Merkel, Guardiola, Mas, el palo, la zanahoria y el encaje de bolillos

La economía puede resumirse en la teoría del palo y la zanahoria. Para que el asno camine, hay que combinar el palo y la zanahoria y luego tirar de él hacia donde queremos ir. Los economistas del palo son los monetaristas, en su mayoría liberales, que consideran que el asno se mueve a base de palos. Los economistas de la zanahoria son los keynesianos, en general, que opinan que la inversión pública moverá al burro. La Crisis del Petróleo, en los años setenta, puso en solfa la teoría de la zanahoria y llegó la era del palo, y tantos palos casi matan al pollino. De ahí, la crisis, que esta vez ha demostrado que el pollino está tan mal que si echamos mano del bastón, cada vez será peor. Sólo nos queda la zanahoria, y los keynesianos se están creciendo.

He simplificado muchísimo, pero creo que, a grandes rasgos, se entiende qué quiero decir. Por eso, nuestro Presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, aplaude las zanahorias que le habían negado los mercados (aficionados al bastón) y ahora promete la primera ministra de los alemanes, doña Angela Merkel. Don Mariano insiste en que nuestro asno todavía necesita moverse a palos, porque anda muy mal acostumbrado, pero se le ve contento cuando habla de las zanahorias merkelianas, que le quitan de un apuro.

En cambio, el Presidente de la Generalidad de Cataluña, don Artur Mas, siente repelús por las zanahorias y cree firmemente que el burro catalán sólo se mueve a base de golpes, golpes que tienen que encaminarlo hacia el paraíso de un estado soberano con el menor estado posible, lo que nos lleva a preguntarnos para qué lo quiere, si luego lo va a vender. Para forrarse, supongo.

Así que don Artur Mas no piensa dejar las tijeras ni que lo maten, y se permite el lujo de recomendar a la señora Merkel lo que tiene que hacer, dejando muy claro, clarito, y citaré textualmente, que las políticas de austeridad deberán continuar, y eso no es malo porque son un valor en sí mismas y hace falta conservarlas. En otras palabras, dale de palos al burro: tú no sabrás por qué, pero él te lo agradecerá.

Dijo esto en un acto multitudinario, este fin de semana, en Arenys de Mar, donde se celebraba la 25.ª Diada de la Puntaire. Traducido libremente, la 25.ª Jornada del Encaje de Bolillos. A tan importante acontecimiento acudió acompañado del señor alcalde de la población, don Estanislau Fors, y el Delegado del Gobierno de Barcelona, don Salvador Jorba, que se suma a un bombardeo con tal de salir en la foto, con quienes paseó por la feria y conversó amablemente, mientras admiraba el meritorio trabajo del encaje de bolillos de la muestra.

Fíjense si le impresionó la labor del encaje de bolillos que dijo, textualmente, que esta jornada es ejemplo del mecanismo de actuación en momentos de dificultades, explicando un poco más tarde que el tejido asociativo de Cataluña (¿un encaje de bolillos?) es muy importante para dar cohesión al territorio. Quizá propuso que los 800.000 nuevos parados catalanes acudan a cursos de macramé y Cataluña recupere el liderazgo en la manufactura textil. Es una idea, y sería la primera idea creativa de este gobierno.

No acabaron ahí las excursiones del fin de semana (por cierto, de la manita del Delegado del Gobierno, que no se separó del señor Mas ni un momento). Dejó las bolilleras para acudir a la Vall d’en Bas, un lugar lleno de árboles, fábricas y pajaritos, para inaugurar lo que le pusieran por delante. Más concretamente, las nuevas instalaciones de una empresa manufacturera, que fabrica piezas de inyección de alta precisión, y la ampliación de una fábrica de embutidos. Allá se le soltó la lengua y recordó la frase del Abuelo Nacional, don Jordi Pujol, cuando pagó una millonada a un grupo de publicistas para que se inventaran el lema El trabajo bien hecho no tiene fronteras. El trabajo bien hecho en Banca Catalana, pongamos por caso. Quizá no, pero da igual, porque el presidente en funciones descubrió que esta frase casi olvidada por el vulgo era la receta mágica para salir de esta crisis.

Como el público enarcó la ceja, un tanto escéptico, porque la experiencia demuestra que hacer las cosas bien no garantiza que mañana no te pongan de patitas en la calle, el presidente se explicó mejor, y dijo que había que dinamizar nuestro tejido productivo y el sentido emprendedor. ¡Qué manía con el palabro emprendedor...!

Intentó explicarse mejor. La solución estaba en manos de las pequeñas y medianas empresas, que tiraban del carro (seguimos con el símil del burro). Sabía que habían cerrado algunas (sic), pero abrían muchas otras que encarnaban el espíritu emprendedor, innovador y chachi que caracteriza a los catalanes.

¿Dónde están esas empresas?, se preguntaba el público, buscando alrededor. El discurso seguía por los derroteros del blablablá, que ya nadie cree, y el presidente Mas, que no será muy inteligente, pero sí listo, comprendió que si no echaba salsa en el plato se iban a dormir hasta las ovejas con el rollo de siempre. Así que habló de fútbol, es decir, del Barça, lo que en Cataluña es lo mismo y una misma cosa. Es un recurso recurrente en el señor Mas, que no da más de sí... o cuando no da más de sí, lo dejo a su elección.

Para explicar qué era el trabajo bien hecho, esa máxima pujoliana, acudió al héroe contemporáneo nacional, don Pep Guardiola. Dijo de él: Es un personaje apasionado por su trabajo que dijo que necesitaba cargar pilas, pero que ha hecho un trabajo bien hecho, que se ha demostrado que no tiene fronteras porque habla casi todo el mundo de él, por eso es un buen ejemplo en este sentido.

Ahí está la receta convergente para que el burro ande: cobrar un sueldazo de miedo durante cuatro años por no pegar sello y retirarse cuando las cosas empiezan a torcerse o cuando uno se aburra, para vivir de rentas y aprender macramé.

Paren esto, que me bajo.

El lío de la Síndone (I)

En 1357, la viuda de Geoffroy de Charny expuso en una iglesia de Lirey, perteneciente a la diócesis de Troyes, Francia, la que hoy se conoce como la Síndone, o la Sábana Santa. En el Museo Cluny, en París, se conserva un medallón con las armas del caballero y su viuda en el anverso y en el reverso, la que podría ser la primera imagen de la reliquia. Sabemos esto porque Henri de Poitiers, obispo de Troyes, había prohibido venerar la imagen, que, dijo, era una falsificación y un fraude.

En aquellos tiempos, se compraron y vendieron reliquias por docenas, que se fabricaban en talleres especializados. En los orígenes del Imperio Carolingio surgieron algunas reliquias encargadas por el Emperador o algunos monarcas europeos, como la Lanza de Longinos o el Sudario de Oviedo, que tenían una clara intención política, pero el otro gran momento de los hacedores de reliquias fue el siglo XIV, sacudido hasta los cimientos por la Peste Negra, acicate de histerias religiosas colectivas, origen de tremendas supersticiones, época de confusión y desamparo, y a río revuelto, ganancia de pescadores.

Yo mismo he visto, en diversos relicarios que se conservan en la ciudad de Florencia, tres dedos índices (tres) de San Juan Bautista y un brazo de la Virgen María, que contradice la teoría de su Ascensión, además de una oreja de Isaac (sic), el himen intacto (sic) de Santa Nosequién, virgen y mártir, y un largo y repugnante etcétera de restos y visceras de santos, profetas y mártires. Es de las pocas veces que me he mareado en un museo. Todos esos macabros recuerdos estaban fechados en el siglo XIV, como la Sábana Santa o los tres brazos de San Antonio (tres, también) que se veneran en Sicilia, o la media docena de Santos Griales que se exponen en las catedrales europeas. ¿Saben que, cuando apareció la Síndone, aparecieron hasta cuarenta Sudarios más?

A lo que íbamos. El obispo de Troyes prohibió venerar la imagen de la Síndone porque sabía que era falsa. Esa prohibición es el primer testimonio escrito que se conoce de la Sábana Santa. Pero no le hicieron ni caso, al señor obispo, porque la sábana que había envuelto el cadaver del Cristo antes de su Resurrección era una atracción turística de primer orden y la familia de Charny y los habitantes de Lirey conocieron la prosperidad gracias a las visitas de cientos de peregrinos.

Fue tanta la fama de esta veneración que el rey Carlos VI de Francia tuvo que ordenar que se retirara la falsa imagen de la iglesia de Lirey, por evitar la idolatría. Eso fue treinta años después de su primera aparición en público. Los enviados del rey casi no lo cuentan. Venimos a retirar la imagen, dijeron, y tuvieron que poner pies en polvorosa para salvar su vida, porque los quisieron matar los villanos y los curas del cabildo.

