unos días un artículo sobre estos campos de minas, tantos años después. Ponía los pelos de punta.

El registro de las víctimas de los campos de minas de El Alamein se inicia en 1982. Lo que ha sucedido antes sólo puede estimarse, no se conoce exactamente. Volvamos al censo, a lo que se sabe a ciencia cierta. En estos últimos treinta años, los campos de minas han matado a 700 egipcios y han mutilado a 7.600 egipcios más. ¡Cuántos más no habrán caído entre 1942 y 1982!

Mucha de esta chatarra oxidada está llena de explosivos peligrosos e inestables.

Los más ancianos del lugar recuerdan la batalla, pero también muestran las cicatrices que han dejado las minas. Quien más, quien menos, ha perdido una cabra, un camello, un pie, una mano, un dedo, algún amigo, alguien de la familia. En algunos casos, la víctima ha conseguido una indemnización del gobierno egipcio. Por perder varios dedos de una mano, 30 euros, por ejemplo.

Lo cierto es que Egipto tiene un problema muy serio encima de la mesa. Porque la superficie minada ocupa 300.000 hectáreas, que es tanto como la mitad de la provincia de Barcelona. Esta superficie cubre una franja que lleva del desierto al Mediterráneo, de sur a norte, dibujando la línea del frente que se estabilizó en julio de 1942.

Artificiero egipcio levantando una mina contracarro M1A1 (?) americana.

Los oficiales de ingenieros del ejército egipcio, los artificieros y la Secretaría para el Desminado de la Costa Noroeste se sienten superados por los acontecimientos. El ejército tardó un año en limpiar de minas un terreno de 12.000 hectáreas con 200 artificieros. No todo es cuestión de dinero, porque el desminado exige nervios de acero y gente preparada para ello. 

Los expertos se quejan del oficio de alemanes e ingleses. Los mapas de la batalla informan de las zonas minadas, pero no de dónde están exactamente las minas. Se minó el terreno con prisas y de manera informal. No se obedecieron las normas de colocación de explosivos y no se señalizaron los campos de minas. En términos militares, como tiene que ser, porque esta práctica dificultó muchísimo el avance del enemigo. Nadie pensó en el día después.

Un héroe anónimo.
Artificiero egipcio buscando minas en el campo de batalla de El Alamein.

Egipto quisiera haber desminado completamente el desierto en 2016, con la ayuda de las Naciones Unidas. Calcula que el trabajo le costará alrededor de 20 millones de dólares, pero ¿de dónde va a sacar el dinero? No tiene recursos suficientes. Los que allá dejaron las minas, los que lucharon en El Alamein, no parecen ser muy generosos. Los italianos no han aportado ni un duro a la limpieza de minas. Los australianos han aaportado bien poca cosa. El Reino Unido ha entregado poco más de 350.000 dólares. Los Estados Unidos, que sólo aportó material a la batalla, un millón de dólares. Los alemanes han sido los más generosos: han pagado dos millones.

La mitad de estos 20 millones de dólares se destinarán a prótesis ortopédicas y a campañas de prevención contra minas, especialmente dirigidas a los niños y a los varones adultos, las principales víctimas de una batalla que ocurrió hace más de setenta años.

¡No nos dejes plantados!



Es una sociedad para la protección de los árboles y los bosques. Para concienciar a la población y recaudar fondos, han iniciado una campaña. El lema que han escogido es:

¡No nos dejes plantados!

Tratándose de árboles, parece que estén gritando a los leñadores.

¡Que se mueve!


La estatuilla de Neb-Senu, dando la espalda al público. 
Los jeroglíficos ruegan que se depositen a sus pies pastelitos y cerveza.

La estatuilla mide poco más o menos un palmo, está tallada en serpentina (una piedra de color oscuro, ligeramente verdosa, muy dura) y tiene unos 3.800 años a sus espaldas. Representa a alguien llamado Neb-Senu, un funcionario del faraón, y cumple una función muy útil en el antiguo Egipto, pues hacía de receptáculo del alma del muerto en el tránsito hacia el más allá. En verdad es algo más complicado, pero no hace falta saber más. 

La estatuilla se exhibe en el Museo de Manchester desde hace ochenta años. Hace poco, la cambiaron de vitrina y hoy puede verse en la planta baja del museo, con otras estatuillas egipcias.

Un día, uno de los encargados del museo preguntó quién había movido la figurita. Otro día, volvió a preguntarlo. De repente, se dieron cuenta de que la figurita ¡se movía sola! Si no me creen, lean la noticia en el Manchester Evening News. También pueden buscar la película en YouTube.

Neb-Senu, girando sobre sí mismo. 
Los vigilantes del museo llaman a este movimiento el baile de Neb-Senu.

Era evidente: la figurita giraba en sentido antihorario y era capaz de dar una vuelta completa en un día o dos. ¿Por qué? Porque el alma del difunto Neb-Senu la mueve, dijo Campbell Price, un joven egiptólogo que trabaja en el museo. Lo dijo con cierta ironía, como quien no quiere la cosa, pero muchos le tomaron en serio y la verdad es que todos los visitantes del Museo de Manchester preguntan por la figurita. Otros egiptólogos hablaron de fuerzas más allá de lo físico (sic) o de magia, directamente. No les cuento qué llegaron a decir los videntes y demás estafadores.

