Comilonas y danzas

Hace ya mucho tiempo, una amiga me preguntó por qué lo celebramos todo comiendo. Pues, no sé yo, respondí. Supongo que será el recuerdo de los antiguos, cuando comer era sagrado y reunirse a comer, una fiesta. Y eso es lo que hicimos la otra noche, reunirnos en el terrenito, preparar unas brasas y regalar a los dioses con el olor de las morcillas, las botifarres, el vino peleón y los postres. La cena fue un éxito.

No hay banquete sin danza, y de eso se encargaron los niños. A las doce, la vecina urbanización pone en marcha los aspersores. A las doce, los niños corrieron a bailar y cantar bajo la lluvia, y acabaron felices y empapados. La misión original de los aspersores tiene que ver con el mantenimiento del césped, pero la misión lúdica del riego no es ni puede ser despreciable.

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