En una carta al papa de Aviñón (véase la fotografía), Pierre D'Arcis, sucesor de Henri de Poitiers en el obispado de Troyes, denunció de nuevo el fraude. Cuestionaba la autenticidad de la Síndone argumentando que ésta no aparecía en los Evangelios. Bah, un argumento cuestionable. Pero luego añadía, y copio: Un examen riguroso descubrió eventualmente cómo la imagen había sido astutamente pintada, siendo la verdad corroborada por el propio pintor, esto es, que fue producto de la mano del hombre y no fue forjada ni se formó milagrosamente.

D'Arcis había conocido al falsificador (qué lástima que no nos haya llegado su nombre), y denunciaba al papa de Aviñón que la familia de Charny había ocultado la falsa reliquia cuando su antecesor, Henri de Poitiers, había querido examinarla de cerca. D'Arcis no tiene ninguna duda sobre el fraude. De hecho, nos explica que el falsificador, cito, tras dibujar con audaz maña la imagen a doble cara de un hombre, es decir, vista frontal y dorsal, declaró falsamente y pretendió que se trataba del sudario en el que Nuestro Salvador Jesucristo fue envuelto en el Sepulcro, y sobre el que la figura completa de Nuestro Salvador ha permanecido por ello impresa junto a las heridas que portaba. Vaya, que vendió gato por liebre y el obispo lo había pillado.

Poco caso hizo el papa de Aviñón al señor obispo. Era entonces Clemente VII el antipapa del Gran Cisma de Occidente, que, ante la cuestión de la Síndone, valoró por un lado la verdad y por el otro, la credulidad del pueblo, y escogió prescribir indulgencias para los que peregrinaran para contemplar el Santo Sudario, a tanto la indulgencia, supongo. Por si acaso, por si iban mal dadas, el (anti)papa que promovió el negocio se cubrió las espaldas ordenando que la propaganda no mencionara el Verdadero Sudario, sino el Santo Sudario, sin más. Mejor manejar al vulgo que no quitarle un caramelo de la boca, se dijo.

De esos polvos, esos lodos.

Porque este fin de semana, muchos años después de la inútil empresa de los obispos de Troyes, en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia se celebra el I Congreso Internacional de Sindonología. Se han inscrito cuatrocientas personas, convencidas de la irrebatible autenticidad del Santo Sudario.

Se me ocurren varias preguntas:

La primera, que cómo es posible que nadie diga que es el primer congreso internacional de Sindonología si los sindonólogos no hacen otra cosa que congresos internacionales. Los mismos organizadores dicen que hacía diez años que no se celebraba uno así en España; el primero, lo que es el primero, no es. Muchas pretensiones veo yo a los organizadores, mucha modestia.

La segunda, que cómo es posible que la Facultad de Medicina ceda las aulas del templo del saber a la superstición.

La tercera, cómo serán las risas del artista que tomó el pelo a todos si se entera del congreso. Le estarán llamando al orden en el cementerio.

El lío de la Síndone (II)

Quede dicho que la Sábana Santa es, como objeto, digno de muchísimo estudio, porque es de admirar el ingenio del hacedor de reliquias medieval. También es digno de estudio el grupo de científicos que se han dejado arrastrar por la sindonología, cuando no tiene fundamento. El papel de la Santa Madre Iglesia también daría mucho que hablar sobre falsificación y engaño en las cosas del querer, y no es de recibo.

Sobre la datación de la Síndone se han dicho muchas cosas y alguna barbaridad. Un tal doctor Frei empleó el polen atrapado en la tela como mecanismo de datación del tejido, pero su método ha sido muy criticado por la mayoría de los expertos y es altamente impreciso.

Hasta hoy mismo, la datación más precisa de la Sábana Santa fue coordinada por la revista Nature, con el permiso de la Iglesia. Fue en 1988. Con una fiabilidad del 95% y un margen de error de diez años, los laboratorios de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, la Universidad de Oxford y la Universidad de Arizona, cada uno por su lado y de manera independiente, la dataron entre el 1260 y el 1390 dC. Es decir, era un objeto medieval, y la fecha coincide con las denuncias de los obispos de Troyes, las primeras pruebas documentales de su existencia.

La datación fue un jarro de agua fría para los sindonólogos, que se apresuraron a cuestionar el método del radiocarbono. Unos decían que la exposición de la Síndone a los fieles y su historia (se quemó en parte al menos una vez) afectaba a la datación por radiocarbono. Esta teoría se ha demostrado falsa. Otros dijeron que se habían tomado muestras de la Síndone que no correspondían al tejido original, sino a unas piezas que se cosieron después del famoso incendio... La sospecha se disipó en un pispás en 2002. Un nuevo estudio sobre las muestras analizadas demostró que la datación se había realizado correctamente y sus resultados eran del todo fiables. No cabe ninguna duda sobre este asunto.

El informe sobre el particular fue tan contundente que la Iglesia (¡la Iglesia!) aceptó la datación como buena. Eso sí, una de cal y una de arena. Por un lado, aceptó que se trataba de una reliquia medieval. Por el otro, que la veneración de la Sábana Santa aproximaba a los fieles a los misterios de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, aunque sea a través de una engañifa. Así, pues, todos contentos.

Debo añadir que no es ningún secreto que el Vaticano se molestó muchísimo por el resultado de la datación por radiocarbono. También es evidente que le interesa muchísimo la propaganda (para)científica de los sindonólogos. De hecho, la promueve y patrocina, a sabiendas de darle alas a un fraude. No me parece que esto sea muy cristiano y diría yo que se detectan trazas de faltas de pensamiento, palabra, obra y omisión en este asunto.

Más pruebas del fraude las encontró Walter McCrone, un experto independiente que aceptó supervisar los trabajos de la STURP (la Asociación Sindonóloga Americana) sobre la Síndone. La STURP es muy poderosa, porque los católicos americanos tienen mucho dinero que gastar en sindonología y los evangélicos, también. Curiosos aliados, los anabaptistas, iconoclastas en origen, que buscan el auxilio de la ciencia para demostrar que la fe tiene un fundamento empírico y ¿qué mejor que demostrar que existe el lienzo que envolvió al Cristo?

A lo que íbamos con el doctor McCrone. En un frotis que hizo de la superficie de la sábana, McCrone encontró rastros de pintura. Fue acusado de todo menos guapo por la STURP y expulsado del estudio de los sindonólogos americanos, pero su análisis no dejó lugar a dudas: por la razón que sea, existen restos de pigmentación en la Sábana Santa. De las sucesivas restauraciones, dicen los sindonólogos, aunque no cuela.

Si nos ponemos a pensar un poco, ¿existe un debate científico sobre la Sábana Santa? ¿No será que no hay nada que debatir? ¿De verdad da para un congreso internacional como el de Valencia?

Si se discute si fue o no fue el sudario del Cristo, la respuesta es que no, un no rotundo, y sobran razones. Que hay científicos que opinan que sí... Bueno, siempre los hay, y son los que más ruido hacen en los periódicos. En estos asuntos tan retorcidos, la verdad es insípida y no da para un titular. En cambió, presentar el lienzo que envolvió al Cristo es tan noticia ahora como lo fue en el siglo XIV, y de ahí su éxito.

El lío de la Síndone (III)

Este domingo, el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, ha presidido en la capilla del Santo Cáliz de la Catedral una misa especial para los participantes del Congreso Internacional sobre la Sábana Santa de Turín que se celebra en Valencia. ¡Qué mejor lugar! Porque los valencianos sostienen que el Santo Cáliz, el Santo Grial, es ése que veneran en esa capilla. Dejan a un lado el que se sabe todavía oculto en Montserrat, o ese otro que los doctores Jones, padre e hijo, buscaron en la tercera entrega de sus aventuras. Para el caso, la aventura de los Jones es el más divertido e igualmente creíble Grial de los tres.

Porque, les recuerdo, el Centro Español de Sindonología (CES) incluye el Santo Cáliz de Valencia entre los objetos a los que dedica su atención. La misa va con segundas, pues, y suponemos que el arzobispo barrerá para casa rogando por el éxito de los buscadores contemporáneos del Santo Grial, por ver si vienen turistas a la catedral y les puede cobrar entrada.

Que el congreso de marras se celebre en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia produce tristeza. El templo del saber mancillado por la superstición... Pero será mejor alegrarnos el día con la Síndone de Garlaschelli, uno de los argumentos que provoca llanto y crujir de dientes entre los sindonólogos.

Luigi Garlaschelli es profesor de Química Orgánica de la Universidad de Pavía, mago aficionado y un escéptico de mucho cuidado. Es responsable de experimentación de la CICAP (Comitato Italiano per il Controllo delle Affermazioni sul Paranormale), donde ha puesto en evidencia infinidad de patrañas paranormales.

Una de las preguntas que más se repiten es cómo se imprimió el cuerpo del Cristo (o de quien fuera) en el lino de la Síndone. Aquí empiezan los sindonólogos a proferir teorías, cada cual más extraña que la anterior.