Hasta que unos periodistas del canal ITV británico, que filman la serie Mistery Map, han decidido investigar el asunto en serio. Sospechaban la causa, han acertado.

El Museo de Manchester, escenario de fenómenos extrañísimos.

Colocaron unos sensores bajo el armarito donde se exhibe la estarua de Neb-Senu. Esos sensores detectan vibraciones. Cuanto mayor es el tráfico en la calle (especialmente, de autobuses y camiones) y más gente pasa por delante de la vitrina, más se mueve la estatua. De noche casi está quieta. De día, se mueve más en hora punta. Además, la base de la estatua no es exactamente plana y la proporción entre base y altura favorece el movimiento provocado por las vibraciones del suelo. 

C'est voilà! Aquí tienen la magia.

Clara e inclusiva, por no decir transversal



El otro día, el señor Mas se descolgó anunciando que la Pregunta de la Consulta que supondrá la sublimación del Derecho a Decidir y el Fin de la Historia, la Asunción del Ser, la Unidad de Destino en lo Universal, etc., sería, atención, clara e inclusiva

Como esta gente habla muy raro y nunca dice las cosas por su nombre, como nos gusta tanto discutir sobre nimiedades mientras se hunde el mundo a nuestro alrededor, el adjetivo inclusivo(a) se ha convertido en el centro del debate político catalán. Qué ridículo. Pero ¡quiá! Vamos a sumarnos a la hoguera de las vanidades y a ver quién la dice más gorda.

Según fuentes consultadas por algunos periodistas y publicadas aquí y allá, es posible que ni el mismísimo señor Mas supiera lo que estaba diciendo. Pero estos periodistas  lo dicen en voz bajita y sin hacer mucho ruido. No son tomados en serio. ¿Cómo puedes creer que el señor Mas no sabe lo que dice? ¡Nuestro Preclaro Líder y Padre de la Patria! ¡Con lo listo que es va a decir tonterías! ¡Vamos, hombre!

Pues ¿qué quieren que les diga? Mi más sincera opinión es que dijo inclusiva sin saber muy bien qué decía. Inclusiva le pareció guay (col., muy bueno, estupendo) y creyó oportuno usar este adjetivo tan chachi (col., estupendo, muy bueno) para decorar el pastel. La Pregunta ha de ser clara e inclusiva, he dicho. Queda bien, ¿no? Clara, inclusiva, guay, chachi.

¡Inclusiva...! El adjetivo sentó mal en los sectores llamados talibanes, que abandonaron la reunión esquivando a los periodistas, alzando la mano y diciendo ¡Sin comentarios! En ERC también se lo han tomado mal. Que inclusiva, no, dicen.

Los periodistas del Grupo Godó, en cambio, van dándole vueltas al asunto, como si el adjetivo inclusivo fuera el quid de la cuestión y los partidarios del señor Duran (del señor Godó, perdón) hubieran vencido en la batalla ideológica. Sus reflexiones huecas alrededor de la nada llenan horas de radio y televisión y páginas y páginas de La Vanguardia

Pero una pregunta (así, en general) ¿puede ser inclusiva? El significado de inclusivo es Que incluye o tiene virtud y capacidad para incluir algo, según la RAE. 

Wittgenstein, que dijo que toda pregunta incluye una respuesta o no tiene sentido.

Eso nos lleva a Wittgenstein, que decía que toda pregunta incluye en sí misma una respuesta, porque si no, no tendría sentido. Nos adentramos, pues, en el terreno de la filosofía del lenguaje, atención, y podríamos llegar a concebir que la Pregunta a la que están dando tantas vueltas debería de tener un Sentido. 

Eso me lleva a desarrollar la idea de sentido wittgensteiniana. Quiero decir, ya lo he dicho, que la Pregunta ha de tener una Respuesta posible, o varias. Lo que no puede es no tener Respuesta, ni tener Respuestas contrarias entre sí, simultáneamente. Por ejemplo, podría responderse , No, Sí o No, o Sí o No, pero no podría responderse Sí y No o ni Sí ni No. Si fuera posible la respuesta Pernambuco, también tendría Sentido. Pero si nos dejara sin saber qué decir, sin poder imaginar una respuesta, ya no lo tendría.

En la misma línea, una pregunta como (el primer) Wittgenstein la concibe puede ser Verdadera o Falsa. Es decir, puede ser representación del mundo o puede no ser tal cosa. ¿Los cuervos son blancos? es una pregunta clara e inclusiva (wittgensteinianamente hablando); tiene sentido y admite una respuesta, que puede ser verdadera (No) o falsa (). Que tenga sentido, lo que nosotros llamamos sentido, que sea razonable, quiero decir, es otro asunto que ahora no nos concierne. 

La Pregunta de la Consulta ha de tener un Sentido (wittgensteiniano, del primer Wittgenstein), y podrá tenerlo sin necesidad de tener sentido (político, razonable). Si tiene el Sentido y el sentido, mejor. Pero ¿esto es lo que quiso decir el señor Mas? ¿Fue ésa su profunda reflexión?

