Extractos del Diccionario Enciclopédico Político Catalán-Castellano (A-C)

Agent social. 1. Agente social, i.e., el que hace que lo social se mueva en un determinado sentido, a discreción. 2. En plural, son los que procuran para sí sin preocuparse por los demás. 3. El que ostenta el poder en una sociedad determinada.

Barça. 1. Nombre de la religión oficial y mayoritaria en Cataluña. 2. El único poder catalán capaz de plantarle cara a Madrí. 3. Lugar provisto de una tribuna donde se reúnen los agentes sociales y la sociedad civil para hacer negocios. Sustituye a los palcos del Liceo porque cabe más gente y se pueden fumar puros.

Burgesia. Trad. lit. burguesía. 1. En origen, el habitante del burgo o ciudad; con el tiempo, el que tiene dinero y un apellido determinado. 2. En Cataluña, un burgués puede ser un burgués de toda la vida (un dels nostres, uno de los nuestros), un pequeñoburgués (ningú, un don nadie) o un nouvingut (menos que nadie, pero con más dinero que todos); sólo el primero se considera realmente burgués, si sus padres lo fueron y al menos tres de sus abuelos nacieron en un territorio de parla catalana. 3. Palabra en desuso que se sustituye, según el caso, por las expresiones agente social, sociedad civil o emprendedor.

Casa Gran del Catalanisme. Trad. lit. La gran casa del catalanismo. Figura retórica que describe un lugar pequeño y oscuro, de acceso restringido y exclusivo para un determinado grupo de agentes sociales simpatizantes con la carcundia ideológica del ferpaisismo. El alquiler lo paga la burguesía catalana y habita en ella la sociedad civil. Los líderes patrios hacen las veces del servicio de tanta gente y se llevan buenas propinas. El vulgo queda excluido al patio trasero.

Concert econòmic. Trad. lit. concierto económico. 1. Acuerdo entre las partes sobre cómo cobrar lo mismo de diferente manera. 2. Lo que los vascos tienen y nosotros, no. 3. Se llama concierto porque todos los agentes sociales lo piden al unísono, polifónicamente. 4. Algo que nadie sabe exactamente en qué se diferencia de cualquier otro sistema de financiación autonómica, aunque comparte con todos ellos la cualidad de ser el mejor posible.

Cultura catalana. 1. El conjunto de actividades culturales que menciona el Telenotícies de TV3. 2. El conjunto de actividades culturales que subvenciona la Generalidad de Cataluña. 3. El conjunto de actividades culturales que no se opone al ideario de fer país. 4. La mejor, siempre. 5. Básicamente, Gaudí. 6. Aquello que hace que nos visiten tantos turistas; es decir, sol, playa, alcohol y titis. 7. En los círculos intelectuales catalanes, sólo los acontecimientos culturales en los que participan los círculos intelectuales catalanes. 8. Aquello típico, excluyendo el flamenco y los toros. 9. En gastronomía, frotar un tomate en una rebanada de pan antes de hacer un bocadillo. 10. En asuntos folklóricos, argumento que permite llamar correbou a un encierro y justifica el maltrato del animal. 11. Excusa que emplea una fundación sin ánimo de lucro para recaudar fondos para sufragar los gastos electorales de un partido político catalán.

Culpa. Lo que, en Cataluña, sustituye a la responsabilidad, que no existe. La culpa es siempre de Madrid, de los funcionarios, de los inmigrantes o de una pavorosa combinación de esos tres factores, nunca de uno mismo ni de sus propios actos, pensamientos, palabras u omisiones. Ej. La culpa de que culpa vaya después de cultura, cuando tendría que haber ido antes, es de los inmigrantes, que la lían parda.

Extractos del Diccionario Enciclopédico Político Catalán-Castellano (D-E)

Dèficit fiscal. Trad. lit. déficit fiscal. 1. Diferencia entre los impuestos que paga un determinado grupo de personas y el gasto público que generan. 2. Id. que el anterior, pero también se contemplan las inversiones de capital público en el territorio que ocupan esas personas. 3. Cifra imprecisa, del orden de varios miles de millones de euros, que no se sabe muy bien cómo se calcula y que se emplea para disimular la mala gestión de la Generalidad de Cataluña. 4. Cualquier cifra que ponga en evidencia que la culpa de nuestra mala gestión la tiene Madrid. 5. La razón por la cual los empresarios catalanes pagan de media menos impuestos que los jubilados y asalariados del país. Si pagaran lo que debieran pagar, que es bastante más, la burguesía y la sociedad civil padecerían un déficit fiscal y eso es malo, por definición. 6. Argumento a favor, o en contra, del concierto económico. 7. Aquello que persistirá en cualquier sistema de financiación autonómico que promueva el Gobierno de la Generalidad de Cataluña, sea cual sea, incluyendo el concierto económico, mientras no sea uno mismo quien lo proponga. 8. Falta o carencia del ministerio fiscal en un proceso judicial.

Dimissió. Trad. lit. dimisión. 1. Acción de dimitir. 2. Algo impensable, impropio de uno de los nuestros. 3. Algo que debería hacer inmediatamente uno que no sea de los nuestros. 4. No se sabe exactamente qué es, porque no se ha visto.

Dret a decidir. Trad. lit. derecho a decidir. 1. En democracia, derecho a participar en un sufragio. 2. Reivindicación que quiere cambiar Madrid por Barcelona. 3. Dícese del derecho de la sociedad civil catalana a robar sin interferencias del Ministerio de Hacienda. 4. Excusa para no pagar impuestos. 5. Razón por la cual se ofrecen varios platos en un menú.

Empleat públic. Trad. lit. empleado público. 1. Vago, maleante, mala persona. 2. Mamón, que vive del cuento. 3. Culpable último de las desventuras de Cataluña. 4. Generalización peyorativa de funcionario. 5. Trabajador eventual que cobra tan poco como un funcionario, pero trabaja tres veces más.

Emprenedor. Trad. lit. emprendedor. 1. Eufemismo de empresario. 2. Persona que arriesga el dinero de los demás para hacer su propia fortuna. 3. Dícese de los trabajadores autónomos cuando el hablante quiere ganarse su favor. 4. Directivo de Spanair, Banca Catalana, Gran Tibidabo u otra empresa semejante, mientras sea un miembro destacado de la sociedad civil. Si no, es un ladrón, un canalla y un bellaco. 5. Se aplica a personajes notables de la sociedad civil catalana que han destacado por su voluntad de hacer fortuna. Por ejemplo, son emprendedores reconocidos los señores Alavedra, De la Rosa, Millet, Prenafeta...

Emprenyat. Trad. lit. enfadado. 1. Adjetivo calificativo preferente del sustantivo catalán. 2. Adjetivo calificativo preferente del sintagma nominal soci del Barça (socio del Barça). 3. Català emprenyat. Fenómeno sociológico local. Dícese del ciudadano de Cataluña irritadísimo con las actuaciones de los organismos públicos que gestionan los líderes patrios que él mismo ha escogido democráticamente. Se manifiesta en la calle en contra de esa gestión en número nunca inferior al millón (v. milió). Luego, en señal de protesta, el català emprenyat vota a esos mismos líderes patrios que le han jodido de forma tan manifiesta. 4. Soci del Barça emprenyat. Fenómeno sociológico local de un personaje que paga religiosamente la cuota de un club deportivo que no hace más que procurarle frustraciones, aunque vaya todo muy bien. El soci del Barça emprenyat echa siempre las culpas a los árbitros, al Madrí y al presidente del Barça, al que luego vuelve a elegir cuando corresponde. 5. Adjetivo que designa un fenómeno masoquista colectivo.

Esquerra. 1. Izquierda. Ma esquerra (mano izquierda). 2. En Cataluña, cualquier cosa que no sea el Partido Popular. 3. Algo que no existe en la política catalana. 4. Por economía, se llama Esquerra a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). 5. Què pots esperar d’aquests d’esquerra? Trad. lit. ¿Qué puedes esperar de esos de la izquierda? Expresión que emplean los yonohesidistas de CiU cuando hablan del PSC-PSOE y su culpa.

Estat espanyol. Trad. lit. Estado español. 1. Expresión del derecho franquista, recogida por primera vez en las Leyes Fundamentales del Estado en Burgos, en 1938. 2. Eufemismo que designa a España, inspirado en las Leyes Fundamentales del Estado antes mencionadas.

Estudis. Trad. lit. estudios. 1. En el currículum de un miembro del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, de un diputado del Parlamento de Cataluña o de cualquier otro personaje influyente, con independencia de su signo político, aquellos títulos universitarios que no se poseen. Por ejemplo: El presidente Montilla tiene estudios de economía y derecho; La señora Ortega tiene estudios de psicología. 2. Copia del texto de un sitio web público que un becario imprime y encuaderna y una asesoría técnica vende al Gobierno de la Generalidad de Cataluña por un precio inferior a 17.999 euros, sin pasar por un concurso público y que es, por definición, completamente innecesario. 3. Texto que un becario copia de un sitio web público, imprime, encuaderna y que luego una consultoría de renombre vende al Gobierno de la Generalidad de Cataluña o al Ayuntamiento de Barcelona por más de 18.000 euros, y que demuestra cualquier cosa que diga el pagano, aunque no tenga ni pies ni cabeza. 4. Producto que venden las fundaciones, las consultorías y las entidades sin ánimo de lucro para enriquecer a un agente social, financiar un partido político o hacerse con una subvención. 5. Texto anodino e inútil que justifica el pago de un favor. 6. Dicho de un informe, que demuestra algo, cuando no lo demuestra en absoluto.

Ètica. Trad. lit. ética. Principio filosófico utópico y fantástico del que no se sabe nada en los círculos políticos catalanes.

