La culpa es de Gaudí

La polémica por el túnel que tiene que pasar por debajo del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia hace ya tiempo que abunda en los medios de comunicación. Es decir, aburre.

Los técnicos del túnel del AVE aseguran que el templo no corre peligro; los arquitectos del templo, por el contrario, auguran una catástrofe. La UNESCO decidió asomar las narices y examinar el caso ella misma, pues la mona de pascua, perdón, el templo, es Patrimonio de la Humanidad. El avance de su informe es contundente y apunta hacia donde uno menos esperaba que apuntase. Los técnicos de la UNESCO afirman que el túnel del AVE no supone ningún peligro para el templo; pero también afirman (he aquí la sorpresa) que la parte que construyó Gaudí se está agrientando porque soporta demasiado peso, y alertan sobre el estado de la fachada de la Natividad. Dicen estos expertos que los arquitectos que vinieron después de Gaudí no han ido con demasiado cuidado respecto al peso que puede soportar la estructura construída.

Esta mañana, preguntado sobre el asunto, el señor Rigol, del patronato del templo, ha echado las culpas a Gaudí, por emplear piedra de mala calidad. Pelotas fuera.

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