La Pregunta ¿es inclusiva? 
Wittgensteinianamente hablando, quiero decir.

No, definitivamente no. Considero que tal cosa no se le pasó por la cabeza. Sinceramente lo digo: No creo que el señor Mas sepa quién era Wittgenstein, qué dijo o dejó de decir y, de saberlo, no le creo capaz de comprenderlo. Es mi sincera opinión.

Peor sería, sin embargo, que empleara el adjetivo inclusivo para dejar muy a las claras que quería todo lo contrario de una pregunta exclusiva. Pero ¿qué sería una pregunta exclusiva? ¿La que responden sólo unos pocos, los elegidos? 

En tal caso, el señor Mas nos está diciendo que ha de votar todo el mundo (censado). Perogrullo ataca de nuevo, pues ¿sería legítima una Consulta exclusiva? Es decir, la reservada sólo a unos cuántos, ¿sería legítima? No.

Por lo tanto, se refiere a otra definición de exclusiva. Según la RAE, Que excluye o tiene fuerza y virtud para excluir o también Única, sola, excluyendo a cualquier otra

Es decir, si la respuesta es única, no vale la Pregunta. ¡Venga Perogrullo! Porque entonces, ¿para qué se pregunta? 

Aquí la Pregunta. Pero sólo puedes responder una cosa, ésta. Si tal fuera la Pregunta, no vale. Porque se supone (Perogrullo dixit) que nos preguntan para que escojamos la respuesta que nos parece mejor entre varias posibles. Si no podemos escoger, qué gilipollez.

Pero si una respuesta es inclusiva porque no quiere ser exclusiva, entonces también quiere decir que si escogemos una respuesta no estamos negando las otras respuestas posibles, sino que todas son válidas. Si unas fueran válidas y otras no, ¿qué sentido tendría escoger una respuesta que no fuera válida (posible)? ¡Ay, Perogrullo! ¡Qué gran estadista!

Pero quizá Mas ha ido un poco más lejos, y le creo capaz de llegar adonde diré ahora, que todas las respuestas son válidas a la vez. Es decir, que una respuesta no excluye a las demás, sino que la incluye. Si respondo , también digo que No, y viceversa, y si respondo Pernambuco, lo mismo. Es decir, se plantea una pregunta carente de Sentido (wittgensteiniano). En tal caso, ¿podrá ser una pregunta clara? ¡Qué más da!

La Consulta, de Munch, pintada al óleo. 

Les ilustraré sobre este asunto. Hace un par de semanas se publicó en La Vanguardia la Pregunta que ha propuesto CiU para la Consulta, que están discutiendo ahora. Se supone que es una filtración, porque, para evitar el ridículo, se ha ordenado (inédito en democracia) discutir en secreto qué preguntar en la Consulta. 

De hecho, la Pregunta es más que una pregunta. Dice: ¿Está de acuerdo con que Cataluña sea un nuevo Estado de la Unión Europea? Si es que No, no hay más preguntas. Si , entonces puede escoger entre a) Estado federal, b) Estado confederal o c) Pacto fiscal (de donde se deduce que el pacto fiscal es una nueva forma de Estado). Ahí queda eso. Pasmo y estupor, ¿verdad?

Esta es la idea de clara e inclusiva que hoy sostiene el señor Mas. Dejando a un lado que pregunta cosas que no dependen ni de quien pregunta ni de quien responde (por ejemplo, la pertenencia a la Unión Europea o el estatus de federación, confederación, etc.), que sea clara e inclusiva es tanto como decir que es amarilla y suave. Es decir nada.

¡Última hora! Éramos pocos y parió la abuela. El señor Mas ha dicho ahora mismo que la Pregunta ha de ser clara, inclusiva y... ¡transversal! 

¡Socorro!

¡Muchas felicidades!


Queridos lectores, una gran noticia. 

La película Los Magnomenes en peligro se ha alzado vencedora en el Festival de Cine para Niños de Adelaida, que está allá por Australia. 

Más én:


¡Muchas felicidades!

El misterio del gusano (versión original)



El sector crítico



Cuando uno habla de un partido político cualquiera en España, es fácil que alguien acabe mencionando al llamado sector crítico. Lo de sector crítico siempre me ha llamado la atención. Se dice de tal manera que uno imagina un contubernio clandestino de militantes perversos y malintencionados, salpicado de personajes à la Trotsky, con gafitas redondas, pinta de intelectual y mucha mala leche.

Esto es así porque la idea que tenemos en España de un partido político es la de un caudillo o líder patrio, aupado por una camarilla de fidelísimos seguidores (que se apuñalan entre sí día sí y día también) y adorado por una masa informe de militantes. Se vota a la búlgara y se gobierna a golpe de ordeno y mando.

Pero esos militantes silenciosos que asienten y aplauden tienen, en principio, voz y voto. Ahora bien, si alguno de éstos tiene la ocurrencia de insinuar que el Gran Líder, Faro y Guía de Nuestro Partido se equivoca, aunque se equivoque en una menudencia así de chiquitita, ¡ya la hemos liado!

