La polémica de «El hipnotista»


Ahora que sé decir pinícula le llaman flim.
El cartel de El hipnotista.

Van los suecos y sacan una película que se llama, atención Hypnotisören. Traducen inmediatamente el título al inglés, porque saben inglés y porque les gustaría que se viera fuera de Suecia. Ahora la llaman The Hypnotist.

La película la dirige Lasse Hallström (sueco) y se basa en una novela policíaca de Lars Kepler, con un guión de Paolo Vacirca. Tuvo un premio en el Festival de Cine de San Sebastián, pero la crítica es unánime: ni fu ni fa. En los sitios web de cine el público le pone un 5/10.

La cuestión no es si la película es buena, mala o regular, sino que se estrena en España con el título (atención) El hipnotista.

¿El qué? El hipnotista, ahí queda eso, con dos huevos.

Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho son sueco y sueca, respectivamente. Escriben a cuatro manos bajo el pseudónimo de Lars Kepler y son responsables de la novela original. La novela, como la película, es un pufo. Pero como está de moda la novela negra sueca y la cosa ha acabado en película, va Planeta y la publica. Peor me lo ponen, la publica y la titula... El hipnotista. ¡Venga! ¿Quién da más?

Seguro que la habrían titulado El linotipizador en vez de El linotipista.

La cosa tiene bemoles, porque la Real Academia de la Lengua Española lleva un tiempo insistiendo en público y en privado que en español se dice hipnotizador (-ra). Aunque en algún lugar de Sudamérica pueda decirse alguna vez hipnotista, es voz procedente de la mala traducción del inglés hypnotist.

La RAE ya puede ir diciendo misa, que se la pasan por el forro.
¡Así nos va!

Que el señor que traduce películas meta la pata hasta el sobaco con el título... Pero que lo haga alguien que se gana la vida vendiendo libros... ¡Hay que tener valor para algo así!

2 comentarios:

  1. Es una historia muy interesante y con escenas estremecedoras. Últimamente me he interesado por películas y series de hipnosis como ésta, pues se me hacen muy interesantes, sobre todo cuando cuentan con una buena calidad, como en este caso.

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  2. No tienes más que leer la novela para ver de qué tipo de traducción estamos hablando... Malísima, con términos hispanos en toda la novela y desluciendo totalmente el texto original. En la siguiente novela (mismos autores, mismos traductores) "El contrato", yo ya la dejé a la mitad, y fue por la traducción. No entiendo cómo dejan ejercer a esta gentuza que no sabe hablar, y encima les pagan...

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