Políticos «para anormales»

Ja, ja, qué risa, lo de Rumanía. Ja, ja, las energías negativas... Pero ¡cuidado! Que nosotros también nos bañamos en estos lodos.

No se olviden: el Gobierno de la Generalidad de Cataluña quiso regular por decreto la acupuntura y otras terapias orientales (como la moxibustión, el tuina y el chi-kung), unas terapias llamadas naturistas (como la naturopatía y la naturopatía con criterio homeopático), diversas terapias llamadas manuales (como la kinesiología, la osteopatía y el shiatsu) y diferentes técnicas llamadas manuales (como la reflexología podal, el drenaje linfático, los quiromasajes, la diafreoterapia, la espinología y la liberación holística de estrés con tecnicas de kinesiología, chúpate ésa), y que ninguna de estas disciplinas ha demostrado jamás curar nada.

Igualmente, se estima en un millón de euros (no se conoce la cifra exacta, porque no se quiso decir, qué vergüenza) lo que gastó el señor Saura en contratar a un maestro de fen-shui (o como se llame) para que asesorara a los decoradores de la nueva sede del Departamento de Interior, Relaciones Institucionales y Participación. La misión del maestro era, como les cuento, procurar que la disposición de los muebles atrajera energías positivas y esas cosas. Un pastón que mueve a risa, si no fuera porque un millón de euros hace mucha falta en cosas mucho más importantes. Añadiré que el Departamento de Medio Ambiente y Vivienda está estudiando la contaminación por energías telúricas negativas (geonosequé) producidas por la orientación de un edificio. Y lo sé porque me consultaron, aunque no creo que mi parecer vaya a ser tenido en cuenta. Utilicé palabras muy groseras.

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