Garlaschelli, sin embargo, dejó las teorías para los sindonólogos y pasó al experimento. Reprodujo una sábana idéntica a la de Turín con los materiales, la técnica y los conocimientos del falsificador medieval. Su experimento explica todos y cada uno de los detalles que se aprecian en la Sábana Santa. Garlaschelli estiró a un voluntario sobre una mesa, lo cubrió con una sábana de lino, ésta la pintó con un pigmento que tenía restos de ácido. Para la cara de la sábana, utilizó una máscara. Calentó la tela en un horno y la lavó, lo que casi elimina del todo los pigmentos y deja una imagen algo difusa, como la de la Síndone. Luego añadió manchas de sangre, decoloración por agua... El resultado final impresiona y los sindonólogos se muerden la lengua por no hablar de él y darle alas. El experimento de Garlaschelli es demoledor.

Pese a todo, 26 expertos hablarán durante tres días, con pausa-café, pausa-misa y visita turística de la capital del Turia, sobre la patraña sindonológica, en veinte apasionantes ponencias. Una, por ejemplo, basándose en los trabajos de la STURP de 1979 (ésos que McCrone se cargó al descubrir restos de pigmento en la sábana), presentará una cronología que va de los primeros tiempos del cristianismo hasta ahora, pasando por alto la fecha de la falsificación.

También se analizará si una radiación (la que generó el Cristo al resucitar, según los sindonólogos) pueda crear una coloración similar a la de la imagen de la Síndone. Un historiador repasará lo que sabemos de la Síndone que adoraban los bizantinos de Edesa, por si fuera la misma que siglos después falsificaron en Francia. Una conferencia titulada El cadáver del hombre de la Síndone y el rigor mortis, a cargo de un forense y otra bautizada como El Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín, a cargo de otro forense, nos mostrarán qué tienen en común dos imágenes del Cristo falsificadas, una en el siglo VIII y otra en el siglo XIV. También se cuestionará el método de datación por radiocarbono, que tanto incomoda a los sindonólogos, un clásico en estos congresos, como clásicos son el estudio de la presencia de pólenes (que inició años ha el doctor Frei), la reproducción en tres dimensiones del hombre de la Síndone, el significado teológico de la reliquia (en un congreso científico), etcétera.

Así, el Centro Español de Sindonología (CES), que se dedica a estudiar las llamadas reliquias del Cristo (la Síndone, el Sudario de Oviedo, el Santo Cáliz, los pedazos del Madero, la Santa Espina, etc.), celebrará sus veinticinco años.

Si quieren más información, busquen aquí (y en muchos lugares más, que no faltan):

¡Esto se hunde!

Fíjense, fíjense... La deuda de la Generalidad de Cataluña se dispara y suma recortes a los recortes, que acaban pagando los de siempre, los más pobres y necesitados. Hemos destruido más puestos de trabajo que ninguna otra Comunidad Autónoma. Nuestros líderes pátrios nadan en las putrefactas aguas de la corrupción y no parece que entre todos sumen un gramo de inteligencia. Esto se va a la mierda, y perdonen ustedes, y las ratas abandonan el barco.

Así es: ¡¡¡Se va Guardiola!!!

La consternación nacional es inenarrable. Pierde la Liga y se va. Desamparados, consternados, estupefactos, nos enfrentamos al abismo y nuestra única esperanza es aprender a volar antes del batacazo. No nos vamos a librar de ésta.

Santo Dios... ¡Se va Guardiola...! ¿Qué nos queda? El rey desnudo.

Drogas de barrio

La ciencia es un pozo de sorpresas. Hace unos años, se perfeccionaron métodos para detectar cantidades pequeñísimas de sustancias disueltas en agua. Estamos hablando de nanogramos por litro, una burrada.

Si consultan la revista Science of the Total Enviroment descubrirán la importancia de estos métodos en el análisis de los problemas ambientales. Las concentraciones de metales pesados o de sustancias de tal o cual tipo permite establecer el riesgo de contaminación o la historia del impacto humano en el ambiente que nos rodea.

En el último número de esta revista, se presenta un proyecto del ICRA (Institut Català de Recerca de l’Aigua, o Instituto Catalán de Investigación del Agua), el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Departamento de Ingeniería Geotécnica y Geociencias de la Universidad Politécnica de Cataluña. Los técnicos y científicos querían examinar el estado de los acuíferos de Barcelona, por si podían ser utilizados en caso de sequía. Examinando la calidad del agua (las muestras eran de 2010), buscaron toda clase de contaminantes y encontraron trazas de veintiún sustancias consideradas drogas ilegales o, como ahí las llaman, de abuso. Un festín.

Los científicos se han apresurado a decir que la cantidad de droga que flota en nuestras aguas subterráneas es completamente inofensiva. Si la homeopatía fuera cierta, ahora mismo estaríamos todos viendo elefantes rosas, pero afortunadamente el agua no tiene memoria, la homeopatía es una patraña y estas disoluciones sólo nos dicen que a los habitantes de Barcelona nos va el consumo de porquerías.

Es muy curioso, pero era previsible. Las drogas detectadas son diferentes según el barrio. En los barrios de gente bien (en el centro-derecha del Ensanche) los vecinos le dan a la cocaína. El éxtasis (una anfetamina) se da en la zona de discotecas del Paralelo. La metadona, en el extrarradio. En las barriadas del Besós hay de todo, una prueba más de que hay barrios desgraciados adonde va a parar toda la mierda de la ciudad sin que las autoridades hagan nada para remediarlo. Como ha dicho un periodista, hay clases hasta en los residuos.

Cuentan los científicos que han pillado incluso a un traficante que ha echado varios kilogramos de cocaína por el váter, quizá por miedo a ser pillado por la policía. No saben quién es, pero sí por dónde vive, y ahora sale en los periódicos. El traficante debe de estar maldiciendo la ciencia y la madre que la parió mientras se muda a otro barrio.

No se dice qué drogas se detectan en los acuíferos de la plaza de Sant Jaume. Qué pena, porque sentía curiosidad.

El gramófono de bolsillo


La casualidad me obsequia con hallazgos maravillosos e imprevistos. Uno de ellos, el gramófono de bolsillo.

Hoy en día, la electrónica permite grabar música en formato digital y llevar unos cuantos millones de canciones (que no podremos escuchar enteras ni en toda nuestra vida) en un chip pequeñito, que cabe en cualquier parte: en el teléfono, en la pluma, en un reloj. Pero ¿qué hay de los tiempos en los que eso no era posible? ¿Cómo llevar la música consigo sin ocupar demasiado?

Ni que decir tiene que las gramolas portátiles y los gramófonos de viaje se pusieron de moda juntamente con las excursiones en automóvil. Así, en los años veinte comenzaron a verse aparatos pequeños y muy ingeniosos, que eran como los gramófonos de mesa, pero comprimidos en un pequeño estuche. Todos funcionaban con discos de 78 rpm.

Podríamos mencionar muchos de estos aparatos: el Pet o Phone, un veterano de 1910 de tamaño muy reducido; el Phonophonette, de 1925, que venía en una maletita del tamaño de un necessaire, muy cuco y muy francés; el Polly Portable, más yanqui que la música de jazz; el Peter Pan, inglés; los alemanes patentaron el Gramola, de donde viene la palabra, que era grande y cuadrado, pero sólido; y a partir de aquí vamos hacia modelos de viaje más grandes, del tamaño de un maletín, como el Telefunken Lido, o tantos modelos de Paillard, Edison-Bell, Decca, Beltona...

Sin embargo, se lleva la palma el Mikiphone, un auténtico gramófono de bolsillo. El Mikiphone fue patentado por los hermanos Vadász en 1924 y en España, qué castizos que somos, se conoció como la Quesera, por su forma de queso.

El Mikiphone fue el gramófono de bolsillo más pequeño del mundo; era, realmente, de bolsillo. Plegado, ocupaba lo que un reloj o un despertador pequeñito. Media 11,5 cm de diámetro y 4,7 cm de grueso, en su estuche. Pero admitía discos de hasta 25 cm de diámetro, lo que no estaba nada mal. Nicolas y Etienne Vadász, húngaros, llegaron a un acuerdo con Paillard & Cie (de Sainte-Croix, Suiza) para que fabricara el aparatito. Paillard fabricó más de 100.000 Mikiphones, quizá llegaran a fabricarse 180.000, todos en Suiza, hasta 1927.

La mecánica del Mikiphone era admirablemente buena, y funcionaba muy bien, considerando que no tenía pilas, que iba a cuerda. El amplificador es un cilindro de baquelita, directamente fijado al reproductor. Aunque es un aparato en esencia sencillo, montarlo requiere práctica.

Cuentan que el Mikiphone debe su nombre al ratoncito Mickey, el famoso dibujo animado de Walt Disney, que nació también por aquel entonces. La leyenda afirma que el Mikiphone abierto se parece al célebre ratón, con el amplificador haciendo las veces de oreja. Pero la verdad es más prosaica, es casualidad, el minigramófono no tiene nada que ver con el ratoncito.

