Che farò senza Euridice? Che avremmo fatto senza Sabajno?

Pocos saben quién era Carlo Sabajno.

Nació en Rosasco, en Italia, en 1874, y murió en Milán en 1938. Fue un brillante director de orquesta. Quizá (seguramente) no tan grande como Toscanini, pero entre 1904 y 1932 fue el director artístico en Italia de la Gramophone Company.

La Gramophone Company, británica, fue una de las primeras grandes compañías discográficas. Creó un sello, HMV (His Master's Voice, o, en español, La Voz de su Amo), que se hizo famosísimo. Sí, sí, ése en que un perro con cara de pasmo escucha la voz de su amo que sale por la trompeta de un gramófono de Edison. La Gramophone Company se fusionó con la Columbia Gramophone Company en 1931 y se convirtió en la Electric and Musical Industries Limited (EMI). Sin embargo, The Gramophone Company Limited fue la marca en el Reino Unido hasta entrados los años setenta. Algunos discos de Pink Floyd, por ejemplo, tienen los derechos de copia a nombre de Gramophone.

Tenemos que rendirnos ante Sabajno no por su maestría con la batuta (que también), sino porque fue el primero en dedicarse a grabar lo mejor posible óperas completas para el gramófono. Así, la ópera salía de los teatros para llegar a casa a través de un estudio de grabación. Ahora, todo el mundo en todas partes podía, si quería, escuchar ópera. No se entiende el éxito de la ópera ni su popularidad sin Sabajno y sin el apoyo de HMV.

Hasta ese momento, encerraban al tenor en una habitacioncita con un micrófono y un organillo y éste, quien fuera, cantaba una aria y con una toma había más que suficiente. Así grabó el gran Caruso. Pero Sabajno grabó en 1907 Pagliacci con la Orquesta y Coro de la Scala de Milan y de ahí pasó a grabar 24 óperas más, completas, entre 1915 y 1932. Algunos años, grabó hasta cuatro óperas (en 1919, dos versiones de Tosca, Il Barbiere di Siviglia y Aida; en 1929, el Requiem de Verdi, otra vez Pagliacci, Cavalleria Rusticana, Madama Butterfly y su tercera versión de Tosca, etc.). Un trabajo inmenso.

Sabajno grabó con los mejores de su tiempo, y uno de éstos fue Raffaele Attilio Amedeo Schipa, más conocido como Tito Schipa, uno de los más grandes tenori di grazia. Su técnica es completamente distinta a la de los tenores actuales. Dicho muy por encima, canta más naturalmente y saca un rendimiento magnífico de su voz, su timbre y su fraseo. Aquí les dejo con una grabación de una famosísima aria de Gluck, de la ópera Orfeo e Euridice. Aunque la grabación no es excelente, Tito Schipa sí que lo es. Disfruten, a destajo, que la vida merece un caramelo de vez en cuando.

 

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