La carretera de peaje


Hace unos días, don Artur Mas inauguró una carretera llamada Eix Transversal (Eje Transversal). Otra vez, añado. La carretera une las provincias de Gerona y Lérida sin pasar por Barcelona. Es muy raro que se haga nada en Cataluña que no pase por Barcelona, de ahí que se hable tanto de esta carretera.

En la inauguración, don Artur Mas dijo que la carretera era el claro ejemplo de lo bien que hacemos las cosas los catalanes cuando Madrid no mete mano a lo que hacemos. El comentario ha volcado ríos de tinta en la prensa nacional española y nacional catalana, pero ninguna palabra inteligente. Tampoco pretendo que las mías lo sean, pero me sumo al carro.

Lo cierto es que el gobierno de la Generalidad de Cataluña (cualquiera de ellos) presume de carretera así que se presenta la oportunidad. Es la única carretera diseñada y construída enteramente de principio a fin por el gobierno de Barcelona. Tenía que notarse y desde que se inauguró por vez primera un tramo en 1990, hace veintidós años, ha batido todas las marcas españolas de inauguraciones por kilómetro. Corría un chiste que decía que Franco inauguraba pantanos y Jordi Pujol, tramos del Eix Transversal. Es que sale una inauguración cada ocho kilómetros, que no es poco.

La carretera tiene 154 km y su designación oficial es C-25. La velocidad máxima media es de 90 km/h y la máxima absoluta, 100 km/h. Pese a todas las advertencias, se inauguró en 1997 con dos carriles (uno en un sentido y otro, en el otro). En algunos tramos de pendiente, se pavimentaron tres carriles. Se había previsto alcanzar los 10.000 vehículos al día en diez años, pero se alcanzó al poco tiempo de inaugurada. La carretera se saturó y demostró ser peligrosa. Se han matado en ella más de doscientas personas en quince años.

En 2000, el Gobierno de España se ofreció para pagar las obras de desdoblamiento (i.e., de añadir un carril en cada sentido, lo que tendría que haberse hecho desde el primer día), pero la Generalidad de Cataluña no quiso ni oír hablar de ello porque Madrid se hubiera quedado con la titularidad de la carretera y los paripés de las inauguraciones y eso, no, eso sí que no.

Entonces, el Eix Transversal era ya un problema de tránsito y siniestralidad. En 2007, con la financiación de Caixa de Catalunya (que pronto fue un problema) y la participación de FCC, COMSA, COPISA y CONCISA, se acordó una inversión de 708 millones de euros, que al final han sido 750 millones (comisiones aparte). De hecho, los catalanes pagarán más dinero que ése, porque las empresas y el banco cobrarán un peaje en la sombra e ingresarán una cantidad por cada vehículo que transite por la carretera hasta 2045 (si no se prorroga el peaje). El peaje lo pagaremos todos, porque lo pagará el Gobierno de la Generalidad de Cataluña.

Ya hablé en otro sitio de los peajes en la sombra y de lo caros que son, en comparación con otros sistemas de financiación. No insistiré, pero nos va a costar a todos un ojo de la cara.

Lo mejor de todo este asunto es que ni un día después va el recién conseller del ramo y anuncia que también cobrará un peaje a los camiones que vayan por el Eix Transversal, un peaje a la vista que añadir al peaje en la sombra. Lo que no se dice en voz alta es que esta decisión se opone a una próxima Directiva Europea, que pretende normalizar un impuesto de circulación europeo que echaría por tierra las intenciones del Gobierno de la Generalidad.

Si es cierto que el gobierno pretende que Cataluña salga de la Unión Europea, el detalle no tiene importancia; pero si no es así, es cosa de preocuparse, porque o bien el nuevo conseller no sabe lo que dice o bien sólo quiere provocar el pánico entre las empresas de transporte por carretera. Comienza bien, el conseller.

A la luz de lo dicho, una gran carretera que ha hecho el gobierno de Barcelona ha resultado estar mal planificada y se ha saturado casi desde el primer día, ha tenido un impacto ambiental notable, ha resultado ser peligrosa y mortal, y por no hacer las cosas bien desde el principio, con cuatro carriles y tal, nos ha salido a todos por un ojo de la cara y parte del otro, porque hacerla primero y desdoblarla después supone un incremento del precio por kilómetro superior (muy superior) al de dos carreteras de dos carriles. Encima, hay que pagar por jugarse el tipo en ella.

¿Saben qué les digo? Que la próxima carretera la hagan los del Gobierno de España, que lo tendrán difícil para hacerla peor o más cara. Además ¿no es eso lo que lleva pidiendo hace años la sociedad civil, ésa misma que a la chita callando se lleva los beneficios del peaje en la sombra? Lo que pide y lo que quiere son dos cosas muy diferentes, me temo.

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