Ahora bien, cuidado. No hay que confundir el Mikiphone con el Mikki Phone (alguno escribe Mikky Phone), que comenzó a fabricarse en Osaka, Japón, en 1930 y que copió el nombre de los húngaros sin hacer ascos. El Mikki Phone fue un aparato realmente admirable y de mejor calidad, pero más grande. Sin embargo, ésta es otra historia.

 

A la vista de la crisis institucional de la Corona Española...

La última encuesta entre los lectores de El cuaderno de Luis ha sido un fiasco. Sólo cuatro entre los miles de lectores que han pasado por sus páginas durante los días de la inquisición se han molestado en manifestar su opinión. De por sí, éste es un dato importante: la crisis institucional de la Corona Española importa un comino, se le da un ardite o la trae floja, como prefieran, a los españoles (que son la mayoría de mis lectores) y al resto del mundo mundial (que forman el segundo grupo de mis lectores, cerquita del primero).

La mitad de las respuestas proponen silbar el Himno de Riego en todos los actos públicos. La cuestión es que hay mucha gente que no sabe qué es el Himno de Riego.

Les resumiré. En 1820, el teniente coronel Riego se pronunció en contra del tirano rey felón, Fernando VII, y a favor de la Pepa, la Constitución de 1812. Al grito de ¡Viva la Constitución! ¡Viva la Patria!, los soldados de Riego cantaron un poema lírico-patriótico escrito por Evaristo San Miguel, con música de origen incierto, aunque con el esquema de la contradanza. El himno hizo fortuna y fue el himno oficial de la monarquía constitucional española durante el Trienio Liberal, hasta que Fernando VII se cargó a los liberales e inició la Década Ominosa, de infausto recuerdo. Lo restauró como himno Isabel II y luego fue himno de los liberales en las Guerras Carlistas.

Es curiosísimo, pero el Himno de Riego nunca fue himno de la República Española, ni de la primera ni de la segunda. Durante la primera, hubo varios himnos a la vez, y uno de ellos era la Marcha de los Granaderos (también llamada Marcha Real); durante la segunda, se consideró que el Himno de Riego era callejero e impropio de una república (palabras de don Pío Baroja). Lo mismo se dijo en su día de La Marsellesa. Se cantó, pero nunca fue reconocido oficialmente. Franco prohibió el Himno de Riego, y, lo que hay que ver, desde entonces se ha convertido en símbolo de la República Española.

Para echar unas risas, la Escuadrilla Azul, formada por oficiales de aviación franquistas que se apuntaron a combatir el bolchevismo a las órdenes de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial (la División Azul del aire, llámese así) fue recibida en Berlín en julio de 1941 con compañía de honor y banda, que interpretó, atención, ¡el Himno de Riego! El director de la banda fue convenientemente arrestado y se echó tierra sobre tan bochornoso asunto.

De los resultados de la encuesta se deduce que mis lectores no tienen demasiada conciencia ecológica, animalista, conservacionista, verde o similar. Ni uno sólo ha pensado en adherirse a la campaña Apadrina un elefante. Los elefantes lo tendrán en cuenta, cuidado.

Tampoco creen demasiado en las fundaciones con ánimo de lucro. Véase: ninguno ha querido aportar su granito de arena a los fines de la Fundación Nóos. No habrá querido, pero ésta, a través de nuestros líderes patrios, se ha forrado con nuestros impuestos. Ahora bien, como el asunto de esta fundación está en manos de jueces, no nos entretendremos demasiado en el latrocinio organizado de esta pandilla de malhechores y así se pudran, con la presunción de inocencia que se supone.

Tampoco se ganó un voto la opción que sostenía que cualquier medida podría ser considerada como buena. Ha sido tanta la indiferencia de mis lectores que ni el tanto me da ha sido una de sus opciones.

Una cuarta parte de los encuestados prohibiría las mujeres y el bourbon en los safaris. No faltan razones a este grupo de mis lectores. A decir de la prensa extranjera (la nacional, calla), Su Majestad se pegó el trompazo cayendo escaleras abajo a las cinco de la madrugada. ¿Qué hacía en lo alto de unas escaleras a las cinco de la madrugada? Salía del bungaló de una señora que no es su señora, ya me entienden, donde, a decir de la prensa extranjera, se lo había pasado la mar de bien. Al abandonar el lugar del pecado, Su Majestad no acertó a poner el pie en el escalón y se fue escaleras abajo.

Aunque Hemingway decía que para cazar a un elefante era imprescindible una buena escopeta y una botella de bourbon, en las cacerías reales sería conveniente prohibir una cosa o la otra, y en cuanto a las mujeres, sin querer ser acusados de machismo, con la vista puesta en la seguridad nacional, institucional y monárquica, si no quieren prohibirse, sería preciso instalarlas en bungalós sin escaleras.

Finalmente, una cuarta parte de los lectores piensan reclamar el regreso de los Austrias. Es decir, que entre mis filas existe un núcleo radical y perverso que trabaja en la sombra para restaurar la monarquía de los Haubsburgo y el Sacro Imperio Romano. Me preocupo. Lo justo, pero me preocupo.

La AMS y el señor obispo

El obispo de Alcalá, con la falda almidoná y los Salmos apoyaos en la cadera la está liando gorda. De entrada, el señor obispo se ha inventado una enfermedad (mejor, un síndrome), llamado AMS, que significa atracción por el mismo sexo, y que se emplea para no decir homosexualidad, que es palabra fea, larga y compleja. El síndrome AMS, en palabras del señor obispo de Alcalá y sus acólitos, consiste en sufrir un infierno. Dicho así, resulta un poco vago, así que resumamos los principales síntomas del síndrome AMS. Serán:

Participar en un chat donde sólo escriben sodomitas o gomorritas (y sigo sin saber qué es un gomorrita).

Sufrir mucho, mucho, mucho, porque la persona querida de mi mismo sexo no me hace ni puñetero caso y me lleva a bares donde se emborracha y se droga, luego me pega, me menosprecia, me humilla y yo, tonto de mí, no puedo decirle a nada que no y también me pongo ciego de drogas y alcohol.

Despreciarse uno a sí mismo, sentirse solo, y todo porque de pequeñito le llamaban maricón en el colegio, y ponerse ciego a base de darle a la manivela y leer revistas guarras, ambas cosas simultáneamente o una detrás de otra.

Como las andorranas, el síndrome AMS se sufre en silencio y no se dice que se sufre no por miedo a ser rechazado por la sociedad, sino porque existe una conjura homosexual internacional que domina los medios de comunicación, la banca, la prensa, el cine, la televisión y todo lo demás, que propugna que la AMS es chachi, persigue, amenaza y tortura a quien sostenga lo contrario y empuja a los tiernos infantes a lugares de vicio y perversión, donde son sometidos por malvados maricones o tortilleras hasta que creen que la AMS es buena, y por eso la sufren tanto, por las andorranas que aparecen en el proceso de lavado de cerebro y pulido de recto mediante repetidas sesiones de sodomía, drogas y alcohol.

Evidentemente, el síndrome de AMS es una enfermedad mala, malísima, pero se cura aplicando una combinación de técnicas procedentes del psicoanálisis de Freud y las descargas eléctricas de Pavlov. Dicho sea de paso, muy desesperada tiene que estar la Iglesia para echar mano de Freud y Pavlov y estar de acuerdo con los sistemas curativos de los evangélicos americanos.

Imagínense la polémica. Algunos grupos que reúnen homosexuales y demás variantes del sistema sexual estándar han denunciado al obispo de Alcalá por promover la homofobia, la violencia y no sé qué más, y bastante razón tienen. Los demás, qué quieren que les diga, vemos con recelo esas imaginativas y otrosí perversas imágenes de la realidad homosexual, o sexual a secas, del señor obispo de Alcalá.

Según el pastor, la atracción por el mismo sexo (AMS) es mala, pero no tiene que confundirse con la atracción por el sexo de uno mismo (ASUM), que también es mala, aunque quién sabe si menos mala. La atracción por el otro sexo (AOS), en cambio, ¿puede ser buena? Veamos.

Pues, no. Si una es mala, la otra es peor. Porque los síntomas que se reconocen en la AMS se dan también en la AOS: los adolescentes se ponen ciegos en los chats, dándole al manubrio y leyendo revistas guarras; cuando se enamoran, se vuelven idiotas y sufren mucho, muchísimo y porque sí; sólo piensan en... eh... ya me entienden, día, tarde y noche; cuando no, es porque le están dando al manubrio o sacándole el polvo a la parienta; cuando el pecador del otro sexo, ése que nos pervierte, te planta un buen día y se va con otro, te sientes la persona más despreciable del mundo, sólo, triste...; si no te comes un rosco, eres objeto de burla en el patio del colegio; si te lo comes, eres un héroe; etc. Con un peligro añadido: si hacemos caso a la Santa Madre Iglesia, no se usan gomitas y las enfermedades sexuales, calamidad de origen divino que se justifica por el castigo que supone a la promiscuidad, se extienden como la peste, y los niños llenan las barriguitas de mamás tontas, que se han dejado arrastrar hacia el pecado.

