Huele a Dinamarca

Se dice en los periódicos: el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ha emitido dos sentencias que anulan el plan urbanístico del Parc de l'Alba (la zona del sincrotrón) de Cerdanyola del Vallès. Los fallos (que pueden ser recurridos) afirman que el plan no tuvo en cuenta la evaluación ambiental, vulnera las leyes urbanísticas sobre la distribución de espacios y no respeta el patrimonio cultural.

Más exactamente, anula la modificación del Plan General Metropolitano en el ámbito del Centro Direccional y el plan parcial del Centro Direccional, aprobados en 2005, pues ninguno fue sometido a evaluación ambiental, según establece la directiva europea 2001/42/CE y una legislación autonómica entonces vigente. También vulnera la Ley de Urbanismo puesto que cuando se recalifican zonas verdes, se debe contar con la aprobación de la Comisión Jurídica Asesora. El alcalde de Cerdanyola del Vallès, el Sr. D. Antoni Morral, reconoció que se habían saltado ese paso (sic). Finalmente, se vulnera la Ley del Patrimonio Cultural Catalán, porque el plan propone, sencilla y llanamente, el derribo de la masía de Can Xercavins, un edificio catalogado como Bien Cultural de Interés Local.

Tiene mérito el asunto porque el barrio tecnológico fue promovido a bombo y platillo por todas las instituciones catalanas habidas y por haber, de éstos y de aquéllos, de todo signo y condición. La Unión Europea también metió dineros en el asunto, mediante el proyecto Polycity, promoviendo el barrio como ejemplo de sostenibilidad y verdulería, doscientas cuarenta hectáreas de urbanismo chachi y ecológico, abastecido con energía solar, biomasa, redes de calor alimentadas con plantas de cogeneración eficientísimas... En fin, la repera. Mucho dinero. De eso, hoy, nada.

Otras personas también hicieron fuertes inversiones en el barrio. Según consta en el sumario del caso Pretoria, el INCASOL (Institut Català del Sól) pagó 21 millones de euros en 2008 a Espais (la empresa de uno de los encausados, Lluís Casamitjana) por unos terrenos afectados por este plan, y los señores Prenafeta y Alavedra se embolsaron medio millón de euros por el camino. Busquen en los diarios y verán ustedes mismos.

Ya saben qué dijo Hamlet, ¿no? Algo huele a podrido en Dinamarca.

Vean la información oficial en:
www.parcdelalba.com
www.polycity.net/en/cerdanyola-barcelona-project.html

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