Así nace el llamado sector crítico. Suele acabar mal. Unas veces, el militante puñetero se ve privado del carné del partido y escarnecido por su herejía. No lo matan porque no pueden, aunque se han dado casos. Otras, sufre el ostracismo. Tal como está el patio, el sector crítico sólo puede hacer dos cosas: el ridículo o imponerse. 

Sólo algunos díscolos permanecen. Unos, porque tienen poder; han sido ministros, diputados, tienen muchos amigos importantes y consiguen muchas comisiones bajo mano. Éstos son muy jodidos y pueden hacer daño, porque tienen acceso a los dineros y a la televisión. Otros críticos son pintorescos, hasta necesarios. Son los bufones de la corte. Un escritor, un actor o una celebridad militante en el partido viste mucho; a éstos se les permite la crítica, no se concibe su militancia en caso contrario y ¡tranquilos! Rara vez tienen poder en el partido y ¿quién les hace caso? 

Según la RAE, la crítica es un examen o juicio acerca de alguien o algo, y será crítico quien ejerza la crítica. El sector crítico de un partido sería, pues, el conjunto de militantes que juzgan o examinan el discurso o las propuestas de sus delegados. En un mundo ideal, el sector crítico de un partido sería el conjunto de militantes de ese partido. Así tendría que ser. 

Pero en este país, el que se mueve no sale en la foto. Eso da en qué pensar cuando hablan de crisis política, de falta de democracia y tal. Se exigen medidas legislativas para una regeneración democrática (sic), como las listas abiertas, las primarias, el voto asambleario y otras zarandajas, que no digo que sean buenas o malas, mejores o peores que otras medidas, que podrían ser incluso necesarias, pero ¿y si no fuera eso? Solamente eso, quiero decir.

Quizá nos convendría actuar. Participar. Criticar. Sería bueno que los militantes de todos los partidos políticos, sindicatos y demás ejercieran de militantes críticos. Que alzaran su voz. Que hicieran propuestas y lucharan por ellas. Que organizaran debates y ponencias. Que escucharan. Pero si la gente no participa ni quiere participar, si la gente prefiere escoger entre algo que cocinan los demás, ¿de qué va a servir lo que podamos hacer para que participe, si no participará?

Es una asignatura pendiente.

Boring (Gran Premio de Estados Unidos 2013)


En Estados Unidos, las carreras de coches son más movidas.

La Fórmula 1 no acaba de cuajar en los Estados Unidos. Ahí son más brutos, más simples. Sus carreras de automóviles carecen de la finesse de la competición europea, que es un no da más de tecnología aeroespacial, electrónica de vanguardia, ingeniería de precisión y una suma estratégica de padre y señor mío. Tantas finuras y se decide todo en dos milésimas de segundo en la vuelta de clasificación. Allá no se andan con puñetas: un motor grande, mucha goma y ¡dale! ¡A todo gas! ¿A qué tanto cuento?

El resultado es que sus carreras son muy divertidas. También, caóticas. Las carreras de Fórmula 1, en cambio, son aburriiiiiidas. No acaban nunca. Todo está previsto. Sabes quién va a ganar casi desde la primera vuelta. Un muermo. A decir de los americanos, naturalmente.

El chaval gana hasta con una mano atada a la espalda.

No les falta un poco de razón. Vettel volvió a ganar con su Red Bull. ¡Ocho victorias seguidas! Ha batido la marca de Schumacher (Ferrari). Los demás hicieron lo que pudieron. A decir de muchos, esto fue aburridísimo. 

Sólo puntuó un Ferrari, el de Alonso, que ya es subcampeón del mundo. En el Campeonato de Marcas, Mercedes tiene ventaja sobre Ferrari y queda una sola carrera. ¿Podremos ser subcampeones de marcas? Difícil. Pero no imposible. Ya veremos.

Me siento ciudadano antes que mujer


Doña Clara Campoamor, dirigiéndose a las masas a través del micrófono.

Clara Campoamor tenía derecho a voz, pero no a voto. Era diputada en las Cortes Generales de la Segunda República Española por el Partido Republicano Radical. El 1 de octubre de 1931, desde lo más alto del estrado dijo, alzando la voz: 

Me siento ciudadano antes que mujer. 

También dijo, ahí es nada: Sólo aquél que no considere a la mujer un ser humano es capaz de afirmar que todos los derechos del hombre y del ciudadano no deben ser los mismos pra la mujer que para el hombre. 

Se discutía el sufragio universal para los mayores de 23 años, fueran varones o mujeres. En otras palabras: la mujer ¿tendría derecho a voto en la Segunda República Española?

Doña Victoria Kent, uno de los mejores políticos de la Segunda República Española. Quiso retrasar el sufragio femenino unos años, para liberar a las mujeres de la influencia de la Iglesia y los conservadores.