Extractos del Diccionario Enciclopédico Político Catalán-Castellano (F-I)

Fer país. Trad. lit. hacer país. 1. Lema del movimiento ferpaisista. 2. Aunque los países no se hacen, porque ya están hechos, el ferpaisismo es la doctrina política del poder en Cataluña, con independencia del signo político. 3. Fomentar y justificar toda actuación que suponga un beneficio para la sociedad civil, para los agentes sociales o para uno mismo, independientemente del beneficio que procure para el conjunto de los ciudadanos. 4. Sostenerme en el poder. 5. Hacer lo posible para que el conjunto de la sociedad se crea lo que yo digo. 6. Confundir churras con merinas. 7. Tener licencia de corsario con los bienes públicos. 8. Privatizar, desregularizar, subvencionar a los amigos. 9. Arruinar el futuro del país, pero blindar el propio de uno y de los suyos. 10. Dibujar un mapa y colorearlo.

Finançament. Trad. lit. financiación. 1. Dinero que viene de Madrid y que nunca llega. 2. Cantidad de dinero siempre insuficiente. 3. Dicho del sistema de financiación que uno ha pactado con el Gobierno de España, la mejor opción. 4. Dicho del sistema de financiación que otro ha pactado con el Gobierno de España, un robo. 5. Aquello que reclama la sociedad civil para sí. 6. Lo que procuran fundaciones y demás entes sin ánimo de lucro para sus directivos, para sus amigos y para sostener el aparato político que subvenciona a la sociedad civil. 7. Lo que hace falta para salir de la crisis. 8. Lo que nos metió en la crisis. 9. La excusa para negociar otro sistema de financiación que sea igual de malo que el anterior. 10. Excusa que se emplea para recortar los servicios públicos y privatizarlo todo.

Fotut. Trad. lit. jodido. Això està molt fotut, i.e., hemos iniciado una política de ajuste presupuestario que nos permitirá crecer por encima de las previsiones de Bruselas.

Grup parlamentari propi. Trad. lit. grupo parlamentario propio. 1. Se dice del propio grupo parlamentario, al que uno pertenece. 2. Se dice de un grupo parlamentario ajeno al propio grupo parlamentario, pero que nos gustaría que fuera propio. 3. Reivindicación del socialismo catalán cuando quiere prescindir del socialismo, porque estorba en su aproximación a la sociedad civil. 4. Crítica de la derecha nacional catalana cuando pretende tocarle las narices a la derecha socialista del PSC, que por el momento no se atreve a prescindir de la letra S por no quedarse sin medios de subsistencia, llamados escons (escaños).

Immigrant. Trad. lit. inmigrante. 1. Vago, maleante, mala persona. 2. Mamón, que vive del cuento. 3. Culpable último de las desventuras de Cataluña. 4. Cualquier persona que viva en un barrio obrero del extrarradio de Barcelona y alrededores, aunque haya nacido en Cataluña. 5. Chacha. 6. El que nos quita el trabajo, satura los hospitales, no deja estudiar a nuestros niños y encima es feo y hace peste.

Independència. Trad. lit. independencia. 1. Razón por la cual CiU se ha negado siempre a apoyar la Ley de Dependencia. 2. Cualidad de la relación entre CiU y el PP, cuando es mencionada por CiU.

Indignat. Trad. lit. indignado. 1. Variante del fenómeno del català emprenyat (v. emprenyat) que consiste en irritarse muchísimo con la gestión de la cosa pública de nuestros líderes patrios y se traduce en no ir a votar para permitir que éstos consigan una notable victoria electoral y permitir, así, proseguir con la indignación. 2. Peludo, perroflauta, sucio, vago, neoprogre, jipipijo, pulgoso. 3. Carne de cañón que alimenta a la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra. 4. Universitario reivindicativo que no sabe muy bien qué reivindica, pero lo reivindica, por reivindicar.

Intel·lectual. Lit. Intelectual. 1. Persona que presume de saber leer y escribir, sepa o no sepa. 2. Persona que apoya incondicionalmente las actuaciones de la sociedad civil. 3. Persona que carece de sentido crítico y dice lo que le dicen que hay que decir en cada momento. 4. Si nos lleva la contraria, fascista, retrógrado, cabrón, que se cree quién sabe qué. 5. El que no tiene ni idea de lo que está diciendo, pero participa en una tertulia radiofónica o televisiva del Grupo Godó, especialmente si dice lo mismo que le han dicho que diga, aunque luego se apunte a una tertulia de Intereconomía TV para decir lo mismo.

Intereconomía TV. Canal de televisión de ideología afín a la de nuestros líderes patrios, pero que se expresa en otro idioma, lo que da mucha rabia.

Extractos del Diccionario Enciclopédico Político Catalán-Castellano (J-M)

Jo. Yo, primera, única y principal persona de la política catalana, en boca de un agente social.

Jo no he estat, jo no he sigut, a mi no em miris. Trad. lit. yo no he sido. Lema del yonohesidismo catalán, o proceso argumentativo de delegación de responsabilidades de nuestros líderes patrios. Se confunde con la culpa és de Madrit (v. culpa).

Madrit, Madrí. Trad. lit. Madrid. 1. Pronunciación catalana del castizo Madriz. 2. Villa y Corte del Reino de España. 3. Principalmente, el Enemigo. 4. Mundo, demonio y carne en una sola persona abstracta que no tiene nada que ver con la Villa y Corte del Reino de España. 5. Lucifer. 6. Club deportivo Real Madrid, enemigo legendario de los seguidores de la fe barcelonista. 7. Todo lo malo habido o por haber. 8. Culpable máximo. 9. Ladrón. 10. Dicho en tono peyorativo, alguna institución política del Estado.

Milió. Lit. millón. 1. Cuenta del número de personas que participan en cualquier manifestación popular que se precie en Cataluña. 2. De veinte a ciento cincuenta mil manifestantes, si se manifiestan a favor de una política acorde con la ideología del Gobierno de la Generalidad de Cataluña o si lo hacen en nombre de la sociedad civil. 3. En número de seis, los súbditos del presidente Pujol durante veintitantos años. 4. Número nunca reconocido de pobres de solemnidad que habitaban en Cataluña antes de la crisis. 5. En euros, subvención media que reciben asociaciones culturales con veinte mil socios, periódicos que no se venden u otras organizaciones semejantes que ejercen de correveidiles del Gobierno de la Generalidad de Cataluña o de voceros de la sociedad civil. 6. En número indeterminado, pero generoso, lo que suma en euros una comisión del 3%.

Millors, govern dels. Trad. lit. gobierno de los Mejores. Expresión desafortunada y ajena a la realidad que se refiere al actual Gobierno de la Generalidad de Cataluña.

Modernisme. 1. Movimiento artístico de finales del siglo XIX y principios del siglo XX subvencionado por la burguesía catalana que se define, como su propio nombre indica, en la necesidad de levantar una catedral en la plaza de la Sagrada Familia y recuperar el patrimonio medieval y las costumbres ancestrales, dejando a un lado el progreso político, económico y social del país. 2. En las casas de los ricos, decoración hortera. 3. Básicamente, Gaudí. 4. Renta nacional que permite a los centros turísticos catalanes vivir del cuento y hacer pasar por cultura los reclamos de sol, playa, alcohol y titis.

Extractos del Diccionario Enciclopédico Político Catalán-Castellano (N-P)

Nació. Trad. lit. nación. 1. Equipo de fútbol al cual se aficiona uno. 2. Dícese de un conjunto de personas que comparten algunos rasgos culturales y viven en un territorio geográfico determinado, y que ellas mismas se reconocen como diferentes a las demás por una cosa y la otra. 3. Som una nació (somos una nación). 3.1. Uso incorrecto del verbo ser. 3.2. Lema reivindicativo que antepone la pertenencia al grupo a las libertades individuales. 3.3. Somos diferentes a los demás. 3.4. Somos chachi.

Nacionalisme. Trad. lit. nacionalismo. 1. Doctrina política que separa a una población en grupos incompatibles entre sí, con diferentes derechos y deberes, en razón a su afición a un determinado equipo de fútbol. 2. Si es catalán, es bueno; si no, es malo.

Nosaltres. Trad. lit. nosotros. Designa a un reducido grupo de personas de ideología afín que presume de manifestar la opinión del común sobre un asunto que no interesa a nadie.

El nostre govern. Trad. lit. nuestro gobierno. 1. Persona imaginaria que emplea un presidente o un conseller como eufemismo de la primera persona del singular. Por ejemplo: Nuestro gobierno cree que ha llegado el momento de hacer tal o cual cosa en vez de (Yo) creo que ha llegado el momento de hacer tal o cual cosa. 2. Fórmula que permite evadir la responsabilidad del hablante, pues reparte el peso de la decisión entre un presidente y una docena de consellers. 3. Coletilla del yonohesidismo, que subraya que la decisión de hacer algo no le corresponde a uno.

Nou català. Trad. lit. catalán nuevo. Eufemismo de inmigrante.

Nou ric. Nuevo rico. 1. Persona indolente y despreciable, socialmente incómoda, hortera, maleducada, poco cultivada y dada a la ostentación, especialmente cuando tiene más dinero que la mayoría de burgueses catalanes y éstos se mueren de envidia por ello. 2. Millonario que no ha heredado su fortuna. 3. Millonario inmigrante, excepto cuando hace negocios que benefician a los agentes sociales del país, cuando pasa a ser soci (socio).

Nouvingut. Lit. Recién llegado. 1. La manera elegante de decirle a alguien que no es catalán. 2. La manera elegante de decirle a alguien que su opinión no cuenta. 3. La manera elegante de decirle a alguien que carece de derechos políticos y sociales. 4. La manera elegante de decirle a alguien que es un puto inmigrante. 5. Palabra que precede a algún exceso verbal de un líder patrio, cuando se refiere a los inmigrantes y va a por ellos.

President. 1. Presidente del Fútbol Club Barcelona, Barça. 2. Presidente del Gobierno de la Generalidad de Cataluña. 3. El nostre president (nuestro presidente), título del secretario general de Convergència i Unió. 4. Marca de queso fresco.

Extractos del Diccionario Enciclopédico Político Catalán-Castellano (Q-Z)

Què hi ha d’allò meu? Trad. lit. ¿Qué hay de lo mío? Principio fundamental de la política nacional catalana, en particular, y española, en general.