¿Y qué hay de la ASD? La ASD es la atracción por el sexo diferente, que no es lo mismo que la atracción por el otro sexo, AOS. Es una guarrada, punto, y de protestar por la ASD ya se encargan las protectoras de animales y niños o, en Cataluña, Duran i Lleida y el CAC (otra perversión político-sexual que sería demasiado aburrido explicar aquí).

Si cualquier síndrome de atracción sexual (CSAS) es malo, porque lleva consigo todos los síntomas y algunos más de la AMS, ¿qué nos queda? Quiza la repugnancia por el sexo (RS), que admite una taxonomía más compleja, pues es posible hablar de repugnancia por el mismo sexo (RMS), repugnancia por el sexo contrario (RSC) o repugnancia por el sexo de uno mismo (RSUM), hasta repugnancia por un sexo diferente (RSD). Los síntomas son otros, pero profundamente desagradables. De hecho, algunos autores dicen que las RS son, en verdad, casos extremos del síndrome ASD, pero eso está por ver.

En todo caso, el señor obispo puede pensar lo que quiera, incluso sostener algunas posturas que tienen poco de humano y hacen mucho daño, pero lo que no puede hacer es mentir, porque, para curar a alguien, ese alguien tiene que estar enfermo, y según el parecer del obispo, los católicos de su diócesis están todos enfermos y más que enfermos, y no creo que sea el caso.

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El fútbol nos roba millones a patadas

Tal como está el patio, es aberrante que el F.C. Barcelona reciba de la Generalidad de Cataluña entre 80 y 100 millones de euros al año, porque sí. En su mayor parte, son dineros que ingresa a través de la radio y la televisión públicas catalanas, de modo indirecto y, hay que añadir, bastante secreto, porque las cuentas no aparecen nunca demasiado claras.

Cuando me quejo de semejante barbaridad, siempre recibo la misma respuesta: la retransmisión del fútbol trae espectadores a TV-3. Más espectadores, más ingresos publicitarios. Más ingresos publicitarios, menor gasto público. Mentira.

Mentira porque el fútbol es lo único que mantiene a la audiencia de TV-3 y pagan lo que sea para que no se deje de emitir fútbol y la gente no cambie de canal y se vaya a cualquier otra parte. Porque TV-3 es un instrumento político, no una televisión pública, y necesita espectadores. Si hacemos caso a las cifras, TV-3 se gasta en el Barça casi tanto como todo (¡todo!) lo que ingresa en publicidad en todos los canales; a veces más, a veces menos. Si sumamos el gasto de TV-3 en los demás equipos de fútbol (15 millones de euros en el R.C.D. Espanyol y dos o tres millones más en el resto, más los gastos de las retransmisiones, etc.), lo que se ingresa gracias al fútbol no compensa, ni de lejos, lo que gastamos subvencionando la tontería del balón. El fútbol en TV-3 pierde dinero.

En los tiempos que corren, esto es un despropósito, una locura. Los clubes de fútbol son privados y compiten en una liga de fútbol profesional, también privada. ¿Por qué tenemos que subvencionarlos con más de 100 millones de euros al año... sólo en Cataluña? ¡Vamos, hombre! Que metan ese dinero en hospitales, por favor.

Hoy, El País publica un artículo que pone los pelos de punta. Se titula ¡Campeones!, también en deudas con Hacienda. Léanlo, si pueden.

Aunque cargo tintas contra el F.C. Barcelona (es natural, tengo que comérmelo cada día de desayuno, comida, merienda y cena y ya estoy hasta los mismísimos c... del Barça y la p... madre que lo parió), éste es uno de los clubes que mejor está, si miramos alrededor. Sólo el Barça y el Madrí se salvan de la quema. El resto, mejor que los cierren.

Cuentan que las deudas tributarias de los clubes españoles son de aúpa. Sólo las deudas a Hacienda (a la Agencia Tributaria) suman 752 millones de euros, aproximadamente. El total de lo que adeudan los equipos de la Primera División de la Liga de Fútbol Profesional a éste, ése o aquél va más allá de los 3.500 millones de euros (más de 582.000.000.000 pesetas). Lo que adeudan todos los clubes de la Liga de Fútbol Profesional... ni se sabe.

Los clubes de fútbol no se esfuerzan en pagar. ¿Pa’ qué? En cuatro años, la deuda con Hacienda se ha incrementado un 24%. Aunque la Agencia Tributaria sostiene que no hay ningún trato de favor hacia los clubes de fútbol (sic), los empresarios que tienen que vérselas con problemas de liquidez y deudas con el fisco piensan todo lo contrario. Esos empresarios y cualquier hijo de vecino, porque deje usted de pagar mil euros a Hacienda y verá lo que le pasa.

Las excusas para aplazar los pagos son más bien curiosas. Sostienen, por ejemplo, que el año que viene irán a Europa, que ganarán la Liga, que meterán más goles que Pelé y que entonces subirán los ingresos y podrán hacer borrón y cuenta nueva en su problemilla con Hacienda, y el fisco les da permiso para pagar el año que viene, con tales garantías, tan sólidas y consistentes. Pero pierden la clasificación de la Copa de Champiñones a la primera de cambio, en varonil enfrentamiento con el Atlético de San Marino o el Deportivo del Vaticano; en casa, casi descienden a Segunda División; el reciente fichaje, que ha costado un pastón, es un cegato que no acierta a darle al balón y, en suma, ni borrón ni cuenta nueva ni . El Ministerio de Hacienda mira hacia otro lado, calla, otorga y disimula.

Es lamentable que ni el ministerio ni la Liga de Fútbol Profesional quieran facilitar los datos de tantas deudas. Hay clubes que tendrían que cerrarlos, directamente. El Atlético de Madrid debía el año pasado 215 millones de euros, y no parece que haya pagado; que conste que cobró 85 millones por la venta (traspaso, perdón) de varios jugadores; los fumbolistas del club se llevaron a casa un sueldazo de 53 millones de euros. El equipo sólo reconoce una deuda con Hacienda de 155 millones, y la polémica está servida. Por su parte, el Deportivo de la Coruña dice que debe 34 millones de euros a Hacienda, pero como está recién en Segunda División y nadie sabe nada de sus cuentas, que no se han publicado desde 2006 (sic), es posible que su deuda real con el fisco esté más cerca de los cien millones de lo que nos pensábamos.

Luego sigue un grupo de grandes deudores. Copiaré: el Zaragoza (33 millones), el Valladolid (33), el Betis (35), el Osasuna (27,9), el Espanyol (23,6), el Sevilla (18), el Mallorca (17) y el Celta de Vigo (17). ¡No está mal!

Están en paces con Hacienda el Athletic de Bilbao, el Getafe, el Villareal y el Sporting de Gijón. ¡Menos mal que hay quienes pagan! También el Real Madrid, que se llenó la boca con el suceso. El F.C. Barcelona tuvo que darse prisa en sostener que ya había pagado una deuda de 48 millones que tenía pendiente con Hacienda, y que ellos también estaban en paz con el fisco, pero no se sabe muy bien si ha sido así, no está claro. Sí que se sabe, sin embargo, que los jugadores del Barça cobraron el año pasado 257 millones de euros. Son los jugadores mejor pagados de Europa. Con la subvención que les pago yo y todos ustedes, ya pueden serlo.

En palabras de los entendidos, es una deuda insoportable, pero los clubes se recrean en ella y dicen que pague Rita, la cantaora. Y esta desfachatez se ha convertido en un problema de Estado, porque en cualquier país civilizado va Hacienda y chapa los clubes morosos, punto, pero aquí, ah, aquí... Aquí, no, ni hablar. La Iglesia se comió la Amortización de Mendizábal, pero nunca nos atreveremos con los clubes de fútbol.

En Europa corren voces de condena, cargadas de razón. Someten a España al más cruel de los planes de ajuste y el euro en la cuerda floja por nuestra culpa y luego tenemos al jefe con la fulana cazando elefantes y al personal jaleando a los fumbolistas, que son los que son, tan buenos y bonitos, porque a los clubes de fúmbol no les da la gana de pagar al fisco. Anda y que les den, exclaman en Europa, y por culpa de estas tonterías comenzaremos a pasarlo mal, ya verán ustedes.

La cosecha de Sant Jordi

Aunque tengo una notable lista de espera de lectura, en Sant Jordi llueven libros de toda clase y condición. La cosecha de este año ha sido notable y promete ser muy interesante.

Por ejemplo, una curiosidad, Mis memorias, de Eugène-François Vidocq (trad. por David Cauquil); una gran novela americana, Compañía K, de William March (trad. por Bianca Southwood); El tren llegó puntual, de Heinrich Böll (trad. por Julio F. Yáñez), una bonísima novela antimilitarista; Caravaggio, una vida sagrada y profana, de Andrew Graham-Dixon (trad. por Belén Urrutia); y espero compartir Música Celestial, de Manuel Trallero, para reírme (o irritarme) un poco con el sarau del caso Palau.

