44.º Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges (o de Cataluña)

Sí, señoras y señores, damas y caballeros, mañana jueves 6 de octubre comienza el festival de cine de miedo de Sitges, que en moderno se llama de cine fantástico de Cataluña. En origen, fue la Semana de Cine Fantástico y de Terror y se añadía de Sitges para que la gente supiera dónde pasaban las películas.

Yo, qué quieren que les diga, me disgusto cuando el nombre oficial del festival deja a un lado la villa de Sitges, que es la verdadera protagonista de este acontecimiento, la que vive el evento con más interés y qué narices, la que se lo ha trabajado durante todo este tiempo. Pero quien paga, paga, y como dicen en catalán, pagant, Sant Pere canta, que se traduce tal que así: si pagas, Millet ya te lo arreglará, no te preocupes.

Problemas financieros a un lado, Sitges acoge el festival con mucha ilusión. Durante unos días, la población vive como propio el cine de miedo, el de marcianos y alguna película rara. Si pasean por el pueblo, descubrirán que algunos comercios adornan los escaparates con telas de araña, ristras de ajos, sierras mecánicas y otras lindezas por el estilo. Para más recochineo, el 14 de octubre se convoca a todo zombie que quiera a una reunión en el edificio Miramar que acabará con una beach party, que es un fiestorro en la playa, y el pase de películas de muertos vivientes y esas cosas.

Se anuncian estrenos pavorosos, actores de miedo, efectos visuales a todo trapo y sangre a borbotones. Fíjense ustedes qué nivel que está previsto el pre-estreno de Retallator, dirigida por Don Baudilio y producida por UCH, con la subvención debida de la CCRTV, en una sesión paralela fuera de programa. No se recomienda asistir al pase de esta película si se padece alguna enfermedad, avisan los servicios médicos.

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