Sanitat pública. Trad. lit. sanidad pública. 1. Algo que no puede ser bueno, pues ayuda a los pobres y a los inmigrantes y corre a cargo de empleados públicos. 2. Algo que hay que desmantelar, privatizar, destrozar, vender, eliminar, para poder enriquecerse con ello y procurar la muerte prematura de miles de catalanes, para ahorrar el pago de pensiones de la Seguridad Social. 3. Sistema que era el mejor del mundo hasta que llegaron a gestionarlo los Mejores. 4. Leyenda urbana que explica como antes había hospitales y ambulatorios que trataban a todos por igual y reunían a los mejores equipos profesionales para curarle a uno, algo que hoy parece increíble. 5. Pastel de muchos que quieren repartirse unos pocos para beneficio de apenas un puñado de ellos.

Servei públic. Trad. lit. servicio público. 1. Algo malo, malísimo. 2. Oportunidad de negocio para los amigos. 3. Algo que funcionaría muy bien y rendiría beneficios si no fuera por sus actuales gestores, en cualquier época. 4. Algo que tiene que arruinarse y luego venderse a precio de saldo a un emprendedor de la familia que luego ofrecera lo mismo, pero más caro, a menos gente. 5. Servicio que la Generalidad de Cataluña ofrece al conjunto de los ciudadanos de forma gratuita, gestionado por profesionales del sector, funcionarios de carrera y oficio, que podría ofrecerse sólamente a aquellos ciudadanos que pudieran pagarlo, gestionado por becarios que cobrarían miserias y emprendedores que se forrarían con el negocio. A la segunda opción se la conoce como incentivar la economía.

Servei social. Trad. lit. servicio social. 1. Comedero de inmigrantes. 2. Algo que podría hacer un amigo al doble de precio para la mitad de la gente.

Societat civil. Trad. lit. sociedad civil. 1. En teoría, la formada por todos los ciudadanos. En la práctica, la que forman algunos ciudadanos. 2. Grupo indeterminado de personas que se autodefinen como representantes de los ciudadanos y que reúnen, en una sola sala, más del 20% de la renta disponible de todos los catalanes. 3. Por extensión, la corte de pelotas, lameculos, aduladores y demás personajes que hacen la rosca a los poderosos antes mencionados. 4. Quien ostenta el poder. 5. También, quien alza la voz clamando lo que quiere el poder que se grite. 6. Reunión de delincuentes.

Trampolí social. Trad. lit. trampolín social. Dícese del extraño e inaudito fenómeno del ascenso de un ciudadano del vulgo hasta la sociedad civil. Si el ciudadano en cuestión es crítico con el parecer de los agentes sociales, el trampolín conduce a una piscina llena de tiburones.

Una cuestión de peso

Los gordos tenemos epidermis y paquidermis.

Un proceso de racionalización administrativa

Hoy, la licenciada Ortega sostiene que las diputaciones carecen de sentido. Así, con todas las letras. Lo ha dicho justo cuando las diputaciones catalanas se han comprometido a cederle a la Generalidad de Cataluña 250 millones de euros para que pague una parte de la fortuna que debe a los municipios y que no paga ni para atrás. ¡Qué manera de dar las gracias...!

Pero es que hace una semana dijo lo mismo de los consejos comarcales: sobran. Según la vicepresidente y falsamente licenciada en psicología, doña Joana Ortega, ahora es el momento de desplegar el Estatuto (el del 3%). Por lo visto, si se despliega ocupa una superficie tan grande que no deja sitio a las diputaciones provinciales. No sólo no caben las diputaciones, sino que hay demasiados mapas sobre la mesa. Véase.

Tenemos un mapa municipal sobrecargado de municipios, que podrían reducirse en número muy fácilmente. Luego vienen las mancomunidades y áreas, como el Área Metropolitana de Barcelona, que es, ella sola, hogar de tres cuartas partes de los catalanes, casi nada. También hay una Asociación Catalana de Municipios, y una Federación Catalana de Municipios, que son prácticamente una y la misma cosa, pero como si fueran la noche y el día, porque no se pueden ni ver, aunque compartan socios.

Para liarlo todo, los predecesores de la licenciada Ortega se inventaron las comarcas y los consejos comarcales y como parecían pocas las veintitantas comarcas, salieron por peteneras y se inventaron las veguerías, que suman siete, si no me equivoco, pero podrían haber sido más, por qué no, ya puestos... La licenciada votó a favor de esta simplificación, recuérdenlo.

Lo mejor de todo el asunto, es que esta racionalización administrativa del territorio (sic) no puede suprimir las diputaciones provinciales, porque éstas sólo puede suprimirlas el Gobierno de España cuando las Cortes le ordenen hacerlo, modificando una Ley Orgánica (es decir, una ley con el mismo rango que el Estatuto). Un lío, no me digan que no.

Y total, ¿para qué sirven las diputaciones provinciales, las mancomunidades, las áreas metropolitanas, tantísimos municipios, las asociaciones y federaciones, las comarcas, los consejos comarcales, las veguerías y quien sea que mande en ellas? Ah, y no se olviden de las delegaciones del Gobierno (de España), que son cuatro, y las delegaciones territoriales (del Gobierno de la Generalidad de Cataluña), que son siete, o seis... Tanto da cuántas sean, si son demasiadas visto lo visto.

No hace falta ser Aristóteles para sospechar que así no se llega a ninguna parte.

Vivir por encima de nuestras posibilidades

Con el cuento de la crisis, se oye a muchos decir que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. La pregunta que hay que hacer a continuación es qué se entiende por vivir por encima de las posibilidades de alguien.

Si atendemos al diccionario, vivo por encima de mis posibilidades si vivo más que la hacienda propia o los medios de los que dispongo para poder vivir. Es decir, vivo por encima de mis posibilidades si pierdo todo mi dinero antes de morir, tal cual. O si todavía vivo cuando los medios que procuraban mi subsistencia se han agotado. Mal pronóstico. A la vejez, viruelas, dicen, pero en esas condiciones...

El problema es el verbo vivir; tendría que ser gastar, comprar, o alguno parecido; gasto más de lo que ingreso podría ser que gasto por encima de mis posibilidades. Porque cuando uno explica la crisis diciendo que hemos vivido mucho tiempo por encima de nuestras posibilidades no dice o no quiere decir más que hemos estirado más el brazo que la manga o que hemos gastado lo que no teníamos, que podrían ser dos expresiones más certeras. Hemos gastado más de lo que tendríamos que haber gastado, o el crédito no daba para tanto.

Porque lo de sobrevivir a los propios medios de subsistencia... ¿Alguno sabría decirme cómo se vive si lo que te mantiene vivo ya no existe?

Añado, para poner fin a tan tediosa disquisición, que ya sea en tiempo de bonanza como cuando pintan bastos, uno gasta lo que puede, y puede lo que le dejan, y si le dejan, por algo será. Es imposible gastar más de lo que se puede gastar, porque si se gasta, se puede gastar, no sé si lo pillan. Por lo tanto, cuidadín, cuidadín, cuando mentamos los orígenes de la crisis. Nos dejaron hacer lo que hicimos, nadie pisó el freno, unos se han puesto las botas y los demás, ay, nos hemos quedado compuestos y sin novia. He dicho.

La polisterna de Isona

Digo polisterna de Isona, pero lo mejor será dejar su nombre científico, en latín, Polysternon Isonae, que igual no es polisterna, sino quién sabe qué. La cuestión es que de polisternas sólo se habían recuperado trocitos y sólo se conocían dos, como mucho tres, especies: Polysternon Provinciale, Polysternon Atlanticum y la posible Polysternum Mechinorum. Y ahora, una más, la de Isona.

La polisterna de Isona era una tortuga de agua dulce, un bicho de medio metro de largo y dos palmos de ancho, con el caparazón ligeramente ovalado. La gracia de todo este asunto es que la polisterna de Isona vivió hace sesenta y cinco millones de años, año arriba o abajo. Ésos son muchos años. La polisterna de Isona veía pasar a los dinosaurios camino de la oficina, mientras se mecía en las frescas aguas del río donde vivía, y la imagino preguntando a qué tanta prisa, chicos, si nos vamos a extinguir en un pispás.

Lo que queda de la paciente polisterna de Isona es un fósil que desenterraron entre 2008 y 2009 en el barranco de Torrebilles, que está tocando a Isona y a Conca Dellà. Un señor fósil. Nada más y nada menos que el caparazón entero. Los seis científicos que han dado con la tortuga, la han identificado como polisterna y han definido la nueva especie Isonae (de Isona) son del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont, de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Museo de la Conca Dellà, que es una zona riquísima en fósiles. Los seis paleontólogos firman orgullosísimos, y con razón, un artículo en Cretaceous Research, la prestigiosa revista de paleontología, presentando en sociedad a la tortuga catalana del Cretácico.

Han dado con el fósil en la cuenca de Tremp, en medio de los Pirineos, pero la tortuga polisterna de Isona vivía en un clima tropical, en una llanura llena de palmeras, manglares, flores de colores, cocodrilos y demás bichos que hoy son tan caros de ver en la zona.

Un cable suelto

¿Qué es un nanosegundo? Nada, un visto y no visto. Pues, fíjense que sesenta nanosegundos casi cambian el curso de la historia de la ciencia y de paso, la nuestra. Resulta que unos neutrinos llegaron sesenta nanosegundos antes de salir, lo que quiere decir, para que comprendan de qué va el asunto, que fueron más deprisa que la luz. ¡Qué revuelo se organizó...! Si resultaba que habían ido más deprisa que la luz, la Teoría de la Relatividad quedaba en entredicho, porque ésta estipula que la velocidad de la luz es un límite insuperable (y más cosas, que sería largo explicar aquí).

Los científicos que observaron esos neutrinos tan veloces e impertinentes hicieron público su descubrimiento con una doble intención. La primera, para preguntar dónde se habían equivocado y descartar un error en la observación. La segunda, para que algún otro repitiera el experimento en otra parte y observara si de verdad los neutrinos llegaban antes de salir, aunque con sólo sesenta nanosegundos de diferencia. Los científicos se pusieron a ello.

Como la Teoría de la Relatividad es una teoría muy sólida, que ha resistido muy bien muchas y muy diversas pruebas empíricas, y algunos experimentos similares con neutrinos, del orden de cien mil veces más precisos, no habían detectado neutrinos que llegaban antes de salir, la mayoría de la comunidad científica recelaba de los neutrinos superveloces. Pero ¿cómo explicar los resultados del experimento?