¡Feliz lectura a todos!

Que viva Sant Jordi, que vivan los libros y olé.



El Gran Premio de Bahrein 2012 (y más)

Ha sido una carrera difícil, muy estratégica. Ferrari ha aguantado el tipo y los coches han puntuado los dos, llegando en séptimo y décimo lugar. No ha estado mal, contando que ahora mismo el coche no da para más. Ha ganado Red Bull, con Vettel a la cabeza, aunque los dos Lotus-Renault han hecho un carrerón de miedo y han llegado en segunda y tercera posición. Mercedes no ha dado mucho de sí y se ha peleado con McLaren. Y Ferrari, lo dicho, detrás del meollo... por ahora.

Fuera de los circuitos, también ha sido difícil. El pueblo de Bahrein pide escoger democráticamente el gobierno de su país; el actual gobierno, en cambio, piensa que ya está bien que gobierne una minoría y que ésta oprima a la mayoría con la inestimable ayuda de Arabia Saudí, modelo de virtudes, ya me entienden. Hay que añadir que el pueblo bahreinita es de mayoría chiíta y que los saudíes jamás aceptarán que esta secta musulmana pueda poner un pie en el poder en la península arábiga. Como ven, la cosa es más complicada que no parece a simple vista.

Pero, complicaciones aparte, este fin de semana la policía ha matado a un manifestante y muchos otros han resultado heridos de bala. No se atreven a ir a los hospitales, porque la policía los detiene ahí mismo y también, dicen, procede a interrogarlos hurgando en las heridas de bala. Los periodistas que no tenían acreditación de F1 no han podido salir del hotel. Las detenciones han sido numerosas y no se sabe mucho más.

Cuando la Fórmula 1, pese a semejantes desmanes, prefiere correr en Bahrein a prescindir de esta carrera, algunos sentimos un punto de tristeza y otro punto de irritación. Es una vergüenza que el capricho de unos ricos (nosotros) pase por delante del sufrimiento de un pueblo.

Ahora bien, parece ser algo cotidiano. Sin ir más lejos, un equipo de fútbol que no citaré lleva en su camiseta el logotipo de la Qatar Foundation, que se creó para limpiar la imagen de la tiranía qatarí. Para poder hacer propaganda de la tiranía de Qatar, el equipo prescindió de la propaganda que hacía para UNICEF. Mejor cobrar dinero sucio que hacer una buena obra sin ver un duro, se dijo, y la sociedad votó de acuerdo con esta sabia decisión.

Catástrofe nacional

El dolor se hizo ayer con las calles de la ciudad, ahogando en penas las palabras que querían escapar del cerco de los dientes para volar en pos de la gloria con alas peregrinas. La diosa Fortuna nos ha vuelto la espalda y hemos visto cara a cara el rostro de la tragedia, vivimos el drama, saboreamos la catástrofe, sentimos el vértigo del abismo y el vacío en el estómago. Ya lo sabemos: esto se hunde, definitivamente, y nosotros, detrás. Ay.

Hablaba de fútbol, naturalmente. ¿De qué, si no? Lo demás, no importa, aunque vaya peor.

¡Ni se nos pasa por la cabeza!

El Gobierno de España ha decidido que las Comunidades Autónomas, para ponerse las pilas en eso del gastar menos (y mejor), pueden, si lo desean, prescindir de las televisiones públicas que ellas mismas han creado. Pueden simplemente cerrarlas, pueden venderlas o alquilarlas a una empresa (privatizarlas, si quiere decirse así) o pueden seguir manteniéndolas, pero en este caso, atención, no podrán tener un déficit presupuestario. El detalle del déficit es importante: las televisiones autonómicas españolas en su conjunto tienen un déficit superior a los 1.200 millones de euros anuales, y esta sangría permite mantener una audiencia media del 1%. ¡Qué negocio!

La televisión autonómica más cara, que más gasta y más pierde es la catalana. Sin entrar en el detalle de las cifras (que publican los periódicos muy a menudo), ella sola supone una cuarta parte de lo que se gastan las Comunidades Autónomas españolas en televisión pública. Le sigue la televisión autonómica vasca que, más o menos, cuesta la mitad. La tercera es la televisión autonómica madrileña, que cuesta cerca de la mitad de lo que cuesta la vasca. Detrás, todas las demás televisiones, que cuestan mucho menos.

Un periodista le preguntó ayer al señor Homs, portavoz del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, ése que cuando habla imita a su jefe, Mas, si pensaba privatizar TV-3, la tele catalana. El señor Homs dio un respingo y exclamó: Ni s'ens ha passat pel cap, això! Es decir, que ni se les ha pasado por la cabeza, qué barbaridad, pero ¿qué dice? Anda allá, privatizar TV-3...

El señor Homs, superado el susto, ha explicado por qué el Gobierno de la Generalidad de Cataluña no piensa privatizar TV-3, ni ahora ni nunca. Expondremos sus razones, tal como las expuso ayer. Y las contestaremos.

La primera razón es un principio metafísico de la política de extrema derecha económica del gobierno de CiU: Los medios de comunicación públicos tienen que continuar siendo públicos, afirmó con rotundidad el señor Homs.

En cambio, fíjense, no ocurre lo mismo con los hospitales, las escuelas, los servicios y ayudas sociales o la justicia, pongamos por caso, que el mismo señor Homs, anteayer, sin ir más lejos, propuso privatizar para redefinir un nuevo modelo de Estado del Bienestar (sic). Dijera lo que dijera el señor Homs, por las obras los conoceréis y las obras del actual gobierno no parecen muy interesadas en mantener un modelo de gestión pública de los servicios que ofrecen a los ciudadanos, sino que prefieren que quede todo en manos de los amigos de los amigos, comisión mediante. Todo excepto la televisión, naturalmente.

La segunda razón en contra de privatizar TV-3 que esgrimió el señor Homs es la siguiente: Los medios de comunicación públicos catalanes ofrecen un servicio muy singularizado, porque son un instrumento de defensa del catalán, algo que ya de por si justificaría su condición de públicos.

Pues la 8, que es del Grupo Godó (un amigo de un amigo, fíjese), es una cadena privada catalana y emite en catalán. Para que la televisión emita en catalán no hace falta que sea pública. Es tan fácil como ofrecer la concesión de un canal de televisión a una empresa con una o más condiciones, y una de ellas puede ser que el nuevo canal de televisión emita en catalán. Si no, adiós concesión. Fácil. ¿Qué lo impide? Muchos años ha, es cierto, TV-3 ayudó a normalizar el catalán en Cataluña, pero ahora no hace falta gastar casi cuatrocientos millones de euros al año en eso, ni en tantas otras cosas.

En primer lugar, porque la audiencia ha bajado en picado con la TDT y más que bajará. El modelo de la televisión pública catalana ya es demodé, y su audiencia, que llegó a ser del 50%, ahora no llega al 14%. En segundo lugar, hoy los niños son educados en catalán, y sumamos así más de una generación de catalanes que han sido educados en catalán. Si los catalanes no hablan catalán no es porque no sepan hablarlo, sino porque no quieren hablarlo (a las encuestas me remito), y ésa, lo siento, guste o no guste, es una elección libre de cada cual. Mejor destinar todos esos millones a mantener a pleno rendimiento uno o dos hospitales como el de Vall d'Hebron. Salvará usted cientos de vidas al año y se sentirá mejor.

La tercera razón del señor Homs sí que es metafísica, pero metafísica de verdad, y además, hegeliana, lo que es peor. Pero es que, además, [tantos canales de la Televisión de Cataluña] prestan un servicio público en un panorama de una nación que no tiene estado propio y, por tanto, que requiere de medios potentes en favor de todos los catalanes, explicó.

Yo prefiero que haga otras cosas en favor de todos los catalanes, señor Homs. Hospitales, por ejemplo. Quien dice hospitales, dice escuelas para los niños, ayudas para las personas dependientes, programas para salvar a familias enteras de la miseria, etcétera. ¡Eso sí que sería hacer cosas en favor de los catalanes! Lo demás es un empacho de Hegel mal digerido, y cabe responder con las palabras sensatas de un hegeliano, Engels, que en un momento de lucidez dijo: No te preocupes por el abuso de una nación sobre otra nación, sino en el abuso que hace un hombre de otro hombre.

Pero ¡quiá, Engels! A las palabras del señor Homs me remito, TV-3 es un artefacto de construcción del Espíritu Nacional y por eso volvió a subrayar lo siguiente: En todo caso, quiero dejar claro de forma inequívoca y nítida, que los medios públicos catalanes tienen que seguir siendo públicos.

Una pena, porque con el mismo convencimiento, repito, podría hablar de nuestros hospitales, escuelas y demás. ¡Ojalá! Aquí hay gato encerrado, algo huele a podrido en Dinamarca, apesta y a nadie parece importarle.

