La Ley de Poe

Creía que era de Edgar Allan Poe, pero es de Nathan Poe, y se formuló en 2005, en un debate entre evolucionistas y creacionistas, en los EE.UU., dónde, si no. El señor Poe era evolucionista y dijo: La parodia de una estupidez puede confundirse con la estupidez misma. Un corolario de dicha ley afirma: La exposición humorística de un fundamentalismo puede ser considerada seriamente por los mismos fundamentalistas.

Es decir, que si yo digo: Fíjense qué afirman los creacionistas, que Dios creó el mundo en seis días, en tono jocoso, como queriendo decir ¡qué tontería!, siempre habrá un creacionista que responderá: Pues, claro, en seis días, ¿en cuántos, si no?, completamente convencido. La Ley de Poe también explica por qué un optimista no se ve afectado por las puyas de un cínico, o viceversa, por qué un cínico lo ve todo del revés. Una observación superficial al discurso político nos convence de su acierto. Etcétera.

Creo que la Ley de Poe merece un puesto de honor al lado del Principio de Peter, las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana de Cipolla, la Observación sobre la Maldad de Arendt o la Ley de Murphy. Es uno de los pilares teóricos que nos permite explicar el mundo que nos rodea. La explicación no será un consuelo, pero nos ayudará a comprender el intríngulis que se ha revelado en contra nuestra... y del que formamos parte.

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