El sitio web de la revista Science (amén) ha publicado el resultado de muchas pruebas y análisis sobre los neutrinos superveloces. El Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) ha identificado dos posibles fallos en el experimento. El fallo más probable es que alguien había dejado un cable suelto. Literalmente, un cable de fibra óptica había hecho una mala conexión entre el reloj principal y un ordenador con receptor GPS, una de las claves del equipo del experimento. El otro posible fallo es más sutil: el cronómetro que llevaba la cuenta de la velocidad de los neutrinos tuvo un fallo en el oscilador.

Se había previsto repetir el experimento en mayo. Pero ahora, detectados los posibles fallos del equipo, la previsión ya no es la que era. Tendrán que volverse a ajustar todos los instrumentos antes de repetir el viaje de los neutrinos, porque mejor será verificar que los neutrinos no cometen un exceso de velocidad que quedarnos con la duda.

En resumen, que ahora mismo nos quedamos sin viajar en el tiempo (hacia atrás, quiero decir). En parte, mejor.

Así, no

Según los jueces, la Generalidad de Cataluña ha efectuado docenas de despidos improcedentes o nulos desde que gobiernan Los Mejores. El parecer de la justicia es que una empresa pública no puede argumentar que tiene pérdidas, porque lo que tiene es un déficit, fíjense en la sutileza. Su propósito no es obtener beneficios, dicen los togados, sino ofrecer un servicio público, y por eso cuenta con ingresos que dependen de la Ley de Presupuestos de la Generalidad de Cataluña. Por lo tanto, perder dinero no era un argumento válido para despedir trabajadores públicos.

Eso explica por qué Convergència i Unió ha apoyado la reforma laboral del Gobierno de España (Partido Popular) a cambio de unas pocas palabras de más en el decreto. Ahora, la reforma laboral incluye entre los afectados a los trabajadores de las empresas públicas.

Aunque los jueces tienen la última palabra, esta enésima reforma laboral permite el despido de los trabajadores de empresas y organismos públicos con pérdidas o insuficiencia presupuestaria. Más exactamente, dice que se podrán despedir tranquilamente empleados públicos si durante nueve meses seguidos se da, cito, una insuficiencia presupuestaria, sobrevenida y persistente. Pero ¿qué empresa pública no va escasa de presupuesto?

Además, si los presupuestos son anuales y se vota un presupuesto insuficiente, seguro que durante más de nueve meses no llega el parné. En época de crisis, las entidades públicas que realizan servicios sociales de todo tipo reciben (inevitablemente) una demanda sobrevenida.

En pocas palabras, como la sanidad pública nos cuesta dinero, siempre nos ha costado y siempre nos costará, podremos despedir a cuantos médicos, enfermeras y pacientes nos dé la gana de hoy para mañana, sin más. A los pacientes los despediremos en la funeraria, añado, que tal es el final previsto de todos ellos. Quien dice la sanidad pública, dice la educación, el transporte público, los servicios sociales, las oficinas de empleo...

A poco que piense uno, se aprecia que el capricho de un gobierno (y el de Los Mejores es caprichoso como el que más) puede suprimir de la noche al día, de un plumazo, un montón de servicios públicos sin más explicación que la nota de despido de sus trabajadores. Eso sí, no podrá despedir a sus directivos porque entonces sería cerrar la empresa pública y eso tendría que pasar por el Parlamento. Si se mantiene la estructura y se vacía de contenido... vale.

Pero el caso es que estos servicios públicos no tienen pérdidas, sino déficit, y es precisamente el gobierno quien decide cuánto dinero dedica a tal servicio público y cómo lo gestiona. Si un ente público tiene una insuficiencia presupuestaria sobrevenida y persistente es porque quiere el gobierno, o porque el gobierno no ha previsto la demanda real de ese servicio, no porque sí. También puede ser, simple y llanamente, que el servicio se gestione tan mal... Sobran los ejemplos aquí y allá.

Curiosamente, los gestores de estos entes que sufren insuficiencias presupuestarias sobrevenidas y persistentes no pagan por su mala gestión, ni los cargos públicos que las provocan se hacen responsables de nada. Más bien diría que es al revés, que disminuye el total de empleados públicos al pie del cañón y que se incrementa el total de (ir)responsables del servicio que estos entes deberían ofrecer. Más directivos, menos técnicos. Si no llega el número de técnicos, se subcontrata el trabajo a la empresa de un amigo, de alguien della famiglia. Ergo, se incrementará la deuda y bajará la calidad del servicio. Hay tantos ejemplos...

La prensa está dándole vueltas estos días al caso de la Agencia Catalana del Agua (ACA). La ACA arrastra una deuda brutal, de 1.250 millones de euros, superior ella sola a la deuda de más de una Comunidad Autónoma de España. Los intereses de esta deuda nos cuestan unos 150.000 euros al día, ahí queda eso. Si uno suma déficit y deuda, nos vamos cada año bastante más allá de los dos mil millones de euros, válgame Dios. Un desastre de difícil remedio.

Pero es lo de siempre: quien mal anda, mal acaba y lo que empieza mal, acaba peor. El gobierno de Pujol creo la ACA en 2000 para sacarse de encima la deuda de la Junta de Saneamiento y la Dirección General de Obras Hidráulicas, agujeros sin fondo. La deuda (más de 570 millones de euros) la pasó a la ACA y así presentó unas cuentas de la Generalidad de Cataluña que daba gusto verlas... porque la deuda la había cambiado de sitio. Cuando llegó el Tripartito, la deuda llegaba a los 900 millones de euros. Fue un suma y sigue, porque la gestión del Tripartito fue... En fin, ya saben cómo fue.

La cuestión es que está todo tan mal organizado que la ACA gasta en gestionar un metro cúbico de agua poco más de tres euros, y sólo ingresa por ello apenas la mitad. Así y todo, el catalán de a pie es el español que más paga por el agua del grifo. ¿Para tener más y mejores depuradoras que nadie? Ojalá. El 20% del cánon del agua que pagamos los catalanes apenas sirve para pagar los intereses de tan monumental deuda de la ACA, para nada más.

Desde que el lugarteniente de Artur Mas, David Madí, abandonó la política para dedicarse a los negocios y fichó por Deloitte con el cargo de director en el área de consultoría estratégica, a tiempo parcial, Deloitte es la consultora oficiosa de la Generalidad de Cataluña. Ahora está auditando la ACA, para ver cómo funciona y cuánto dinero pierde exactamente (porque es algo que, se lo crean o no, no se conoce). El informe se presentará la semana que viene y de él dependerá el destino de muchas de las 640 personas que trabajan en la agencia. Porque se ha filtrado a la prensa que alrededor de cien personas que trabajan en la ACA podrían quedarse sin trabajo. Cien.

¿Cuánto se ahorrará la ACA prescindiendo de cien trabajadores? A ojo, entre un 5 y un 8% de los intereses de la deuda acumulada que tiene que pagar cada año. Pero esa deuda persistirá y el déficit no disminuirá. El chocolate del loro, en suma.

Naturalmente, nadie inhabilitará para cargo público, ni llevará a los tribunales, ni sancionará, ni siquiera llamará la atención a quien es en verdad responsable de este desaguisado. Me atrevo a pensar lo contrario: mantendrá su puesto directivo y tendrá una buena perspectiva profesional en el mundo de las empresas de consultoría o de gestión de infraestructuras, donde cobrará un sueldazo de padre y señor mío y ganará concursos para contratas públicas, uno detrás de otro, porque seguirá teniendo sus amigos en el otro lado y, como decía don Corleone, io ti faccio un favore e dopo tu mi fai un’altro a me, capisci?

Somos así, y así nos va.

Omnium pecunia, aliqui cultura

En latín, omnium es genitivo plural. Se asocia naturalmente a un sustantivo, y omnium tal cosa quiere decir tal cosa de todos (o de cada uno). Así, omnium cultura significa la cultura de todos, o de cada uno, y podría ser traducido libremente como cultura común (a todos).

Sin embargo, la sociedad se llama Òmnium Cultural, y le sobra una ele y una tilde, si está escrita en latín, y no promueve la cultura de todos, sino la de algunos, y no toda. Pero, eso sí, los chavales de Òmnium Cultural viven la mar de bien del dinero de todos. Por eso omnium pecunia, aliqui cultura.

Según los auditores de la institución, y recuerdo que es una auditoría pública, uno de cada tres socios de Òmnium Cultural no paga la cuota. La cuota es de 60 euros al año, y de 30 euros para jubilados, estudiantes y demás. Dicho esto, los gastos de Òmnium Cultural superan los 130 euros por socio y año y los ingresos... ¿De dónde sale la diferencia?

Las subvenciones, ayudas y convenios con la Generalidad de Cataluña cubrieron aproximadamente unos 60 euros por socio y año entre 2005 y 2010. En 2011, esa contribución se incrementó notablemente. En 2012, el Gobierno de la Generalidad de Cataluña ha anunciado una subvención de 1.434.000 euros, que es... ¡un 28% inferior a la de 2011! ¿Cuánto pagaban a Òmnium Cultural mientras cerraban quirófanos? ¿Para hacer qué? Según los balances contables de la entidad, las cuotas de los socios apenas han cubierto la mitad de los gastos en muchos años.

El número de socios de Òmnium Cultural rondaba los 20.000 hasta que en 2010, coincidiendo con las protestas contra el Tribunal Constitucional, se elevaron a 23.000 y llegaron a 27.000 en 2011. Aunque la institución quiere pasar de 29.000 socios en 2012, todo parece indicar que el total de socios que pagan su cuota quedará por debajo de los 20.000. La crisis. Pero la Generalidad de Cataluña declaró a Òmnium Cultural entidad de interés público en 2009, lo que le proporciona una interesante rebaja fiscal.

