La oreja de Murdock


El título original es Go With Me. Castle Freeman, hijo (Jr.), la escribió en 2008, recibió muy buenas críticas en los Estados Unidos y Mondadori mandó traducirla a Cruz Rodríguez para publicarla en español. Aquí se titula La oreja de Murdock.

Los críticos intentan prácticamente todos relacionar a Freeman con McCarthy. Así, McCarthy será el Oeste y Freeman, el Este, por narrar las aventuras de Lillian, Lester y Nate en Vermont, no en Nuevo México. Pues, ya ven. También alguno menciona a Eurípides, por si McCarthy supiera a poco. Ahí es nada, Eurípides. Porque afirman, y es cierto, que la estructura de la novela alterna la acción, la búsqueda de Blackway (el malo de la función), con el mentidero de Whizzer, que hace las veces de un coro griego. El señor Freeman en persona, preguntado por ello, responde que escribió Go With Me inspirándose en los cuentos y leyendas del rey Arturo, como si de una aventura de caballerías se tratase.

No es una gran, gran novela, pero es un relato resultón, entretenido y trazado con inteligencia. Tiene ritmo, es muy cinematográfico. Entre los críticos, algunos se dan cuenta de esto y mencionan a los hermanos Coen, aunque yo me inclinaría casi por Tarantino, y ya verán por qué, si leen La oreja de Murdock. Es un relato propio del cine negro más clásico, aunque sean los bosques de Vermont y no las callejuelas de Chicago o Los Ángeles. Sus personajes tienen mucho de detectives sagaces, matones descerebrados, mujeres fatales y malos malísimos, ésos del Hollywood de toda la vida. Esta semejanza, este clasicismo, no será un lastre, sino una virtud.

Vaya esto por Mondadori. La contraportada resume el contenido de La oreja de Murdock con frases que no se corresponden con el relato. Por ejemplo, Lester y Nate no son una pareja de imbéciles, y cito textualmente la contraportada. Tampoco es una novela de carretera. Pero daremos por perdonado el desliz y aquí no ha pasado nada.

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