Qué paradoja. Las izquierdas veían con malos ojos conceder el voto a la mujer. Estaban convencidas de que las mujeres eran conservadoras (por no decir reaccionarias), más contrarias al progreso que los varones. Por eso, la principal adversaria de la señora Campoamor fue doña Victoria Kent, del Partido Republicano Radical Socialista, que dijo (cito): 

Por hoy, señores diputados, es peligroso conceder el voto a la mujer. 

También se opuso don Roberto Novoa Santos, de la Federación Republicana Gallega. Dijo lo mismo que la señora Kent, que las mujeres van a convertir España en un Estado conservador y teocrático (sic). 

Roberto Novoa (o Nóvoa) Santos, antifeminista, médico patólogo, catedrático y partidario de las teorías de Freud sobre la histeria femenina.

Afirmó: [...] Es posible o seguro que hoy la mujer española, lo mismo la mujer campesina que la mujer urbana, está bajo la presión de las instituciones religiosas. [...] ¿Cuál sería el destino de la República si en un futuro próximo, muy próximo, hubiésemos de conceder el voto a las mujeres? Seguramente una reversión, un salto atrás. [...] ¿Nos sumergiríamos en el nuevo régimen electoral, expuestos los hombres a ser gobernados en un nuevo régimen matriarcal, tras del cual habría de estar siempre expectante la Iglesia Católica española?

También empleó argumentos biológicos (sic). Dijo: [...] Y es que a la mujer no la domina la reflexión y el espíritu crítico; la mujer se deja llevar siempre de la emoción, de todo aquello que habla a sus sentimientos, pero en poca escala en una mínima escala de la verdadera reflexión crítica. [...] Se haría del histerismo ley. El histerismo no es una enfermedad, es la propia estructura de la mujer; la mujer es eso: histerismo y por ello es voluble, versátil, es sensibilidad de espíritu y emoción. Esto es la mujer. [...]

Después de tantos argumentos y discusiones, se aprobó por 161 votos contra 121 el siguiente artículo de la Constitución: 

Artículo 36. 
Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes.

Hace 80 años, en las elecciones generales del 19 de noviembre de 1933, las mujeres participaron, por primera vez en la historia, en un sufragio universal. ¡Felicidades!

Postdata: Muchos historiadores han señalado desde entonces al voto femenino como responsable del triunfo de la derecha. ¿Fue así? Lo cierto es que venció la CEDA de José María Gil-Robles (115 diputados) y el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux (102 diputados), además de la Lliga de Francisco de Asís Cambó (24 diputados). A los dos años que siguieron se los llamó bienio radical-cedista, aunque es mucho más conocido como bienio negro por las izquierdas. A esta tesis se responde con la pregunta: ¿Se quedaron las mujeres en casa cuando venció el Frente Popular?

No puedo recibir a un ministro en un bar


Los tres ciudadanos privilegiados por la Ley 6/2003 de 22 de abril.
Nos cuesta privilegiarlos alrededor de dos millones de euros al año.

El expresidente de la Generalidad de Cataluña, el muy honorable señor don Pasqual Maragall, ¿necesita un despacho oficial? Quizá lo necesitó, y sigo sin saber para qué, pero ahora, en fin, no sé cómo decir amablemente que no está en condiciones de utilizarlo. 

La Generalidad de Cataluña le pagaba un despacho en la avenida Diagonal, tocando a Paseo de Gracia, de 313 metros cuadrados. Nos costaba 127.629 euros al año. El año que viene, cambia esa oficina por dos locales en la calle Brusi, más cerca de la casa de don Pasqual. El cambio de despacho supondrá un considerable ahorro del gasto público, porque está previsto que cueste, con plaza de aparcamiento y gastos de escalera incluídos, 31.180 euros. Los dos locales suman 138 metros cuadrados, menos de la mitad que antes.

190.000 euros al año y 441 metros cuadrados para perderse y escribir sus Memorias. 
(véanse en primer plano, hay que hacer propaganda.)

En cambio, Jordi Pujol, que fuera presidente de Banca Catalana y luego de la Generalidad de Cataluña, despacha en pleno Paseo de Gracia, tocando a la Pedrera. El local es enorme, digno de un magnate asiático. Hablamos de 441 metros cuadrados (sic) que nos costarán 175.668 euros de alquiler en 2014, más 15.451 euros en gastos de escalera. ¡No está nada mal!

Don José se asoma al balcón de 105.000 euros al año.
No recibe en el bar.

El expresidente Montilla sale más barato, casi a mitad de precio. Su despacho está donde se cruzan la avenida Diagonal con la Rambla de Cataluña. Nos va a costar 98.413 euros de alquiler más 6.679 euros por gastos de escalera.  En metros cuadrados, don José, el muy honorable señor Montilla, se conforma con algo próximo a los 200 metros cuadrados.

Un periodista le echó en cara a don José este dispendio. ¡En tiempos de crisis! Don José respondió, muy serio: Renunciar a la oficina sería un gesto populista y demagogo, dijo. ¡Yo no puedo recibir a ministros extranjeros en un bar! 

¿Por qué no? Porque dañaría la institución, respondió don José. ¿Qué institución? La de la expresidencia de la Generalidad de Cataluña. Porque resulta que es un cargo institucional con estatuto propio, no se lo pierdan.