La Enciclopèdia Catalana dice que un òmnium es una competición ciclista (sic), pero también recoge la voz Òmnium Cultural. Según esta enciclopedia, es una entidad cívica y cultural de ámbito circunscrito a Cataluña, fundada en Barcelona en 1961, dedicada a la promoción y recuperación de la lengua y la cultura catalanas. En 1963, la Brigada Político-Social clausuró la sociedad, pero después de un largo proceso legal, volvió a abrir en 1967 y conoció su etapa más gloriosa cuando abrió una sede en el Paseo de Gràcia, en 1968, hasta 1974, más o menos.

Ésa fue la Edad de Oro de las artes y las letras en Cataluña en la segunda mitad del siglo XX. Convivía lo mejor de la poesía y la lingüística catalana (Espriu, Pla, Rodoreda, Foix, Calders, Brossa, Ferrater...) con lo mejor de la literatura en castellano (Gil de Biedma, Vázquez Montalbán, Marsé, Mendoza, Vargas Llosa, García Márquez...), y el ambiente cultural de Barcelona era políglota y riquísimo. Las grandes editoriales en lenguas españolas (cualesquiera) eran todas catalanas. Òmnium Cultural fue una pieza más en ese maravilloso engranaje cultural, una pieza pequeña, pero con fuertes recursos financieros, patrocinada por la burguesía catalana de toda la vida, que quería potenciar el nacionalismo para apagar la deriva socialista del proletariado urbano (a las memorias de Jordi Pujol me remito, aunque son tan aburridas que no las recomiendo).

Desgraciadamente, esa pieza del engranaje se convirtió en arenilla, y el mecanismo de relojería se jodió. Cataluña se hundió en el provincianismo y se convirtió en el Titanic, una expresión muy certera y que tuvo mucho éxito. Una vez recuperada la libertad, en vez de promocionar la cultura catalana, lo que está muy bien, Òmnium Cultural entró a formar parte de eso que llaman la sociedad civil catalana, ese grupo de instituciones que actúan de correveidiles del poder económico en Cataluña y que se sostienen a base de ayudas y subvenciones, como se ha visto.

Òmnium Cultural es una de esas organizaciones que tienen una influencia desproporcionada a quienes son en realidad. Los veintipico mil socios de Òmnium Cultural pueden compararse con los 31.000 afiliados al Partido Popular de Cataluña, a los de 35.500 abonados y 13.400 accionistas del RCD Español, a los 78.000 afiliados al PSC-PSOE, a los más de 300.000 afiliados a los sindicatos UGT y CC.OO. en Cataluña, etc.

Apunte final. Quizá convenga recordar que los fundadores de Òmnium Cultural fueron:

Joan B. Cendrós, empresario y fabricante de la famosa loción Floïd, miembro de CDC, Creu de Sant Jordi, uno de los acusados en el caso Banca Catalana. Su imperio industrial lo gestionaba David Madí, que fue número dos de Artur Mas.

Lluís Carulla, fundador de Agrolimen, Creu de Sant Jordi, padre de los hermanos Carulla, acusados de evadir impuestos por valor de unos 200 millones de euros en tres años. Montse Carulla, evasora de 35 de estos millones, es la actual presidenta del Palau de la Música Catalana, y fue la segunda de a bordo de Félix Millet, hijo, durante años... y no se enteró de nada, y yo que me lo creo.

Félix Millet, empresario, presidente del Banco Popular (conocido en algunos círculos como el banco del Opus) y del Palau de la Música Catalana, padre del famoso Félix Millet, que le sucedió en el cargo y se cubrió de gloria, tras financiar a CDC y financiarse a sí mismo mediante extraños pagos del Palau de la Música Catalana.

Joan Vallvé, empresario, presidente de la Asociación y Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña, Creu de Sant Jordi y miembro destacado de CDC.

Pau Riera, empresario, periodista, simpatizante de UDC. Creu de Sant Jordi.

Millet, Riera y Vallvé fueron los únicos presidentes de la entidad que crearon hasta 1984, cuando cedieron el paso a las nuevas generaciones de la familia. Como se ve, era una sociedad cercana al proletariado urbano y próxima a las inquietudes sociales de la población, abierta a la rica y variada cultura que se da en esta tierra, no sé si pillan la ironía.

La bohemia en lucha

Una joven de vida un tanto disoluta llega tarde a casa después de la gran juerga. Descubre que se ha dejado las llaves. Solicita asilo en el ático de al lado, que es un piso de estudiantes. Le abre uno de esos repetidores eternos de estudia Filosofía y Letras, uno que se las da de poeta, Rodolfo. Por una vez, está solo en casa. ¿Puedo esperar aquí a que llegue mi compañera de piso?, pregunta la jovencita. El presunto poeta se atraganta, porque hacía tiempo que espiaba por la ventana a la bella vecina, que le hace tilín, por ver si la pillaba en paños menores. La joven toma asiento en la única silla de la estancia, mientras a Rodolfo sólo se le ocurre decir, para romper el hielo, lo que sigue: ¿Qué? Hace fresquito esta mañana, ¿verdad?

Luego se enamoran, se aman y ella muere, como sucede en estos casos.

Tal es el comienzo y el argumento de La Bohéme (La Bohemia), una de las óperas preferidas por el público. Arranca con el fresquito de la mañana (Che gelida manina), que es una aria de las que quitan el hipo, con do de pecho incluído, y suma y sigue.

Este año, tocaba interpretarla en el Gran Teatro del Liceo, y los aficionados, que no se cansan de oírla, querían recrearse con las aventuras de la vida bohemia, pero mucho me temo que el público de Barcelona se va a quedar con las ganas. Porque la orquesta y los coros del Gran Teatro del Liceo amenazan con huelga en todas las representaciones de La Bohéme.

Tienen sus razones. La empresa (pública) propone que el 92% del personal del Gran Teatro del Liceo se quede sin trabajo durante dos meses, para ahorrar. Dicen (no sé si será verdad) que las representaciones de ópera no pierden dinero, que el déficit del Liceo viene de otros espectáculos y otras historias, pero no puedo afirmar que sea así. En todo caso, da igual, porque los recortes en el Liceo equivalen a una bofetada al teatro catalán.

Un parón de dos meses en un teatro de ópera es más que dos meses sin empleo ni sueldo. Como dicen los músicos, la ópera exige ensayos, ensayos y más ensayos, para poder ofrecer un producto apenas decente al público más exigente que parió madre, el nuestro. Es muy difícil estar ahí, entre los mejores teatros de ópera. Dos meses de inactividad suponen casi un suicidio operístico en la calidad de los cantantes, músicos y bailarines del teatro, dejando a un lado tramoyistas, técnicos de iluminación, modistos, acomodadores, etcétera, que también sufrirían lo suyo. A nadie le gusta que lo echen a la calle dos meses porque sí.

Sin embargo, dirán ustedes, la ópera es un lujo. Sí, lo es. Pero también es verdad que muchas de las entradas del Liceo son más baratas que las entradas para ver un partido del Barça en el Camp Nou. ¿Es el Barça un lujo? Pues, sí.

Ahora me hablarán de las galas del Liceo, de los palcos y platea, pero consideren que la burguesía catalana de toda la vida abandona poco a poco los palcos de la ópera para ocupar la tribuna del templo del balompié. Ya no hace falta pasar por culto, como antaño, ni esforzarse por saber leer o escribir. Ahora, un lerdo cualquiera hace fortuna. Ya no se va (tanto) a la ópera por figurar, sino por escucharla y disfrutar del espectáculo. Para figurar tienen ustedes la tribuna del Camp Nou, donde se codearán con el factótum de la ciudad.

El teatro del Liceo es un teatro público de manera muy extraña, porque se mantienen los privilegios de antiguos abonados, pero el Barça es un club deportivo privado, privado con todas las de la ley, con socios y negocios, que puede sustentarse solo, perfectamente solo, y ganar dinero sin tener que recibir docenas de millones de euros de la Generalidad de Cataluña, como ahora recibe cada año, publicidad y televisión mediante. Lo triste del caso es que las autoridades recortarán la contribución a la ópera, pero mantendrán viento en popa las contribuciones al balompié... mientras cierran plantas hospitalarias. Este hecho define exactamente la política de nuestros líderes patrios. Al menos, en cultura.

Pero... Sí, sí, pese a todo la ópera sigue siendo un lujo. Y subvencionar un artículo de lujo cuando se cierran quirófanos o se reduce el presupuesto de educación... ¿Cómo justificar que se mantenga un gran teatro de ópera a todo trapo cuando se alargan las listas de espera en los hospitales? Con gran pesar, porque me lo he pasado muy bien en el Liceo, no sabría cómo justificarlo. Pero es de peor digestión que se recorte el Liceo y se subvencione el Barça tanto o más que antes, mientras siguen cerrando quirófanos. Piensen un poco en ello cuando enciendan el televisor o cuando uno de sus líderes patrios se llene la boca con el Gobierno de los Mejores.

Mientras tanto, para compensar que nos quedamos sin La Bohéme, una rareza. Es Pavarotti, jovencito, en un recital que dio en Moscú en 1964. Canta Che gelida manina y promete ser, como fue, uno de los mejores Rodolfos de la historia. A falta de pan, buenas son tortas.


Cultura e incultura (religiosa)

Contaba Quim Monzó, hace años, en un artículo de La Vanguardia, que visitando el Museo del Prado se paró delante del Cristo de Velázquez, uno de los cuadros más impresionantes que conozco. En ésas, una mujer y su hijo se pararon a su lado. El churumbel contempló el Cristo un largo rato y al final preguntó: Mamá, ¿quién es este señor? El artículo se basaba en esta anécdota para referir que ni tanto ni tan calvo, que una cosa es librarse de la educación católica, apostólica, romana y obligatoria y otra, eso.

En la misma línea, su ilustrísima, el cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, se ha dirigido a sus feligreses en la Hoja Dominical. Su artículo admonitorio se titula La clase de religión enriquece a nuestros hijos.

El cardenal afirma que, cito, difícilmente se puede comprender nuestra historia, nuestro arte y nuestra cultura si no se tiene un conocimiento notable de la religión católica. Luego añade que los niños que no estudian religión en el colegio, vuelvo a citar, padecen un analfabetismo de cultura religiosa que incide en su nivel cultural general, más bien bajo.