¡Atención! ¡Firmes! Carta del presidente

Seguro que saldrá en los periódicos y que cada uno la comentará según le va o le viene. El presidente del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, Masnostijeras, Artur Mas, ha enviado a los funcionarios y empleados públicos una carta con motivo del día de Sant Jordi (San Jorge, para los profanos), hermoso día del Libro y de la Rosa, que celebra la trágica (y falsa) casualidad de la muerte de Cervantes y Shakespeare el día 23 de abril de 1616, que fue y sigue siendo la fiesta más hermosa que se celebra en Cataluña.

Traduciré la carta tal cual, a continuación, procurando ser fidelísimo al tono y al texto, y allá cada cual.

[Escudo y cabecera] El presidente de la Generalidad de Cataluña

[En letra pequeña y gris] Sant Jordi 2012

[Texto]

Querido, querida,

El lunes que viene es Sant Jordi, patrón de Cataluña, un día de reafirmación de nuestra personalidad como pueblo que, año tras año, vivimos llena de sentimientos.

Este Día de Sant Jordi se celebrará en las circunstancias más complicadas a las que hemos tenido que enfrentarnos como país en muchos años. Por este motivo os quiero reiterar mi agradecimiento y reconocimiento por el trabajo que hacéis al servicio de Cataluña en estos momentos de tanta dificultad. Sabemos que el reto que tenemos delante es de una gran magnitud, pero estoy convencido que con el esfuerzo de todos podremos conseguirlo, y particularmente con la labor que hacéis todos los servidores públicos de nuestro país.

Deseo de todo corazón que tengáis un buen día de Sant Jordi en compañía de la gente que queréis.

[Firma]

Artur Mas
Presidente de la Generalidad

PD: Un año más, os proponemos disfrutar de este día con el acceso a nuevas fotografías y videos relacionados con Sant Jordi, juntamente con imágenes de la montaña de Montserrat para celebrar la festividad del próximo día 27, las cuáles están disponibles en el portal Dades obertes de la Generalitat.

No da para un Nobel de Literatura, creo yo.

Espectáculo (II)

Mientras los drogadictos se divierten con el desfile, no ocurre lo mismo con los que desfilan.

Ayer, los sindicatos de los mossos d’esquadra (Sindicato de Policía Catalana, Sindicato de Mossos d’Esquadra-CC.OO. y Colectivo Autónomo de Trabajadores) denunciaron que el Departamento de Interior les obliga a asistir a los actos del Dia de les Esquadres, misa católica incluída (la misa del Dia de les Esquadres fue recuperada por el gobierno de CiU en 2011). Consideran que esta obligación es, cito, propia de una república bananera.

A decir de los sindicatos, los recortes del gobierno de Masnostijeras dan alas a los cacos y malhechores y afecta a la seguridad viaria. Los sindicatos no aclaran si entre los cacos y malhechores se incluyen los nombres de Solà, Prat, Millet, Alavedra, Ruiz, Valls, Alsina, Pastor, Prenafeta, Servitje, Matas y un inacabable etcétera, pero quisiéramos suponerlo, aunque no sea ésta la opinión del gobierno.

Los sindicatos denunciaron que el presidente Mas utilizó un helicóptero de la policía para ir de Llívia a Campllong, donde se celebraba una Feria Comarcal de Primavera, cuando habría tardado lo mismo en coche, y este era un ejemplo de tantos del malgasto público. ¿Y por qué tienen que pagar los mossos (y de paso, los demás catalanes) el malgasto público?

Los sindicatos ofrecieron a la prensa un comunicado interno firmado por don Josep Maria Sans, subdirector de Recursos Humanos (es decir, de Personal) de los Mossos d’Esquadra. El señor Sans recordaba que la asistencia a los actos del Dia de les Esquadres era obligatoria. Tan obligatoria que recordaba a los jefes de policía que los agentes que ese día libren, porque les toca fiesta, tienen que acudir igualmente al fiestorro y mejor todavía, que el tiempo de desplazamiento y de asistencia al acto en cuestión tiene que contar como hora trabajada; en este caso, como hora extra. ¡Eso es malgasto público! ¿O no? Además, según la nota, los jefes de policía deberán librar del servicio a los agentes que la noche anterior (esta noche pasada) tengan guardia, para que puedan acudir despiertos y sumar sus aplausos al resto.

Un fastidio, porque los sindicatos de la policía catalana querían boicotear los actos en protesta por la política de recortes de Masnostijeras. Algo estarán haciendo, supongo, porque ahora mismo, en el Auditori, el aire está lleno del estridente sonido de las bocinas, los petardos y los gritos de protesta, y se oyen de muy lejos.

No sé si esta vez, como aquella otra, los mossos cantarán ¡Que viva España! Sería divertido que lo hicieran, por ver cómo reacciona la prensa del régimen (de uno y otro régimen).

Espectáculo (I)

Cada día, a primera hora, cerca del Auditori de Barcelona (un magnífico edificio de Moneo), una camioneta reparte metadona entre un abigarrado y variopinto grupo de drogadictos.

Paso a su lado cada mañana, camino de la oficina, y se me encoge el corazón. Uno, definitivamente loco; otro, arrastrando su miseria con pasos tristes; los más, desdentados; los hay jóvenes, que no han visto los veinte años, y los hay mayores, afectados por una vejez cruel y prematura. Discuten animadamente entre ellos, comparten un pitillo, trapichean con lo suyo, comentan el fútbol, esperan con paciencia que llegue la furgoneta, que llegue la dosis, que alguien los salude con un qué tal estás, cómo va todo, alguien conocido y atento que cumple un horario, pero alguien que al menos una vez al día les hace caso.

Hoy, miraban todos hacia el Auditori, tomado por la policía. Hoy es San Marcelino, presbítero y mártir, el Dia de les Esquadres, o día de los mossos d’esquadra, la policía catalana. Muchas furgonetas de la Brigada Móvil, blindadas, enrejadas, con parachoques agresivos y cargadas de agentes con mala idea; policías de incógnito, que aparcaban en el paso de peatones enseñando la placa (Hola, soy un compañero, dejo esto aquí un momento y ahora vuelvo) y barraban así el paso de los cochecitos de los niños o las sillas de ruedas; policías con guantes blancos, que no de guante blanco; incluso unos cuantos mossos con uniforme de gala (alpargatas y sombrero de copa). No faltará mucho para que lleguen los directores generales, los secretarios generales, el conseller de turno y se gocen todos con el asunto.

Los habituales de cada mañana se lo pasaban en grande con el desfile. Todo un espectáculo.

La patita del lobo bajo la piel de cordero

Esta mañana, en la radio, en la edición catalana de las noticias de la SER, salta un sindicalista con un cabreo en el cuerpo de aquí te espero y exclama que el gobierno (ahora no sé cuál de ellos, si el de aquí o el de allá, o los dos) nos impone una privatización de los derechos sociales, por los que tanto hemos luchado, como nunca antes habíamos visto. Lo cierto es que no quería decir privatización, sino privación. Es decir, quería decir que la política del actual gobierno (el que sea) nos priva de algunos derechos sociales, no que los privatiza, porque los derechos no pueden privatizarse... ¿O sí?

Quizá había oído al portavoz del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, el señor Homs, ése que imita al presidente Mas cuando habla. Ayer las dejó ir en la presentación de un libro en la Fundación Pere Tarrés (de orientación católica). El libro se titula Persona e iniciativa social. Aportaciones sobre el mundo, la educación, la acción social, la sociedad civil, la gestión y la fe, escrito por Josep Oriol Pujol, presidente de la fundación.

Dijo, y copio, que los servicios públicos no tienen porqué ser siempre gestionados desde organismos públicos, sino que pueden ser asumidos por entidades de titularidad privada. Luego ha criticado la visión muy estatalista de los sucesivos gobierno españoles, ya sean del PSOE o del PP. El señor Homs habla de refundación de la sociedad del bienestar, que pasaría por privatizar los servicios sociales y la sanidad, hasta ahora de titularidad pública. Pero cuestiona que pueda hacerse por culpa de esta visión estatalista, que es tan mala, malísima.

El sindicalista se equivocó de palabra y dijo privatización cuando tendría que haber dicho privación, pero, a la vista de las declaraciones del representante del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, igual sí que dijo lo que quiso decir. En todo caso, preparen la cartera y agárrense, que van mal dadas. Nos privarán de los derechos sociales, privatizándolos, o cuanto menos, lo intentarán. ¡Que viene el lobo!

Mas, recortes, y don Baudilio, más

La que nos está cayendo... Primero, la reforma laboral, que déjala ir, que se las trae en más de un apartado; segundo, el suicidio patrio que destina mucho menos dinero a investigación y educación; tercero, en Cataluña, Mas, que quiere más, porque estos recortes le saben a poco. No lo digo yo, lo dice él.