Según la Ley 6/2003, de 22 de abril, del Estatuto de los expresidentes de la Generalidad de Cataluña (DOGC núm. 3879, publicado el 8 de mayo de 2003), hay que garantizar que un antiguo presidente de la Generalidad de Cataluña, una vez haya cesado del cargo, pueda (cito) atender a sus necesidades personales y políticas con la dignidad y el decoro que corresponden a las altas funciones ejercidas

¡C...! ¡Todo el mundo tiene el derecho a atender a sus necesidades personales y políticas con la dignidad y el decoro que se le supone a una persona o a un ciudadano! ¡Sin excepción! Además ¡sin diferencias! ¿Acaso los expresidentes tienen más dignidad y decoro, o más necesidades, que cualquier otra persona? 

Está visto que el caso de Cinicinato se contempla con horror en las altas instancias de la política catalana. Nuestros insignes e inefables caudillos no son capaces de comprender que el héroe escogido por los dioses para la misión de liderar la patria merece el mismo tratamiento que cualquier otro ciudadano normal y corriente una vez se acabó lo que se daba, y no el de un muy honorable señor.

Por eso, desde este humilde texto, ruego que se sumen a mi solicitud. Como la Generalidad de Cataluña tendría que estar haciendo limpieza de asesores y altos cargos, supongo que sobrarán despachos en Presidencia. (Risas.) Si los expresidentes necesitan un despacho, que los instalen en uno de estos despachos sobrantes. ¿Coste de la operación? Mínimo. ¿Ahorro? Muy considerable, del orden de 300.000 euros al año. Sólo en despachos.

Fíjense qué fácil. Así conseguimos que el señor Montilla no vaya al bar a recibir ministros y ahorrarnos una pasta considerable. 

Pueden ahorrarse muchos otros gastos. Por ejemplo, hay una partida de sueldos y salarios para el personal que necesitarán los expresidentes para ejercer su cargo de ya no ser presidentes con la dignidad y el decoro de marras. Cada uno de ellos puede contratar un asesor por más de 66.000 euros al año y las tres secretarias a cargo de la Generalidad de Cataluña salen por más de 75.000 euros al año. 

Pero ¿para qué necesitan un asesor? Sabemos que los expresidentes no saben sumar sujeto, verbo y predicado. Hay sobradas pruebas de ello. Pero se supone que un expresidente dedica su retiro dorado a escribir sus Memorias, dedicadas a ilustrar qué bueno ha sido y cuánto bien ha hecho a la patria, que, de no ser por él... Es decir, los expresidentes necesitan un negro, que la Ley 6/2003 llama, discretamente, asesor. Pero ¿66.000 euros por un negro, al año, todos los años?

Según el diario digital El Confidencial (véase aquí), las memorias de un político las escribe un negro por 10.000 o 20.000 euros, por menos de 50.000 euros casi siempre, y muchas veces, editorial mediante, los negros salen gratis para el escritor, que pone el nombre y la foto. Con unos meses de trabajo hay de sobras. ¿Para qué tanto asesor, pues? Además ¿quién va a leer sus mentiras... digo, sus Memorias? ¿Sirven para algo? ¡Fuera asesores!

En resumen, si los expresidentes compartieran despachos y secretarias con Presidencia y supieran leer y escribir, ¡todo eso que nos ahorrábamos! Y no veo yo que quedase afectada ni su dignidad ni su decoro. ¡También podrían compartir coche oficial! Y nos ahorraríamos la policía en la puerta de tres despachos, porque con el portero de Presidencia ya habría más que suficiente. Etcétera. Pero todo esto ¿seguiría siendo necesario? 

¿Quién se apunta a pedir que se suprima la Ley 6/2003, de 22 de abril? Yo, por ejemplo. ¿Si estoy haciendo demagogia? Pues, no sé, pero ¿tengo razón en lo que he dicho?

¡Que vuelva el calvo! ¡Por favor!



¡Que vuelva el calvo!



Estos días, un grito recorre las redes sociales. ¡Que vuelva el calvo! ¡Que vuelva el calvo! (se escribe #quevuelvaelcalvo). ¿Por qué gritan? ¿Qué quiere decir Que vuelva el calvo? ¿De qué están hablando? 

Del anuncio de la Lotería de Navidad. Que la Navidad en España no se comprende sin los niños de San Ildefonso cantando números premiados. Sobrevivieron al euro, cuando, en vez de cantar Cincuenta miiiiil peseeeetaaaas tuvieron que cantar Trescieeeentoos euroooos. En parte, gracias al llamado anuncio del calvo. 

El anuncio del calvo no fue un anuncio, sino que fueron ocho anuncios de la agencia Publicis España, que se emitieron entre 1998 y 2005. El calvo era un actor llamado Clive Arrindell, que nació en 1950 en Trinidad Tobago. Se empleó la música de la película Doctor Zhivago y el lema (claim, en marquetiniano) ¡Que la suerte te acompañe! 

