Reliquias de un desastre


Se anuncia en los periódicos que el próximo octubre se subastará en Sotheby's la única bandera del 7.º de Caballería que sobrevivió a la matanza de Little Big Horn. Si ha llegado hasta nosotros es porque un soldado tuvo la ocurrencia de morirse justo encima, protegiéndola de esta guisa. La bandera ha permanecido más de un siglo en las vitrinas del Institute of Arts de Detroit, Michigan.

El precio de salida del trapo en Sotheby's será de dos millones de dólares. Se calcula que se pagarán cinco millones, porque la reliquia es ambicionada por muchos coleccionistas. Uno de los vicepresidentes de Sotheby's, el señor Redden, se ha puesto melodramático afirmando que esta inmortal bandera de batalla representa el espíritu, la valentía y la tragedia de unos de los momentos más dramáticos de la historia estadounidense. Ahí queda eso.

Lo cierto es que el general Custer sólo pensaba en hacerse un sitio en la convención del Partido Demócrata, porque aspiraba a ser candidato a la Presidencia de los Estados Unidos. Un general echao p'alante, con más ego que entendederas, se lanzó contra los indios con prisas, sin tomar las debidas precauciones y dividiendo sus fuerzas, porque sólo pensaba en la victoria que le llevaría directo a la Casa Blanca.

Directo se fue a tomar viento, el 25 de junio de 1876. Se le echaron encima dos mil guerreros indios y adiós. El general Custer, quince oficiales, doscientos cuarenta y dos suboficiales y tropa y diez civiles (exploradores) murieron como conejos. Olvídense de Error Flynn muriendo con las botas puestas: los soldados se dejaron llevar por el pánico y echaron a correr en todas direcciones. Si hubieran formado en cuadro con sus carabinas a punto, como dice la leyenda, habrían sobrevivido la mayoría.

Cuenta la leyenda que sólo se salvó un caballo, Comanche. Faltó poco para afirmar que era el caballo del general. El bruto recibió un trato de héroe y cuando murió fue disecado por el celebérrimo Lewis Dyche, taxidermista. Sus vísceras fueron enterradas con honores militares. Comanche fue exhibido en la Exposición de Chicago de 1893 y ha sido durante muchos años la pieza más apreciada del Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas.

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