Quiere que Madrid (es decir, el Gobierno de España) se comprometa más en la política de ajustes presupuestarios, que es así como habla el chaval, por semejar listo. Por ejemplo, quiere que Madrid (es decir, el Gobierno de España) reduzca los salarios de los funcionarios y los empleados públicos tanto o más que Barcelona (es decir, el Gobierno de la Generalidad de Cataluña) este año. Madrid (es decir, el Gobierno de España) ahora mismo, lo que es ahora mismo, quién sabe mañana, no está por la labor. Crucemos los dedos.

Luego nos alegran el día con otra noticia. Anuncian, citaré textualmente, un reajuste en la prestación farmacéutica que permita sostener la gratuidad del sistema sanitario español, y niegan (sí, niegan) que sea un copago. En cristiano, ahora pagaremos más por un medicamento, y los abuelitos y los enfermos crónicos, que hasta ahora no pagaban, tendrán que pagar algo. A eso le llaman copago, aquí y en la China, pero lo correcto sería llamarlo repago.

Lo que es yo, diré un par de cosas. La primera, que el sistema sanitario público español es gratuito y universal, y ojalá siga siendo público, gratuito y universal. Es lo mejor que tenemos ¡y qué ganas tenemos de destrozarlo!

Pero cuidado con la gratuidad, que gratis no es, que pagamos todos nuestros impuestos y buena pasta nos cuesta. Desgraciadamente, una mala gestión y una desmembración de la sanidad pública no sólo en diecisiete trozos, sino en muchos más (consorcios, fundaciones, chanchullos, etc.) nos complica la atención sanitaria de los españoles sin gastar más de la cuenta. Podríamos unificar servicios sanitarios, reduciendo su coste; podríamos comprar medicinas en grandes subastas para todos los hospitales españoles, a mejor precio; podríamos unificar criterios de atención sanitaria; podríamos... Mil cosas.

La segunda cosa que quería decir es que el copago, repago o tasa por receta es una mierda que perjudica a los más pobres y a los más enfermos, y perdón por decir mierda, que se me ha escapado. Pero es verdad, así es: es una mierda y perjudica a los más necesitados.

En la línea, don Baudilio, a. Bío Ruiz, el adalid de Masnostijeras, a. Artur Mas, dice que su tasa administrativa por la gestión de la receta médica (que es como se dice copago en catalán), que sube a un euro por receta, se mantendrá y se impondrá este verano. Según don Baudilio, cito, las medidas del gobierno [español] son insuficientes y añade que la tasa administrativa catalana es compatible con las nuevas medidas. En otras palabras, los catalanes, como somos más guapos que nadie, pagaremos por receta lo que diga Madrid (es decir, el Gobierno de España) y sumaremos un euro más, para que don Baudilio puede arrodillarse delante de su amo y señor y exclamar satisfecho: Mas, pediste más y más te ofrezco.

Cabrones.

¿Quién la dice más gorda?

La presidenta de Argentina se lió la manta y salió a la palestra entre fotografías de Evita Perón, que son ganas, para anunciar que su gobierno requisaba la parte española de YPF. Cuando la mujer mencionó la caída de las reservas de petróleo argentinas de la compañía (que justificarían que pague poco por ellas), dijo: Ya ven, tiene forma de trompa de elefante... Sí, de trompa de elefante... Titubeó. Parece que le vino a la cabeza la oportunidad de dejar escapar un sarcasmo, pero su oratoria no daba para más y ahí quedó la cosa.

Gracias a Dios, nuestra diplomacia estaba al quite. Así que supo lo de la trompa del elefante, el ministro de Asuntos Exteriores se apresuró a declarar que expropiando YPF, Argentina se había pegado un tiro en el pie. ¿En qué estaría pensando el hombre? ¡Qué semana!

Que se mueran, y nos ahorramos una pasta

Que las cifras hablen por mí. El Departamento de Bienestar Social tuvo que publicarlas obligado por una pregunta parlamentaria del Partido Popular, pero hubiera podido ser otro partido cualquiera. La pregunta es la que es y alguien tenía que hacerla.

En 2007, se puso en marcha la Ley de Dependencia. Más exactamente, la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia. Dígase alto y claro: desde el primer momento, CiU se opuso a esta ley. ¿La excusa? Que obliga al Gobierno de la Generalidad de Cataluña a proporcionar a los catalanes las mismas prestaciones sociales que disfrutan todos los demás españoles. Lo del café para todos, nunca; acaso, para nosotros solos. El resto de los partidos catalanes dijo que sí a la ley, pero la práctica parece señalar lo contrario, porque no se hizo nada efectivo para combatir una espeluznante lentitud administrativa.

De eso iba la pregunta parlamentaria. La ley dice que, una vez reconocida la dependencia, la persona dependiente (o sus allegados) tienen derecho a una determinada ayuda social en menos de seis meses. Pero los dependientes catalanes esperan mucho más, según las estadísticas.

Ahí va la cifra, espeluznante: Desde que se aplica esta ley, han muerto 50.446 personas en Cataluña esperando cobrar la ayuda. Todas ellas tenían aprobada la prestación; tendríamos que sumar las que mueren sin haber llegado a saber si eran dependientes o no. Como los catalanes somos más chulos que nadie, así que se muere el dependiente, el Gobierno no está obligado a pagar las ayudas que no ha pagado y a las que tenía derecho el finado. La familia se come el disgusto, el gasto y el favor de nuestro Departamento de Bienestar Social, que ya es cinismo llamarlo así. La Comunidad Autónoma que paga más tarde la ayuda a la dependencia es y ha sido siempre Cataluña.

Siguen las cifras espeluznantes:

En 2007 murieron 4.521 personas antes de recibir la ayuda, un 7,3% de los que solicitaron la ayuda ese año.
En 2008, 14.232 personas, un 14,1% de las personas que la solicitaron.
En 2009, 13.849 personas, un 15,2% del total de solicitantes.
En 2010, 10.982 personas, el 14,5% del total.
En 2011, 6.862 personas, el 10,9% del total.

En resumen, un 12,8% de las personas que solicitaron ayuda para la dependencia murieron antes de recibirla... y sus parientes y allegados no vieron un duro. El gobierno del señor Mas lo tiene fácil para recortar el gasto: mira hacia otra parte y tarda en resolver las solicitudes de los más necesitados, para que la diñen. ¡Qué muerte más patriótica, heroica! Si se mueren, se ahorra uno pagar el gasto de la dependencia y puede destinar 378 millones de euros a TV3 sin problemas de conciencia, lo que es mucho más interesante. Porque gastamos menos en la Ley de Dependencia en Cataluña que en TV3, ¿lo sabían?

A eso se le llama racionalización del gasto. Así les den y les duela.

Activismo republicano

Diferencias esenciales

Dicen las malas lenguas (porque hay que ser malo para decirlo) que si la política económica europea deja de fomentar la reducción del gasto y pasa a promocionar el gasto público para incentivar la economía (neokeynesianismo), a Rajoy (conservador) le hacen un favor y a Mas (neoliberal) le dan un disgusto. Yo lo dejo escrito y que cada uno piense lo que quiera, pero el chisme corre por ahí y tal como me lo cuentan, lo cuento.

Camino de la Zarzuela

Ducati in vendita

Así es como lo dicen los italianos, que tienen un disgusto en el cuerpo, pobres... Ducati es un símbolo de la ingeniería italiana, de su genialidad y su exceso, también de la belleza que son capaces de crear los ingenieros cuando se ponen a fabricar cosas bonitas. Son motocicletas deportivas con una larga historia, ensombrecida por las deudas, porque una cosa es construir las mejores motocicletas del mundo (o casi) y otra es ganar dinero vendiéndolas. Y eso que venden cuarenta mil al año, y se dice rápido.

La familia Bonomi, una de esas familias italianas que se dedican a ganar dinero desde hace muchísimo tiempo, compró Ducati por unos trescientos millones de euros a un norteamericano que había querido invertir en algo grande y le salió el tiro por la culata. Una ganga, cuatro perras por Ducati, que estuvo a punto de cerrar.

La empresa ha sido de Investindustrial Holding, es decir, de los Bonomi, mientras se buscaba quién podría comprarla. Sonaron los nombres de Mahindra y BMW, incluso el de Daimler-Benz, pero al final han sido los alemanes de Audi (que es casi lo mismo que decir Audi-Volkswagen-Porsche) los que se han quedado con la marca, pagando algo más de ochocientos sesenta millones de euros por la empresa.

Cuentan que es una maniobra de Audi (y compañía) para hacerle la puñeta a BMW. En BMW miran hacia Audi con mala idea, porque eso es meterse en un terreno hasta ahora exclusivo de los bávaros.

No interesa que Ducati pierda su filosofía de diseño y fabricación, pero sí que la gestione un alemán. Pobre alemán... ¿Ya podrá con los italianos? ¿Por qué no va a poder? Audi hizo lo mismo con Lamborghini y no le ha ido nada mal a los Lambo desde entonces. Ma un Lambo col motore tedesco fa schifo, que dicen los más puristas. Amén.