El cardenal anima a todas las familias a que pidan la clase de religión católica para sus hijos cuando los matriculen en la escuela. Comprendan que es el arzobispo de Barcelona, no puede pedir otra cosa a los católicos. Otra cosa es que también lo pida a los que no son católicos, que harán lo que les parezca, faltaría más.

El argumento arzobispal insiste varias veces en el tejido de contenidos cristianos de nuestra historia y nuestra cultura. El cristianismo forma parte de nuestra identidad, dice más tarde. Sin embargo, no precisa demasiado si la historia, la cultura y la identidad son las mias propias, las catalanas, españolas, europeas o cuáles. Pero no seamos tan sutiles, no vale la pena y no importa.

Su ilustrísima tiene razón en mucho de lo que he copiado hasta ahora. En efecto, el nivel cultural de los tiernos infantes y adolescentes es más bien... bajo, escaso, nulo, deficiente, pobre, estereotipado... Las cosas en su sitio: el nivel cultural de los adultos tampoco es para tirar cohetes, va a la par con el anterior. Ésa es una realidad que debería preocuparnos a todos. Somos unos zotes.

También es cierto que el conocimiento que tiene un joven feligrés de su ilustrísima de la religión, de cualquier religión, es igualmente lamentable. De un joven o de un viejo feligrés, que los mayores también son bastante burros en esta cuestión. De la ignorancia viene el temor y del temor, el odio. No hemos sido educados para respetar al que piensa diferente, sino en la intolerancia; no en la discusión, sino en el enfrentamiento; no en la curiosidad, ni en el escepticismo, sino en el dogma.

No es que falte una clase de religión, es que falta la educación en los valores cívicos que tienen que ser comunes a todos los ciudadanos, con independencia de su edad, sexo y condición. La religión no tendría que ser contraria a estos valores. Si lo fuera, tendría que prohibirse en la escuela, así de claro lo afirmo.

Es cierto, y sería estúpido negarlo, que el cristianismo forma y conforma la cultura occidental. El cristianismo y más cosas. Una tradición clásica, el humanismo, la ilustración, el pragmatismo del capitalismo, el escepticismo de la ciencia, etcétera.

También es cierto (muy cierto) que si uno no sabe de santos, no entiende la mitad de lo que ve en un museo. Pero si no entiende de dioses grecorromanos, no entenderá la otra mitad. Si no entiende una de las dos mitades, al final no comprenderá nada, que es lo que suele ocurrir hoy en día a la inmensa mayoría de la población, no nos engañemos.

En pocas palabras, hay que reconocer que su ilustrísima tiene razón en quejarse de algunas cosas, pero comienza a desbarrar cuando prosigue hablando de otras. Su ilustrísima, por ejemplo, afirma que las clases de religión y moral católica ofrecen valores serios y auténticos (sic) frente a los que ofrece la sociedad actual a los adolescentes y los jóvenes.

Pero eso es no decir nada. Cualquier valor es serio y auténtico. Si no, no sería un valor, porque se tomaría a pitorreo o no existiría. Un valor puede ser bueno para uno mismo o para el conjunto de la sociedad, por ejemplo, o malo, según se mire. Pero serio y auténtico... Ay, estos adjetivos... El qué de esta cuestión es que su ilustrísima quiere decir que los valores de la moral católica son buenos, mientras que los valores que gastan los jóvenes, no. Eso es, como mínimo, discutible.

Pero su ilustrísima argumenta que sólo las clases de religión ofrecen, copio, valores sólidos y permanentes que puedan dar significado y finalidad a su vida (la de los jóvenes).

Ay... Porque los valores cívicos de libertad, igualdad y fraternidad... ¿no sirven para dar significado y finalidad a una vida? El respeto a la diferencia, la intolerancia ante la injusticia, la conciencia del deber y la responsabilidad que se deriva de los actos de uno mismo... ¿sólo pueden darse en clase de religión (católica)?

Pueden darse entre ateos, agnósticos, musulmanes, judíos, budistas, taoístas, politeístas o del Barça, en cualquier sistema ideológico religioso... o no religioso. Ello no niega que una buena educación católica pueda ser una buena educación cívica, pero sí que sea la única buena educación cívica posible. Dad a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César, dijo Jesús.

Lo mejor es lo que dice hacia el final, lo que ha levantado tantas polémicas. Dice, y copiaré: Las familias que no desean ninguna formación religiosa para sus hijos o la escuela que no los facilita se pueden preguntar si la atracción de la juventud hacia las sectas o los fundamentalismos no son una consecuencia de haber ocultado algo tan normal y humano como es la experiencia religiosa seria.

La polémica está servida. Un niño que no haya ido a clases de religión, advierte el arzobispo, puede acabar como numerario del Opus Dei, legando toda su fortuna a los kikos o de monje trapense en Mongolia. Así que, cuidado.

De veinte mil a cuatrocientos mil, más o menos

Una de mis manías es desconfiar de la cifra de asistentes a una manifestación. De entrada, no creo en ninguna de las llamadas manifestaciones del millón. Menos, en Barcelona, donde, sencillamente, no cabe una manifestación millonaria, ni apretando al personal, ni que fuéramos todos pequeñitos. Aquí no se ha manifestado un millón de personas nunca, jamás en la vida, imposible. Pero, por el otro lado, uno no es nadie si no suma centenares de miles de manifestantes en el Paseo de Gracia, por ejemplo.

Un ejemplo polémico es la manifestación que se convocó en protesta por el fallo del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía, ése del 3%, el último, que armó tanto revuelo y acabó de hundir en la miseria a la izquierda catalana. Los participantes y las autoridades compitieron para ver quién la decía más gorda. Se contaron uno, dos, hasta tres millones de manifestantes. De ser un millón, se apiñaron veinte catalanes por metro cuadrado, lo que no es poco. De ser tres millones, cifra que facilitó la organización de Òmnium Cultural, la mitad de los catalanes, inmigrantes incluídos, se apretujó en el Paseo de Gracia de Barcelona. Serà Òmnium Cultural, pero Nullum Mathematicum.

Resulta curioso que hoy, este mediodía de domingo, se han manifestado los ciudadanos contra la reforma laboral del Gobierno de España en todas las capitales de provincia españolas. La manifestación ha tenido mucho éxito en Barcelona, entre otras cosas porque los catalanes también se han manifestado en contra de la política social del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, basada en recortar beneficios sociales y privatizar los servicios públicos.

De hecho, los manifestantes han colapsado todo el Paseo de Gracia, llegando hasta la Plaza de Cataluña, también colapsada. Ha sido un peazo de mani, según fuentes bien informadas.

A juzgar por las fotografías y las filmaciones, la manifestación ha ocupado la misma superficie que la manifestación contra la sentencia del Tribunal Constitucional. El total de personas por metro cuadrado ha sido aproximadamente el mismo. Si las matemáticas no fallan, esta manifestación tendría que sumar el mismo número de manifestantes que la otra, ¿verdad? ¿Otro millón?

¿Un millón de personas manifestándose en contra de la política del Gobierno de la Generalidad de Cataluña... en Barcelona? Inadmisible. Así, pues, va el Departamento de Interior y el Ayuntamiento de Barcelona y dicen que los sindicatos apenas han reunido a veinte mil personas. Ahí queda eso, veinte mil. Vaya mierda de manifestación.

Mientras tanto, los representantes de UGT y CC.OO. han dejado ir la cifra de cuatrocientos mil catalanes manifestándose contra el Gobierno de los Mejores y sus retallades. Se les reconoce el esfuerzo por no mentar el millón, pero cuatrocientos mil...

Es un espectáculo edificante ver cómo un millón de manifestantes se convierten en veinte mil, porque ahora gritan en contra mía y no a favor. Se les ve el plumero, a todos.

Latrocinio inmigrante y respuesta policial

En 1942, don Josep Novau, pastor de la vecindad de Artesa de Segre, encontró en el campo una bomba de 100 kg rellena de trinitrotolueno (TNT). En el lugar se había librado una de esas durísimas y anónimas batallas de la Guerra Civil. El pepino que encontró don Josep cuentan que lo había dejado caer un avión de la Legión Cóndor sobre las filas republicanas. Váyanse a saber por qué, el pepino no estalló.

En época de escasez, tanto hierro eran unas pesetillas que no podían desperdiciarse. Don Josep y su padre, no sé cómo, arrastraron la bomba hasta la herrería del pueblo. Allá vendieron el artefacto explosivo, a peso. El herrero, del que no me consta el nombre, desmontó la bomba (ay, Dios, cómo lo haría) y fundió los ochenta kilos de hierro colado del petardo. Con ese hierro destinado a matar personas forjó una campana que le había encargado el señor cura, con la idea de salvar almas. La campana del obús (así la bautizaron los feligreses) sustituyó a la campana que habían robado y fundido las huestes rojo-separatistas (que era como se llamaban entonces), y allá quedaron los restos de la bomba, en la iglesia de Sant Bartomeu (San Bartolomé) de la Vall d'Arient. Me consta que se catalogó como una reliquia de guerra.

Hoy, la Vall d'Arient es un núcleo deshabitado del término municipal de Artesa de Segre, pero la iglesia se utilizaba de vez en cuando para sus cosas. Además, es un pequeño capricho románico del siglo XI. Hace unos días, un vecino que pasaba por ahí descubrió que alguien se había llevado la campana. Alguien o algunos. Según las pistas, un tipo escaló hasta lo alto del edificio y dejó caer la campana, que, al caer, dejó una huella en el suelo delante de la iglesia. Tuvieron que llevarse la campana con un vehículo, afirma la policía municipal, y seguramente los ladrones serían dos o más personas.

Se cree que robaron la campana del obús para destinarla al chatarrero y cobrar algún euro a cambio. La historia, pues, se repite: un gran pedazo de hierro abandonado, época de crisis y penurias... sólo que esta vez el hierro no lo ha encontrado un pastor, sino amigos de lo ajeno.

¿Quiénes han sido? Seguramente, una banda de inmigrantes, de ésos que roban cobre, hierro y lo que se tercie, dicen en el pueblo, porque se da por hecho que si alguien roba hierros ajenos, no es del país, sino forastero. Aunque los venda a un chatarrero del lugar, eso no importa. La cuestión es que nada bueno puede venir de fuera.