El calvo salía a la calle, repartiendo fortuna. Era el espíritu de la lotería, de la Navidad o la Fortuna misma, como quieran ustedes. El calvo se hizo famosísimo. Cada Navidad, tus sueños juegan a la lotería, decía la voz en off. Soplaba el calvo un montón de purpurina y sonaba el lema ¡Que la suerte te acompañe!

  
El primer anuncio del calvo, 1998.

Tan famoso se hizo el calvo que los responsables del Gordo de Navidad tenían miedo de perder el norte. No era el anuncio de Lotería Nacional, sino el anuncio del calvo, y ése es el colmo del publicista, arrasar con una idea brillante, pero conseguir que esta idea sustituya a la marca. 

Un chiste de márquetin dice que sale el hipopótamo y canta ¡Dodot! ¡Dodot! Risas, porque el hipopótamo era la mascota de Ausonia. Con el calvo, sucedió lo mismo. ¡Mira, el anuncio de la Navidad! Eh, no, que anunciamos Lotería Nacional. ¿Lotería? 

Suprimieron al calvo. A golpe de talonario prometió no volver a interpretar más anuncios en España durante años. Vive felizmente al margen de Lotería Nacional en Londres, creo, más feliz que un niño con zapatos nuevos. 

Sin el calvo, los anuncios de Lotería no volvieron a ser lo mismo. La campaña ciudadana y espontánea ¡Que vuelva el calvo! se inició prontísimo, en 2006. Pero este año se han superado ampliamente los peores pronósticos. El anuncio de Navidad de Lotería Nacional es... ¡Ay, Dios!

  
El anuncio que alimenta la añoranza del calvo.

Decir que es cursi es quedarse corto. El adjetivo hortera, ay, no llega al extremo al que han llegado los publicistas. Aunque gasta más azúcar que una plantación de caña, el anuncio merecería ser llamado cutre, porque salen Raphael (se escribe con ph), Bustamante, Marta Sánchez, Niña Pastori y Montserrat Caballé, pobrecita. Intentaron contactar con Rocío Jurado, pero no estaba disponible.

La melodía original del anuncio, una canción de amor. 
Si Elvis, the Pelvis, ya le ponía azúcar, imagínense. 

Cuentan que cantan una versión de You're Always On My Mind, que cantaba Elvis Presley. En Menphis, Tennessee, donde Graceland, se han detectado movimientos sísmicos inusuales desde que se emite el anuncio de Lotería Nacional. 

En España, mientras tanto, ¡Que vuelva el calvo! es ya un clamor popular. También han comenzado las parodias y las burlas. No hay para menos. Al menos servirán para olvidar que este año los premios de la Lotería Nacional pagarán impuestos (un 20%) y los niños de San Ildefonso tendrán que cantar ¡Un millón de eeeeuuurooos bruuutoos! ¡Que son ochocientosmiiiil neeeetoooos! y venga a darle al bombo.

El rey del bosque / Abades



Descubrí a Pierre Michon al leer su primera novela, Vidas minúsculas, y quedé pasmado, absorto y maravillado. Busqué más michones y hasta ahora no me he sentido defraudado por ninguna de sus obras. Algunas de las cosas que he leído me han gustado más que otras, pero todas las considero muy por encima de la media. Michon es uno de los grandes (quiero decir realmente grandes) escritores europeos de los últimos años, no hay duda.

He leído un libro que contiene dos obras breves, dos relatos. Uno, El rey del bosque y el otro, Abades. La primera transcurre en la Italia barroca y la segunda en Francia, en una lejana Edad Media. Pero ¿realmente importa? Porque el texto es pura poesía lo mismo, un deleite en cada frase y la forzada obligación de leer despacito, porque Michon hay que saborearlo con calma.

Publica el librito Ediciones Alfabia, que traduce Nicolás Valencia Campuzano. Gracias, les digo, por publicarlo. Y ustedes, léanlo. 

Huelga revolucionaria digodieguista


La conferencia de marras.

El Jefe de la Oposición del Parlamento de Cataluña, que es el principal socio del Gobierno de los Mejores, se dejó ir tal día como ayer en una conferencia en el Parlamento Europeo.

La conferencia se titulaba The right to decide: A democratic right. Se traduciría como el derecho a decidir una decisión que decida qué queremos decidir para poder decidir si decidimos que lo que decidamos lo decidiremos nosotros y no lo decidirán los que nosotros hemos decidido que no pueden decidir lo que hemos decidido decidir nosotros, poco más o menos.

Organizó el evento una suma de partidos llamada Alianza Libre Europea (ALE), que hoy suma cinco de los 754 diputados del Parlamento Europeo. Son partidos que promueven la secesión de algunas regiones de los Estados Miembros y de la Unión Europea. El público, cuatro gatos. De hecho, había más gente en la tribuna que público en general, más un grupo de periodistas españoles atentos a lo que dijera el señor Junqueras, que no defraudó, pues proporcionó una suculenta noticia.

Sí, porque el señor Junqueras dijo, textualmente: 

Dado que Cataluña representa una cuarta parte de los ingresos fiscales del Estado español y dado que nosotros hemos demostrado que podemos poner dos millones de personas en las carreteras... ¿Alguien cree que no somos capaces de parar la economía catalana durante una semana? Y si lo hacemos, ¿qué impacto tendrá sobre el PIB español? ¿Y qué opinión tendrán los creditores de la deuda? ¿Y qué pasa con la prima de riesgo? 

