El anestesista tramposo



La ciencia es terreno abonado para toda clase de tramposos, aunque la mayoría acaben pillándose los dedos. Es el caso de un anestesista japonés, que ha batido la marca de publicación de artículos fraudulentos en revistas de medicina. Hasta ahora, esta marca la ostentaba un alemán, Joachim Boldt, con 90 artículos mentirosos.

El caballero se llama Yoshitaka Fujii. La Sociedad Japonesa de Anestesistas ha investigado su caso y ha concluido que, entre 1993 y 2011, se ha inventado 172 artículos. Quedan 37 artículos más que no se sabe si han sido inventados o se refieren a algún experimento de verdad. Sólo tres artículos de Yoshitaka Fujii han podido verificarse como auténticos.

Parecía que empleaba muchos datos estadísticos y aplicaba el doble ciego en sus experimentos, pero pillaron al japonés porque no proporcionaba datos de los pacientes (imaginarios), ni de los centros u hospitales donde se había hecho el experimento. Tampoco se ha podido probar que suministrara medicamentos a nadie. Eso no fue obstáculo para la creatividad del anestesista, que coló artículos a revistas tan prestigiosas como el British Journal of Anaesthesia, el International Journal of Gynecology and Obstetrics y el Clinical Therapeutics.

Yoshitaka Fujii escribía estos artículos de ficción científica para poder trabajar en la universidad y recibir fondos públicos para sus estudios, para poder participar como ponente en varios seminarios y, caramba, para poder optar a los premios que la Sociedad Japonesa de Anestesistas otorga a la investigación. Ay, la soberbia y la avaricia...

El asunto va más allá de la pura invención. Yoshitaka Fujii llegó a falsificar las firmas de los que colaboraban en sus investigaciones. Sólo ha podido probarse la aquiescencia de uno de sus colaboradores, un tal Hidenori Toyoka. El resto de los colaboradores se han quedado pasmados al saber cómo les había tomado el pelo el espabilado anestesista. Los investigadores del caso han señalado que algunas revistas científicas se saltaron algunas medidas de precaución básicas que habrían servido para poner freno al caballero, pero que no las aplicaron.

El asunto comenzó a ventilarse en febrero, cuando Yoshitaka Fujii fue expulsado de la Facultad de Medicina de la Universidad Toho (Tokio). En agosto de 2011, habían surgido dudas sobre la autenticidad de algunos de sus experimentos y la universidad encontró ocho artículos en los que el personaje había falsificado los datos y había prescindido de la aprobación del comité ético de la universidad. Ahora, en junio, los anestesistas japoneses ya hablan de 172 artículos, ahí es nada.

Cuentan los especialistas que, desde 1970, se han retirado 2.200 artículos de las publicaciones científicas de todo el mundo a causa de fraudes y demás. Casi el 8% de estos artículos que se han descubierto tramposos los escribió el japonés, él solito. ¡No está nada mal!

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