Algo así pasaría por la cabeza de los agentes de los mossos d'esquadra Manuel Farré Muñoz, Joan Salva Páez, Jordi Perisse Blanco, Fernando Cea López y Alejandro García Avilés, que el 27 de julio de 2006, sin previo aviso, sin identificarse en ningún momento como policías, se echaron encima del señor don Lucian Paduraru, un ciudadano rumano de veintiocho años de edad, que se ganaba la vida en la construcción. Le dieron una somanta de palos, pim, pam, y no tuvieron ningún reparo en apalizar al señor Paduraru delante de su mujer, embarazada. Le dieron de puñadas en el estómago y por todo el cuerpo y le pisaron la cara, para que se arrastrara por el asfalto.

Después de una buena tunda, insultos, amenazas de muerte si no se estaba quieto y demás lindezas, se llevaron al señor Paduraru y señora a la comisaría del barrio de Les Corts. Tanto en el coche como en la comisaría, prosiguió el maltrato. En un momento del interrogatorio, uno de los agentes, Perisse, metió una pistola en la boca del señor Paduraru y le dijo que iba a matarlo. Y que si, por un casual, el juez no le condenaba y salía de ésa sin pena de prisión, él mismo iría a buscarlo y lo pelaría con sus propias manos, que no sería la primera vez. La mujer del pobre hombre también fue concienzudamente humillada por los sujetos mencionados.

Estos hechos se recogen en la causa y condena de los policías, y se dan por probados. La cuestión es que los cinco policías confundieron al caballero con un ladrón de pisos que empleaba métodos violentos, que era, cómo no, también rumano. Ésa fue su excusa. El señor Paduraru sintió en su propia carne un trato policial que creía olvidado por dejar atrás a Ceaucescu, y la experiencia le ha dicho que se está mejor en casa que no en tierra de cafres. Ha regresado a Rumanía, donde ahora trabaja como albañil, lejos de la brutalidad policial de los nuestros.

Los policías fueron condenados por la Audiencia de Barcelona en 2008. Los jueces fueron severos, pues el caso merecía una pena ejemplar. Farré, Salva y Perisse, a seis años y siete meses de cárcel por delitos de torturas, lesiones y detención ilegal, dos años y tres meses de cárcel para Cea y una multa por malos tratos a García.

Un año más tarde, el Tribunal Supremo rebajó en un año y diez meses la pena de cárcel contra esos tres fulanos, Farré, Salva y Perisse, pero no rebajó la condena de Cea. Además, sentenció a seis meses de prisión por un delito de coacciones a García.

Pero ¿saben lo mejor? Ninguno ingresó en prisión. Porque la condena no se ejecutó a la espera de un indulto del Gobierno de España. El indulto llegó este viernes.

Hay para llevarse las manos a la cabeza. El indulto se justifica alegando que existen nuevos datos (sic) y que estas novedades (que no se sabe qué novedades son) no fueron conocidas por los jueces cuando dictaron sentencia. Como sólo García estaba condenado a más de dos años de prisión, sólo éste iba a pringar, que dicen, pero la decisión del Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Justicia (Gallardón), deja la cosa como sigue. En primer lugar, nadie cumplirá una condena de más de dos años, lo que equivale, en la práctica, a no ingresar en prisión. En segundo lugar, se suprime la inhabilitación por dos años de suspensión para empleo o cargo público. El Ministerio de Justicia explica que esta medida supone, y copio, el reingreso al servicio público por parte de los cinco agentes, pues habían perdido su condición de funcionarios debido a la ejecución de la pena de inhabilitación. En vulgar, nada impide que los cinco vuelvan a ejercer de policías pasados dos años, si no hoy mismo.

¿Por qué...? El ministerio habla de investigaciones policiales posteriores que han aportado nueva y valiosa información con relación a los hechos. Lo dicho: esa información no se tuvo en cuenta en el fallo del tribunal sentenciador.

¿Qué información? ¿Qué pistas? ¿Qué investigación? ... Se sigue argumentando que esa información, aportada tanto por el Ministerio del Interior como por la Generalidad de Cataluña, el historial de los condenados (que sería bonísimo, se supone, aunque no se explica) y, cito, la gran cantidad de apoyos y adhesiones al indulto motiva esta decisión de reducir sus penas y dejar la puerta abierta a esos cinco personajes para que vuelvan a ser policías.

No es la primera vez que el Gobierno de España indulta total o parcialmente abusos de los mossos d'esquadra, que es el cuerpo de policía con más denuncias por maltrato por agente de España (con el permiso de alguna policía municipal que no anda lejos). En la comisaria de Les Corts, además, se han repetido varios casos de maltrato y agresión contra detenidos. Etcétera.

Déjenme ser malo y suponer maldades. Luego, si quieren, acúsenme de lo que quieran. Yo creo que la información era que el señor Paduraru era rumano, un inmigrante. Si en vez del señor Paduraru hubiera sido, no sé, el señor Matas, ése que se ha agenciado un millón de euros facturando trabajitos a la Asociación Catalana de Municipios que no valían un comino, ése que es ahora vicepresidente de la Diputación de Barcelona y que es un sinvergüenza de tomo y lomo, otro gallo cantaría. ¿Tocar a uno de los nuestros? ¡Ni hablar del peluquín!

Quien dice el señor Matas, podría ser algún miembro de la familia Carulla, que ha robado millones a Hacienda (que somos todos)... Bueno, sí, no los han pagado, me dirán, y eso no es lo mismo que robar... Y una mierda.

¿Qué me dicen del señor Prat, ése que es presidente del ICS? ¿Qué hay del escándalo del Ayuntamiento de Reus y el Grupo Innova? ¡Cuántas autoridades implicadas...! De Millet y Montull mejor no hablar. Siguen yendo a los mismos clubes de tenis y restaurantes, y aquí no ha pasado nada. Allá está el señor Millet, veraneando en Menorca, en la misma cala que Artur Mas, con quien hasta hace poco compartían cenas al aire libre y ahora hacen ver que no se conocen, para disimular. ¿Qué me dicen de Prenafeta, de Alavedra, del alcalde de Santa Coloma...? ¡Qué panda de chorizos! ¿Se acuerdan del escándalo que se montó porque se vieron esposados en televisión, de lejos y apenas un segundo? En cambio ¿quién protesta cuando aparece esposado un negro?

Al señor Paduraru le partieron la cara y nadie dijo nada. Nada. Era rumano, eso lo explica todo. Sólo instalaron cámaras en la comisaría de Les Corts cuando el apalizado fue un nativo del lugar, un estibador del puerto que había organizado una de buena en la discoteca Bikini, poco después de lo sucedido al señor Paduraru y señora. Tres mossos fueron condenados por maltratar al estibador en la comisaría y qué mala suerte, el tipo era de Barcelona. Eso sí, los tres mossos también recibieron un indulto del Gobierno de España y ninguno pisó la cárcel.

Ya verán como al final la culpa es de Madrí, que firma indultos a porrillo.

Algunos se pegan una vida...

En uno de los debates electorales de las últimas elecciones al Congreso de los Diputados en TV3, el candidato de ERC preguntó a don José Antonio Duran, presente en el certamen y primer candidato de CiU por Barcelona, por qué viajaba a Madrid en primera clase y no en turista.

Eso es tanto como preguntar por el chocolate del loro y no se niega la demagogia de la pregunta. Por otro lado, es correcto preguntar por qué don José Antonio no predica con el ejemplo. Porque sepan que don José Antonio es partidario acérrimo de la reducción del gasto en sanidad y educación públicas en particular y de cualquier prestación social pública en general. De hecho, critica al Gobierno de España por recortar poco.

Pero hablábamos del debate, y de la pregunta que le hicieron a don José Antonio. Éste no se cortó un pelo (que no tiene) al responder: Lo he intentado, pero no me han dejado. Tal cual, en catalán, pero literalmente. Aseguró que las Cortes no le proporcionaban billetes de clase turista, y miren ustedes que lo había pedido tantas veces... Qué rabia. No le dejan viajar con los pobres, ya ve usted.

Si tal fuera el caso de cualquier diputado, hay que reconocer el mérito del señor Joan Tardà, que es diputado de ERC. El tipo lleva viajando cuatro años de Madrid a Barcelona, y viceversa, en clase turista. Se deduce que el señor Tardà es tonto (pues podría viajar en primera clase y no lo sabía) o consecuente con lo que predica (pues, pudiendo, no quiere); démosle la oportunidad de merecer un elogio cuando lo merece y digamos que es consecuente. Felicidades.

Ahora bien, don José Antonio, el señor Duran, o miente como un bellaco o miente como un bellaco, no hay más, puesto que viaja en primera no porque no puede viajar en turista, sino porque no quiere, y dice que no le dejan, cuando sí que le dejarían, por salir del paso y contrariar al oponente. ¿Que no sabe cómo pedir billetes en clase turista? Que pregunte.

Para mofa y escarnio del caballero de la ilustre calva, el señor Tardà se fotografió con los otros dos diputados de ERC en Madrid viajando en el puente aéreo. Los tres diputados, apretujaditos, en turista, a tocar de la puerta de emergencia, sonríen pillines por la travesura. Se ven tan apretaditos que a fuerza se tienen que llevar bien.

La fotografía fue tomada por un pasajero, con una cámara de bolsillo, quizá con el teléfono móvil de alguno de los fotografiados, no lo sé, y no ganará ningún concurso. Pero los tres diputados de ERC enviaron la fotografía a los medios (como se llaman ahora los periódicos) para que la publicaran.

Que yo sepa (y puede que me equivoque) en Cataluña sólo la publicó la edición catalana de El Mundo. Poco a poco, va corriendo de blog en blog. Días después de su publicación, la instantánea ya circula por ahí y produce en todos la misma reacción de sorna y cachondeo. ¿Qué, señor Duran? ¿Se puede o no se puede viajar en turista? Total, luego se echará una siesta en el Palace... Qué vida se pegan algunos...