¿Qué pasa? ¿Eh? ¡Que te monto un pollo...! 

Ésto es una huelga y lo demás, zarandajas.

Pues, ¿qué va a pasar? Nada. Una huelga revolucionaria de una semana no la organiza en España ni la madre del cordero, ya les digo. Ni que se hunda el mundo. A la historia me remito, que aquí una huelga general de un día dura demasiado. Pero la amenaza y el tono chulesco y revolucionario del jabalí de ERC serán material de escarnio suficiente para tertulianos cavernarios durante semanas. El señor Junqueras cometió un error, nadie lo duda, ni él mismo.

Porque no ha tardado ni un día en acudir a la radio de los Mejores y asegurar ante la señora Terribas, entrevistadora oficial de líderes patrios, lo que sigue:

Es muy forzado interpretar que en Bruselas amagué con una huelga. En ningún momento pedí una huelga general.

¡Una huelga...! ¡No, no, qué va! Nunca, jamás. Vamos, que no. 

Por si acaso, doña Marta Rovira, la segunda de a bordo de ERC, ha salido en TV3 para decir que donde Junqueras dijo digo dijo en verdad Diego, no se confundan. ¿Huelga? Noooo, ha dicho.

Intento no confundirme, pero me lo ponen difícil.

Existió una declaración de Barcelona



Creo que es Tele 5, pero no estoy seguro y en el fondo, da igual. Por lo visto, han alquilado la película Avatar, de James Cameron, y el permiso para pasarla por la tele. Han echado el resto en publicitar el suceso, porque Avatar fue una película de mucho éxito y ellos quieren conseguir mucha audiencia. La película la vi por televisión hace más de un año, en Italia. No la soporté entera, me pareció cursi. 

En Tele 5 (creo) se enfrentaron a un problema. Avatar es una película que dura demasiado. Titanic, también. Tanto que, a mitad de película, uno ruega que salga el iceberg de una puñetera vez y nos ahorre tanto azúcar. También duran mucho otras películas míticas, como Ben-Hur o Los Diez Mandamientos, incluso Lawrence de Arabia, aunque quizá no duren demasiado. Quiero decir que no es un problema que les pille de sopetón, que han tenido tiempo para pensárselo. Películas largas, buenas, malas y regulares, ha habido unas cuantas y se han emitido la mayoría de las más famosas.

En Tele 5 calcularon que si pasaban la película en horario de máxima audiencia, les tocarían las dos y todavía no se habría acabado. Porque la película no se acaba ni para atrás, es cierto, pero es que además meten cortes publicitarios uno tras otro. Que las televisiones no emiten nada sin anuncios por medio. Demasiados. Ahora, en franjas de seis o siete minutos, que cortan las escenas sin avisar, en medio de la frase mítica del malo de turno, por ejemplo. Cortan cuando marca el cronómetro, ni siquiera cuidan que sea entre escena y escena. ¡Zas! En medio del tiroteo van y te anuncian las rebajas del Corte Inglés. Un desastre, vamos.

En Tele 5 decidieron hacer como en los cines de barrio, meter un intermedio. Parten la película en dos y emiten la primera parte un martes y la segunda, un miércoles. Así meten más publicidad, atraen audiencia no un día, sino dos, y pueden acabar la proyección de la película poco después de las doce de la noche. 

Pocahontas, pero de color azul y con cola.
Avatar explora el mito del buen salvaje y del ecologismo chachi.
Imagínense, los antropólogos son los buenos de la película.

¡Gran despliegue publicitario! Con polémica incluída. ¿Es lícito que Avatar acabe partida en dos? ¿Es más lícito que Avatar acabe a las tantas de la madrugada por culpa de una hora larga de anuncios de champú y telefonía móvil? Lícito, sí, porque es legal, pero es una murga, en ambos casos.

Hace ya muchos años, hubo un Festival de Cine de Barcelona. Ese festival parió la llamada Declaración de Barcelona. Grandes cineastas firmaron una declaración que pedía, por favor, que sus películas no fueran mutiladas por la publicidad. Tanto los cortes publicitarios como la aparición en pantalla de un anuncio sobrepuesto van en contra de la obra de arte que es la película. Si obra de arte les va grande, digan película, simplemente. ¿Verdad que en las salas de cine no hacen cortes publicitarios?

Esa declaración ha pasado a engrosar el capítulo de las palabras que se lleva el viento. También, de ésas que se llevan los picos y palas. En la Rambla de Catalunya, tocando a la Diagonal, cerca de la famosa jirafa, se había instalado en el suelo una losa circular con la Declaración de Barcelona. Hace poco, un periódico recogía la voluntad del Ayuntamiento de Barcelona de rescatar la inscripción y volverla a instalar en su lugar tan pronto como las piquetas acaben una obra de no sé qué. Ya nadie se acordaba de tal declaración, ni de la inscripción que, visto lo visto, parece más bien lápida.