Mas, Ringling Bros. and Barnum & Bailey Circus in USA



Érase una vez, hace muchos, muchos años, un presidente de la Generalidad de Cataluña que quiso darse a conocer en el mundo mundial, porque su estatus de líder patrio no esperaba menos de él. Así que se diseñó un anuncio a toda página que se publicaría en las principales revistas y diarios económicos o generalistas (de habla inglesa): Fortune, Financial Times, Forbes, Time, etc. Hablando con propiedad, la operación costó una pasta gansa.

¿Cómo era el anuncio? Serio, sobrio. Arriba del todo, el lema de moda entonces, que somos seis millones (en inglés). Debajo, un retrato del don en su despacho, con las manos sobre la mesa, los dedos entrecruzados, mirando directamente a la cámara, con la bandera detrás y una pared forrada de madera. Era una imagen que transmitía seguridad, confianza. Debajo ponía: Jordi Pujol, president of Catalonia. El lector norteamericano medio comenzaba a preguntarse de qué iba el anuncio.

El núcleo del anuncio era un texto largo y farragoso, con letra pequeña, cargado de tópicos: crisol de culturas, modernidad, progreso, Gaudí, gente trabajadora y estupenda que no veas, Mediterráneo, campos de golf y millones de visitantes. El último tercio de la página, el logotipo de la Generalitat of Catalonia. Fin.

El anuncio tenía una asombrosa semejanza a la publicidad de la Banca Monte dei Paschi di Siena: el nombrecito del banco y el lema, una fotografía de un ejecutivo en la misma postura, con el escudo del Paschi di Siena al fondo, un texto que hablaba maravillas de la Toscana en letra pequeña, etc. El público norteamericano concluyó que la Generalidad de Cataluña era una compañía de seguros, y de hecho ésta es y sigue siendo la percepción mayoritaria del público de los Estados Unidos, tantos años después, a decir de las encuestas. A la vista de los resultados de la campaña publicitaria, se hechó tierra sobre este asunto y ya nadie habla de él. Lástima, porque da para unas risas.

El Gobierno de los Mejores ha decidido poner fin a semejante dislate. Para ello, su presidente, don Artur Mas, y el otro Mas, el Mas-Colell, han pillado un billete de avión y se han plantado, ellos y un numeroso séquito, en Boston, Massachusetts (que se pronuncia Boston, Machasutes), y ya veremos por cuánto sale el viaje. Su intención, explicar lo que no supo explicar el viejo don, que vale la pena invertir en Cataluña, porque somos tan buenos, tan buenos, que da pena que no nos conozcan.

La versión oficial aparece en el NO-DO (TV3) y en el correveidile de La Vanguardia. Ante una numerosa asistencia (prácticamente, todos invitados a comer, y no más de cincuenta, séquito presidencial incluido), el president presentó un informe sobre el sector biotecnológico catalán. Don Artur Mas afirmó que Cataluña es líder en España en el sector biotecnológico e innovación, ahí queda eso. ¿Qué más dijo? Catalunya es la fuerza de empuje de la economía española, afirmó. Supone el veinte por ciento del PIB español, añadió. Somos líderes en infraestructuras e innovación, insistió. Según los voceros del líder patrio, la presentación del informe pretendía llamar la atención de los inversores que pasarían a visitar una feria de muestras de biotecnología, la Bio 2012.

Lo mejor fue cuando se puso a explicar qué era Cataluña ante un auditorio de profanos. Somos la Holanda del sur de Europa, dijo. La diferencia es que Holanda tiene de vecina a Alemania y nosotros a España y no es exactamente lo mismo.

Se comprenden las risas del auditorio, que fueron a Mas.

Dejando a un lado nuestra condición holandesa, no había para menos. La mayoría de catalanes presentes en la comida (con discurso a los postres) eran investigadores catalanes que habían tenido que largarse a los EE.UU. para poder no investigar, sino para poder ganarse el pan, porque la investigación en Cataluña da pena y motivos para derramar lágrimas. Fíjense: Cataluña invierte en innovación, investigación y desarrollo de nuevos productos algo así como el 1,6% de su PIB. Este año será menor, porque los fondos destinados a ello han disminuido alrededor del 12%.

Pues, con estos datos en la mano, va el president Mas y presume de ser líder en innovación. Los masachutenses (massachusettsians) se lo miran con cara de pasmo: el 5,5% del PIB de Massachusetts va a parar directamente a investigación. ¿Un 1,6%? ¿De qué va?, pregunta un masachutense. Será un chiste, responde otro, en voz baja. Educados, los americanos se ríen. Qué simpático es el presidente de la compañía de seguros, murmuran.

También les hace gracia que seamos líderes en infraestructuras. Lo de Holanda, jocoso. Lo de la biotecnología será el vino, observa un investigador catalán en el exilio. De chiste en chiste, llega la traca final cuando uno de los asistentes pregunta si Eurovegas es innovación o desarrollo.

Los americanos regresaron a sus casas con una sonrisa en los labios. ¡Qué simpáticos, los catalanes! A los investigadores en el exilio, en cambio, se les indigestó el postre.

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