Con la bandera en el culo

El juez preguntó al señor don Liam Warriner, de Sidney, Australia, el caballero de la fotografía, si se declaraba inocente del cargo de alteración del orden público, alteración que tuvo lugar en la ciudad de Brisbane, también Australia, hace un año, día más o menos. El señor Warriner, que cuenta veintidós años de edad, lejos de decir que él no había sido, se declaró culpable, y orgulloso de serlo.

El camarero, pues el señor Warriner es camarero, añadió que no se arrepentía de lo que había hecho, y que volvería a hacerlo. Que él, con mucho gusto, les iba a enseñar el culo a todos los elitistas engreídos. Eso dijo... y eso hizo, ya les contaré. El señor Warriner, además, se manifestó antimonárquico en un país que hace poco aprobó por referéndum seguir perteneciendo a la monarquía británica, por amplia mayoría.

El fiscal pedía una multa de mil dólares australianos, pero el juez falló que serían setecientos cincuenta, unos seiscientos euros al cambio, y que con eso había bastante. Condenado a pagar esa multa, el señor Warriner fue puesto en libertad y gozó de algunos minutos de fama en los medios de comunicación.

¿Qué hizo exactamente el señor Warriner? Enseñó el culo a la reina Isabel II de Inglaterra y a su marido, el príncipe Felipe, durante una visita que hicieron el año pasado a la ciudad de Brisbane, al norte de Australia.

La cosa tiene mérito. Oh, sí, lo tiene. Ustedes me dirán que no, que enseñarle el culo a alguien es relativamente fácil: se pone uno de espaldas al sujeto al que se quiere obsequiar con unas buenas vistas, se baja uno los pantalones, los calzoncillos y... ¡aire!

Yo les tendré que dar la razón. Es verdad, es fácil. Pero el señor Warriner no se limitó a bajarse los pantalones a la vista de los reyes del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, no. Lo que hizo el señor Warriner es lo siguiente:

En primer lugar, se bajó los pantalones y los calzoncillos.

En segundo lugar, sujetó una bandera australiana con sus nalgas, clavándola más o menos donde el ano, digo yo.

En tercer lugar, corrió tras el automóvil de los reyes del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte con la bandera australiana en el culo durante al menos cincuenta metros, manteniéndose a la altura del vehículo de los monarcas hasta que los servicios de seguridad pudieron sujetarlo e impedirle batir la marca de los cien metros con bandera en el ojete. Allá lo pillaron, lo identificaron y lo acusaron inmediatamente de alteración del orden público.

Me fascinan los detalles del caso. ¿Saben que no se quitó del todo los pantalones? ¿Que los mantuvo durante cincuenta metros a la altura de las rodillas...?

¿Cómo puede nadie correr cincuenta metros con una bandera metida en el culo...? A tal velocidad.

Fascinante.

El adjetivo del socio

Pocas veces tiene un adjetivo tanta (o tan poca) transcendencia política. Me refiero, claro está, a los apuros que está pasando Convergència i Unió (CiU) para describir a su socio en el gobierno de la Comunidad Autónoma y del ayuntamiento de su capital, Barcelona, el (siempre vilipendiado) Partido Popular (PP), y conste que no digo de Cataluña (PPC) no porque no sea catalán, como pretenden algunos (de CiU, para marcar distancias), sino por no confundirlo con el Partido Comunista de Cataluña (PCC), y porque si digo Partido Popular, ya saben todos a quiénes me refiero y es mejor echar mano a la economía del lenguaje de vez en cuando, porque a la otra economía, la del dinero, no llega uno.

La cuestión es que los políticos convergentes y unionistas ya se han tenido que comer con patatas el sustantivo socio. Vox populi, vox Dei, decían los latinos, y no conozco a nadie que no crea en la sociedad CiU-PP, aunque luego unos la disfracen de una manera y otros, de otra. La palabra socio (una persona asociada con otra para algún fin) está ahí, estaba y estará, y resulta inevitable. Además, es la palabra correcta. En lenguaje chabacano, el PP vuelve a tener a CiU agarrada por los güevos, y perdonen ustedes, que las palabras no son mías, sino de un preclaro líder patrio que, en confianza, las dejó ir con resignación en una reunión de amigos en las que estaba presente. Se las prometían tan felices en Madrid y Barcelona y ahora... Qué cosas, la política.

Y ya es triste que la única alegría de la izquierda en Cataluña sea que la derecha carca, provinciana, clasista, racista, neoliberal extrema y cimentada alrededor de las familias de la Casa Nostra, tenga que unirse con la derecha que está a su izquierda, la del PP. Eso es algo que les da mucha rabia, mucha, porque sostienen en público que existen diferencias fundamentales entre unos y otros y viven la mar de bien, convergentes, unionistas y populares, explotando esas diferencias tan esenciales, porque proporcionan muchos votos.

Por eso, cuando surge una sociedad, aparece la urticaria en CiU, porque se ve bien a las claras que tales diferencias sustanciales son, en verdad, un quítame allá esas pajas. Esas diferencias consisten, básicamente, en el total de rayas colorás que tiene que haber en un trapo amarillo que se cuelga de los balcones. También, y ésta sí que es una diferencia más sustancial, en el origen familiar de los votantes principales, donde se aplican las leyes de Nuremberg para ver si uno vota o se siente representado por éstos o aquéllos.

Como en un patio de colegio, la izquierda catalana sólo tiene voz para ser acusica de algo que ya sabemos todos: CiU pacta con el PP, CiU pacta con el PP... gritan, señalando con el dedo, como si hubieran sorprendido a una pareja de novios in fraganti en el patio de la escuela. ¡Vaya descubrimiento! Otros que bajan de Arbeca, que dice un refrán catalán.

No quería yo hablar de los matrimonios políticos de conveniencia (y unión), sino de cómo han tirado del diccionario los convergentes y unionistas para decir que no han hecho lo que han hecho, para asegurar en el patio que no es verdad que sean novios, sino que estaban haciéndose el boca a boca. Porque el juego de palabras es más apasionante, divertido y ridículo que el juego político, que no tiene ningún secreto y ya se sabía.

La primera ocurrencia que han tenido en CiU para decir que no han hecho lo que han hecho es un viejo truco, el de los acuerdos puntuales. No sé qué les da a los políticos, de verdad que no lo sé, pero todos sus acuerdos son puntuales. Es decir, todos llegan a la hora prevista. Tanto se ha hablado de la puntualidad de los acuerdos entre CiU y PP que da la impresión que alguien ha impreso un horario que se sigue a rajatabla.

Pero una vez que ya no cuela llegar a tiempo a las reuniones y ya nadie cree en acuerdos puntuales, sino que se emplea la palabra socio con insistencia, hay que hacer algo para que los votantes convergentes y unionistas no se pongan nerviosos. Porque, a las estadísticas me remito, aunque piensen como votantes de derechas, digan las cosas que dice la derecha, hagan lo que hace la derecha, voten a un programa de derechas y encima sean conservadores, los votantes de CiU no se consideran a sí mismos de derechas, sino de... centro-izquierda, algo incomprensible, y cuando se ven asociados a otros como ellos, pero que no ocultan su preferencia por la derecha y preguntan por qué tú no, van y se ponen de los nervios.

Lo dicho, los políticos de CiU tiran de adjetivos; los del PP, también; todos tiran con adjetivos por no permitirse tirar con bala. Son las reglas del juego.

Los del PP dicen que ellos son los socios decisivos del gobierno, es decir, los que deciden o resuelven lo que tiene que hacer el gobierno. Los que mandan, dígase claramente, en Madrí y en Barcelona. Alguno dice que el PP es el socio imprescindible, el socio del que no se puede prescindir. Los políticos del PP sugieren con su semántica que los de CiU ya pueden cantar misa, que quienes mandan de verdad son ellos, aquí, allá o acullá.

Los socialistas, que quieren pescar en aguas revueltas, hablan de socios permanentes, de ésos que duran toda una vida, o de socios estables, que pueden ser tanto los socios que siguen como tales durante mucho tiempo o los socios que se mantienen así sin peligro de caer, cambiar o desaparecer. A falta de nada mejor, a los socialistas les gusta fastidiar a los convergentes y unionistas mostrando al público que en verdad son de derechas (peor, del PP) y súbditos de Madrí, y que no valen disimulos. Lo de Madrí y del PP es el argumento de prácticamente toda la oposición del parlamento catalán. De Madrí y del PP. Chincha y rabia, CiU.

Por eso los de CiU intentan evitar adjetivos de socio que sean sinónimos de permanencia, aquiescencia, consentimiento, armonía, conformidad, estar de acuerdo, incluso. Pues, ya me dirán qué socio puede ser el que no cumpla con todo esto, un socio de narices, digo yo, el que usted querría en su negocio, ¿no? Pero enredados ellos solitos en el arte de no llamar a las cosas por su nombre, tampoco les gusta que el PP sea el único socio estable posible. De hecho, no les gusta nada que el PP sea socio estable de CiU, y menos les gusta que sea el único socio posible. Por eso, no se les ha ocurrido nada mejor que asegurar que el PP es su socio responsable.

¿Socio responsable?

Responsable (se escribe igual en catalán, y significa lo mismo) viene del supino del verbo respondere, responder, que es responsum. Un socio responsable puede ser tres cosas... o las tres a la vez.

En primer lugar, el socio responsable es el que está obligado a responder de algo o de alguien. Es decir, que si le sale mal a CiU, la culpa es del PP y de Madrí, que no nos deja. Lo de siempre, ya les está bien.

Un socio responsable es también aquel socio que pone cuidado y atención en lo que hace o decide. En este caso, decir que el PP es un socio responsable es un piropo, que en verdad era un piropo que se echaba CiU sobre sí misma, porque lo más responsable que puede hacer el PP es, según los convergentes y unionistas, apoyar al Gobierno de los Mejores. Hay quien no piensa igual sobre los Mejores, pero ésa es otra historia.

Sin embargo, a CiU se le escapa que el socio responsable es el que tiene a su cargo la dirección y vigilancia de la sociedad. El que manda, vamos. El que dice qué hay que hacer y vigila que lo hagas. Lo contrario de lo que querían decir, en suma.

Eso pasa por no mirar en los diccionarios.

Socio responsable... ¡Lo que no inventen ellos...!